3 claves para entender la ley balear sobre cambio climático
El Gobierno regional ha aprobado una ley pionera en Europa que prohibirá los vehículos diésel y de gasolina para 2030. Así, las Islas Baleares esperan reafirmarse como referente en la transición hacia un modelo energético 100% sostenible.
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Las islas españolas buscan su hueco en el mundo del futuro. Y lo hacen bajo el estandarte de la sostenibilidad. En 2016 la isla canaria de El Hierro consiguió alimentar la demanda eléctrica de toda la población con energía 100% renovable durante 55 horas seguidas. Tras esos dos días de autoabastecimiento, el nombre de la central hidroeólica de Gonora del Viento –responsable del hito– comenzó a resonar en la comunidad internacional, y la pequeña isla del atlántico se convirtió en referente mundial de energía limpia. Pero no en todos sitios sopla tanto el viento, ni todas las administraciones son tan ágiles. De ahí que el resto de islas españolas, siguiendo la estela de la ínsula canaria, hayan buscado sus propias maneras de acercarse a esa Europa definida por la Agenda 21.
Hablamos de las Islas Baleares, cuyo Parlamento aprobó el pasado martes la Ley de Cambio Climático y Transición Energética: una normativa de nombre común pero con un esqueleto que se desmarca de las medidas hasta ahora tomadas a nivel estatal y europeo en materia de desarrollo sostenible. Entender la extraordinariedad de este proyecto, que medios internacionales como The New York Times o The Washington Post han calificado de «ambicioso», pasa por referirse a tres aspectos claves de la propuesta.
1. Una ley en clave numérica
La Ley balear es, ante todo, una ley en clave numérica. En la agenda del Gobierno regional se encuentran marcadas en rojo dos fechas: 2030 y 2050. La primera corresponde al año en el que se prevé que se reduzcan las emisiones contaminantes en un 40% gracias al incremento en el uso de energías renovables, que idealmente llegarían a suponer un 35% del motor energético del territorio. En la línea de este objetivo se vislumbra el segundo horizonte: el 2050.
Se prevé que se reduzcan las emisiones contaminantes en un 40% para 2030
Para ese año la Administración espera que el conjunto insular se abastezca en su totalidad con energías de origen 100% renovable. Sin embargo, no se trata de una medida excepcional, más bien al contrario. El mandato de la Unión Europea derivado del Acuerdo de París de 2015 establece que la estrategia a seguir por los países europeos de aquí a mediados de siglo debe buscar la neutralidad del carbono. Esto es, emitir y atrapar la misma cantidad del carbono.
Lo novedoso de la Ley del Cambio Climático aprobada en Baleares es que la estrategia ha tomado un carácter de obligatoriedad casi inmediata, a diferencia de otros países como Francia y Noruega, que han adoptado un programa similar de cara a 2040 pero que aún no posee el rango de ley. Los más afectados serán los dos sectores más contaminantes: el de la movilidad y el de las centrales térmicas.
2. Una movilidad sostenible obligatoria
Primero será el diésel. Luego la gasolina y el gasóleo. Progresivamente, la normativa irá acabando con aquellos vehículos que emitan CO2. A partir de 2025 no se podrán matricular en ninguna de las islas nuevos vehículos diésel. Esa exigencia se extenderá a cualquier vehículo de gasolina, gasóleo o biomasa a partir de 2035.
Para evitar que la transición sea brusca, la Ley contempla también los escenarios más inminentes como, por ejemplo, qué pasará con los vehículos diésel ya vendidos. En este caso, los ciudadanos podrán utilizar el vehículo hasta el fin de su vida útil, ya que solo se prohíbe la venta de vehículos térmicos nuevos, ya sean turismos, motocicletas o furgonetas. En este sentido, si uno quiere vender el vehículo no eléctrico de segunda mano podrá hacerlo.
A partir de 2025 no se podrán matricular en ninguna de las islas nuevos vehículos diésel
Los que percibirán de manera más brusca este cambio serán los turistas, que no podrán traer sus coches de gasolina a la isla. Además, al ser Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera zonas muy turísticas, sobre todo en temporada estival, las empresas de alquiler de coches también jugarán un papel importante en el camino hacia un sistema de movilidad sostenible. Concretamente deberán ir aumentando paulatinamente su flota eléctrica hasta erradicar en su totalidad los vehículos contaminantes.
3. Islas autoabastecidas con energía verde
La aprobación de la Ley también repercutirá en la fisonomía de las islas del archipiélago. Y lo hará a partir del año que viene, cuando se cerrará la central térmica mallorquina Es Murterar que, según datos ofrecidos en 2016 por el Ministerio de Industria, es una de las más contaminantes de España. Le seguirán las centrales de Mahón, Ibiza y Formentera.
A medida que vayan desapareciendo las columnas de humo, irán apareciendo nuevas infraestructuras. O mejor, nuevos sistemas de iluminación. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética de las Islas Baleares exige que los edificios de más de 1.000 metros cuadrados que se construyan posteriormente a la aplicación de la normativa y los aparcamientos de más de 1.000 metros cuadrados instalen obligatoriamente placas solares para su autoabastecimiento. Así, el territorio balear se convertirá en un mar eléctrico que se verá reforzado por los más de 1.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos que se instalarán en los próximos años.
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