Sonriendo bajo la crisis: claves para dar confianza a un mundo angustiado

La escena la conocemos todos. Gene Kelly bajo abundante lluvia, baila y canta Singing in the rain. Con un palmo de agua bajo los pies, salpica, salta, corre, camina, se desliza empapado y sonriente. Utiliza su paraguas para protegerse o para juguetear y calarse hasta los huesos. Da lo mismo: sigue sonriendo incluso cuando un policía que está observando toda la escena, pasa a su lado con cara de pocos amigos. Cualquiera le diría: «Gene, con la que está cayendo, mejor quédate en casa. No sé, quéjate, protégete con tu paraguas, refúgiate hasta que escampe». Pero él canta, baila y sonríe bajo la lluvia. Cuando empecé este libro me encontré con dos ideas que me asaltaron en cuanto me puse a «listar» las cosas de las que quería hablar. El mundo ha cambiado extraordinariamente en todos los aspectos y niveles y eso hay que contarlo.

El chaparrón que suponen estos cambios —porque muchos son algo dramáticos— no debe ser una excusa para no seguir luchando o, imitando la idea de Gene Kelly, bailando, cantando y sonriendo a toda costa. El mundo parece haberse cansado. Es como si hubiera tirado la toalla. Como si en la idea de querer ser ultramoderno y no perderse el tren del progreso haya decidido reducir la dignidad de la persona a lo más mínimo y haber volcado todo su esfuerzo en la velocidad, la comodidad inmediata y el bienestar que los Gobiernos nos proporcionen.

«Con todo lo que ocurre en el mundo no podemos dejar de iniciar la aventura de entusiasmar a un mundo cansado»

Por eso es importante reivindicar el valor de la persona y de la libertad. Debemos recordar que la sociedad está formada por personas, que esas personas —todas— tienen sus sueños y anhelos, sus ambiciones nobles (y algunas no tan nobles), que la libertad es algo fundamental aplicable a todos los aspectos de la persona como tal, y que ningún pensamiento —progresista, conservador o neo ideológico— debe ningunear el sitio predominante del ser humano en este mundo.

El mundo está desencantado, agotado, fundido, desmemoriado y huérfano de referentes. Y todo esto nos pilla, además, en crisis y con un cambio de reglas de juego. Cuenta la leyenda que durante el rodaje de la mítica secuencia de Cantando bajo la lluvia Gene Kelly estaba con treinta y nueve de fiebre. Y, sin embargo, allí estaba él, entusiasma- do, cantando, bailando y sonriendo como si le fuera la vida en ello. Y esa es la actitud que debemos tener. Con todo lo que ocurre en el mundo no podemos dejar de iniciar la aventura de entusiasmar a un mundo cansado. Es nuestro deber como personas dispuestas a mover el mundo, cuidarlo y mejorarlo con cada una de las cosas que hacemos en nuestro día a día. Eso es lo que nos permite seguir sonriendo bajo la crisis. Aunque a veces cueste.

*Este es un fragmento del nuevo libro de Leopoldo Abadía (Ed. Espasa). Puedes comprar un ejemplar y seguir leyendo en este enlace.