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Reimaginar la educación: la pandemia evidencia las necesidades reales de nuestras aulas

El consenso de la sociedad civil es esencial para promover una educación que responda a las necesidades de los alumnos.

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03
diciembre
2020

Es el momento de reimaginar la educación. Nada volverá a ser como antes. Ni siquiera dentro de las aulas. La inesperada pandemia del coronavirus que consiguió encerrar al país en casa ha puesto en evidencia cientos de lagunas en el sistema educativo, como la digitalización disfuncional en muchas zonas –especialmente aquellas del medio rural–, la conciliación, la incipiente brecha social entre alumnos más avanzados y los que necesitan refuerzos y la creciente desmotivación por parte del profesorado. Son problemas que necesitan ser gestionados de manera efectiva si queremos asegurar la prosperidad de los adultos del futuro. Las aulas, los pupitres, no pueden quedarse congelados en el tiempo. La educación para el futuro no puede entenderse si no es cambiante ni adaptativa; si, en lugar de pulir desigualdades, lo que consigue es precisamente el efecto contrario.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí y cómo podemos seguir? Para la mejor docente universitaria de España, es imposible encontrar una sola causa. Alejandra Cortés, que recibió a principios de este año el reconocimiento en los Goya de la Educación –los Premios Educa– y es investigadora permanente en la Cátedra UNESCO, apunta hacia el dinero como uno de los problemas de base: «En los informes España siempre sale mal en materia de la aplicabilidad en la vida cotidiana de lo que se enseña en clase. Hay que tener en cuenta que nuestra inversión económica en la educación es una de las más bajas de Europa, además de la escasa inversión española en ciencia. Si invirtieramos más y tomáramos nota de la ciencia para realizar las reformas educativas, llevaríamos metodologías mucho más activas, claves para prosperar».

Cambiar el estudiar y vomitar por metodologías más prácticas también lleva tiempo presente en la conversación del alumnado y otros expertos en educación. Cortés advierte de que, aunque «la memoria es un proceso esencial» en la educación, «la cuestión es saber emplearla bien: yo lo que quiero es que mis estudiantes recuerden algunos aspectos, pero no aquellos que puedan encontrar fácilmente en internet. Hay que diseñar metodologías que ayuden a utilizar bien la memoria». En otras palabras: necesitamos trabajar la comunicación y el consenso entre instituciones y sociedad civil para promover una educación justa que responda a las necesidades reales de alumnos y alumnas.

Remedios Orrantia: «Nuestra excelencia no se refleja en algo tan fundamental como la educación»

Esta es también una de las preocupaciones de Alianza por la Educación (HAZ), que nace con el compromiso de transformar la sociedad a través de la educación buscando la adhesión en el sector educativo y la sociedad civil. Conscientes del rol de las instituciones, la iniciativa se enfrentará al desafío de evolucionar y transformar la educación de nuestro país desde la colaboración público-privada, promoviendo propuestas concretas que sean útiles y efectivas a la vez que complementarias para la Administración Pública. «Vivimos en un país excepcional y, sin embargo, esta excelencia no se refleja muchas veces en algo tan fundamental como la educación. Tenemos la tasa de abandono escolar más alta de la UE, estamos a la cola de en transformación digital de las aulas y solo la mitad de los docentes en posiciones de liderazgo educativo completa un curso o programa de capacitación al menos una vez antes de asumir su responsabilidad», indica Remedios Orrantia, presidenta de HAZ y también de la Fundación Vodafone España. «Nuestro país tiene retos muy urgentes».

Nuevas habilidades, digitalización y docentes motivados

El sistema educativo necesita garantizar el acceso a la tecnología a todos los alumnos, promover el desarrollo profesional de los docentes potenciando su formación continua y explorar metodologías que promuevan la creatividad, el razonamiento crítico y el espíritu emprendedor al mismo tiempo que favorezca el desarrollo de nuevas habilidades como el trabajo en equipo, el intercambio de conocimientos, la educación ambiental, las humanidades digitales o la inteligencia extendida. Los miembros de HAZ cuentan con una amplia trayectoria en la promoción de iniciativas y programas educativos de este tipo y, en los últimos años, han capacitado a más de 100.000 docentes y alcanzado a 2,7 millones de estudiantes, tanto presencial como digitalmente. Entre los representantes de las entidades en la nueva Alianza se encuentran la Fundación La Caixa, Fundación Endesa, Google España, o ISDI.

Ahora, bajo ese paraguas de experiencia, Alianza por la Educación busca trabajar en tres líneas de actuación: la transformación digital de todas las facetas de la educación, el fortalecimiento del rol del docente y el fomento de nuevas competencias necesarias para los ciudadanos del siglo XXI. Todas las actividades desarrolladas por la organización se articulan en dos facetas: una más agregadora, para unificar y compartir contenido, y otra más propositiva, que busca poner a disposición de la sociedad y las instituciones propuestas factibles para ayudar en la mejora de la educación en nuestro país. A través de webinars, debates y grupos con los distintos actores del sistema educativo, Alianza por la Educación pretende encontrar soluciones y planes de acción concretos con los que presentar propuestas a la Administración Pública.

«Además pondremos en marcha una plataforma web (Content Hub) al servicio de toda la comunidad educativa que reúna acciones y recursos desarrollados por cada uno de los miembros y habilitaremos espacios que permitan a docentes, investigadores y otros expertos educativos debatir sobre ellos», añade Orrantia. Y destaca que «trabajaremos no solo para garantizar el acceso a la tecnología de los niños y jóvenes, sino también para asegurarnos de que todos reciben la misma formación en cuanto a conocimientos y competencias digitales y que los docentes están igualmente preparados para impartir esta formación», contribuyendo a crear un sistema educativo donde tengan cabida todos los niños y niñas, independientemente de su condición socioeconómica o su lugar de residencia.

El mundo rural, en el eje transformador

Precisamente en relación con el lugar de residencia, la docente Alejandra Cortés tiene muy claro que la transformación de la educación tiene que incluir también los entornos rurales si queremos garantizar su futuro. «He vivido en la ciudad toda mi vida y hace poco me he ido a un entorno rural con mis hijos. He sido maestra en un colegio rural y siempre lo he dicho: es el mejor lugar para trabajar desde la inclusión. Hasta los 12 años, creo que es perfecto a nivel educativo y de conciliación», apunta Cortés.  «A partir de entonces, tienen que irse a pequeñas ciudades para ir al instituto y es ahí donde entra en juego ofrecer alternativas de emprendimiento para que pueda darse un retorno: la solución no está solo dentro del sistema educativo, sino que tiene que ser sistémica».

La brecha digital es la principal causante de todos los problemas educativos en el entorno rural, especialmente de la alta tasa de rotación del profesorado que afecta de manera directa a la calidad del aprendizaje de los alumnos. Cuando los docentes llegan a los pueblos, se encuentran con una conexión de internet deficiente que les imposibilita desarrollarse y vivir adecuadamente. Y pronto se van. Desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) llevan tiempo exigiendo al Gobierno Central un Plan Nacional de Educación en el Mundo Rural que frene esta fuga y permita a los niños y niñas adquirir una formación de calidad. «Cuando te cambian de médico, tienes que empezar de cero. Con los alumnos pasa lo mismo: cuando un profesor que sabe las necesidades de cada niño se va, esas necesidades se quedan al descubierto. Si cada vez que aparece un profe este piensa que pronto se irá, no hará proyectos a largo plazo con los alumnos ni se centrará en trabajar las carencias. Se limitará a cubrir lo que pide la normativa, poniendo a los alumnos en una posición de desventaja en comparación con los del entorno urbano», denuncian desde la Federación.

Uno de los grandes errores de la digitalización en el medio rural es igualarla con el medio urbano y creer que basta con hacer llegar dispositivos de última generación a las aulas para que los alumnos puedan desarrollarse adecuadamente en competencias digitales. Pero de nada sirve un buen ordenador sin una buena conexión. «Lo que hay que solucionar de base es la conectividad, es ahí donde jugamos con desventaja. Necesitamos un buen acceso a la red de internet para conseguir que los profesores se queden y que los alumnos puedan desarrollar sus conocimientos adecuadamente. No puedes comparar la ciudad con el pueblo: hay formas de proceder diferentes, recursos diferentes, y hace falta adecuar el currículum acorde a ello», indican desde FADEMUR. «Internet es clave para evitar el despoblamiento y el cierre de más colegios».

Desde Alianza por la Educación aseguran contar con proyectos específicos para solventar la situación de la educación en el entorno rural. «La tecnología determina la manera en la que los estudiantes se integran en su entorno económico, político y social. Los estudiantes del mundo rural se enfrentan muchas veces a problemas de conectividad y acceso a dispositivos electrónicos», destaca Orrantia.  «Creemos que la transformación digital es un elemento fundamental para la corrección de las desigualdades en cualquier tipo de entorno y, en este sentido, el mundo rural no puede quedarse atrás».

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