El plástico y las cero emisiones: construyendo un futuro común

Las más de 52.000 empresas que conforman el universo del plástico a lo largo y ancho del continente europeo están trabajando con un mismo objetivo: lograr las cero emisiones netas en 2050, con la meta intermedia de reducir sus emisiones actuales en un 28% para 2030. Se trata de un camino complejo y no exento de dificultades para el que el sector sigue la hoja de ruta marcada por The Plastics Transition. Por eso, la circularidad, el reciclaje, la regulación y las sinergias con otros sectores clave, como el de las energías renovables, son determinantes. 

«Somos conscientes de que tenemos un reto con el cambio climático y compartimos los objetivos del Pacto Verde Europeo, pero tenemos que acelerar esa transición», reconoció Alicia Martin, directora general en la región Ibérica de Plastics Europe, en la apertura del encuentro. El sector ha identificado las palancas que le permitirán alcanzar esos ambiciosos objetivos. «Por un lado, tenemos que aprovechar todo el potencial que nos brinda la economía circular en forma de nuevos modelos de negocio, soluciones de reutilización, materiales reciclados mecánica y químicamente o medidas para evitar que los residuos plásticos sean incinerados».

Plastics Europe estima que solo con estas actuaciones podrán reducir el 70% de sus emisiones. El 30% restante vendría de la reducción de la huella de sus propios procesos productivos, por ejemplo, «maximizando la eficiencia energética, electrificando con energías limpias y apostando por combustibles bajos en carbono o por tecnologías emergentes como la captura y almacenamiento de carbono», según señaló Martín.

Para ello, la cooperación entre sectores es fundamental. «El año pasado el 50% de la energía generada en España fue de origen renovable, un hito que nos convierte en un referente en el que se fijan otros países», indicó Javier Alberto Muñoz, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables).

Para el especialista, estas cifras son especialmente significativas si se tiene en cuenta que España es un país en el que la capacidad para generar energía hidroeléctrica es menor que en otras partes de Europa debido al menor caudal de sus ríos. «España no tiene petróleo y no tiene gas. Nuestra mayor fuente de generación es la eólica y pronto lo será la fotovoltaica. Hoy nuestro sistema eléctrico ya está ahorrando de forma neta más de 9.500 millones de euros solo por las renovables, y esto abre una enorme oportunidad para que las industrias puedan descarbonizarse gracias a este tipo de energías». 

Y una de esas industrias es la de los plásticos. Precisamente, SABIC, una de las compañías asociadas a Plastics Europe, acaba de completar,  junto a Iberdrola, la instalación de autoconsumo eléctrico más grande de Europa en su planta de Cartagena, la primera 100% sostenible del continente. Pedro Murcia, director de Energía SABIC Europa, afirmó que están «comprometidos con la neutralidad climática y trabajamos para lograrla a través de tres vías: la circularidad de nuestros productos y procesos; la reducción del impacto de nuestras operaciones, y el valor añadido que nos aporta la innovación».

El sector del plástico apuesta por la circularidad y la reducción de la huella de sus procesos internos para alcanzar sus objetivos de descarbonización

El reciclaje como palanca

«La industria del plástico ha avanzado muchísimo en cuanto a reciclaje en los últimos tres años», aseguró Ángel Martínez, director de Reciclado de ACTECO. La compañía, que realiza entre otros la circularidad de más de 170 millones de perchas del Grupo Inditex, a través de la reutilización y el reciclaje, desarrolla distintos tipos de reciclado para una gran variedad de materiales.. «Innovamos en reciclado mecánico, químico y enzimático, y hemos desarrollado la plataforma online de trazabilidad más potente del sector». 

Según Martínez, «el reciclaje es la mejor palanca para descarbonizar el mundo del plástico; ahora el reto es llevar ese mensaje a la sociedad». Algo para lo que, añadió, hace falta «mucha pedagogía». No obstante, ha habido avances importantes en España en ese sentido. «Somos el primer país en el que ya estamos consumiendo yogures en envases que tienen un porcentaje de material reciclado», señaló el experto.

En busca de regulación

Para que estos avances tomen cuerpo se necesita la colaboración de gobiernos y reguladores. De acuerdo con Valentina Martínez Ferro, directora de OIKOS y exdiputada, la nueva etapa de la Comisión Europea a partir del 1 de diciembre puede abrir una senda que facilite la necesaria descarbonización de la industria. En primer lugar, porque «va a tener como prioridades la industrialización y la autonomía estratégica», pues «Europa tiene claro que lo primero es la competitividad, el mercado único y la capacidad para competir con China y Estados Unidos». Y, en segundo, «Una de las propuestas es pasar de emitir Directivas a emitir directamente Reglamentos para evitar las diferencias entre los países y las cadencias en la implementación de las medidas». 

Durante el debate, los expertos coincidieron en la necesidad de una regulación estable, armonizada y que no ponga trabas a la descarbonización de las industrias. «En Europa hay una hiperregulación que nos ha permitido avanzar en muchos aspectos, pero que también nos pone barreras. El sector del plástico está dispuesto a realizar las inversiones que se requieren para su descarbonización, las empresas están colaborando con otros sectores e incluso entre competidores para lograrlo, pero necesitamos apoyo legislativo», reclamó Alicia Martin.

Uno de los sectores que puede resultar decisivo en la transición energética es el de las energías renovables

En la misma línea, Ángel Martínez pidió un cambio de mentalidad en España. «No puede ser que para tomar cualquier iniciativa haya que pasar antes por 27 filtros administrativos. Porque cuando terminas con los trámites ya se ha pasado la oportunidad». Y también echó en falta una forma de regular en Europa que se guíe «más con la cabeza y no tanto con el corazón», porque, «de las tres dimensiones que tiene todo proyecto, la ambiental, la social y la económica, a menudo se olvida la tercera, y esto perjudica a su viabilidad». 

En opinión de Valentina Martínez Ferro, muchos de los retrasos que están lastrando la descarbonización de la industria española tienen su origen en el desconocimiento de la Administración: «El sector privado va a toda velocidad, pero el sector público no logra seguirle el ritmo». En cuanto a las soluciones, la directora de Oikos pidió incrementar los esfuerzos en innovación, pues, «mientras en otros países están invirtiendo el 3% del PIB, en España apenas llegamos al 1,4%».

Por su parte, Pedro Murcia se mostró optimista en cuanto al potencial de España para liderar la transición energética: «Tenemos recursos suficientes en energías renovables como la eólica, marina y solar. Pero tenemos que creérnoslo». Desde APPA, Javier Alberto Muñoz aseguró que el sector de las renovables espera con los brazos abiertos la llegada de más industrias que puedan conectarse y aprovechar esos flujos para su descarbonización. Porque, apuntó, el precio de las renovables ya no es el problema: «Antes la fotovoltaica era la energía más cara, pero ahora es la más barata». 

¿Qué se necesita entonces? Según Muñoz, «un sistema energético que garantice electricidad continua y unas redes de distribución que permitan integrar la demanda». Porque, «si no pueden conectarse a la red, las empresas que quieran electrificarse tendrán problemas».