Cambio Climático

El Algarrobico: punto negro de la costa

El hotel del Algarrobico se ha convertido en el paradigma de los excesos inmobiliarios que dilapidaron buena parte de la riqueza natural del litoral español.

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12
mayo
2014

El hotel del Algarrobico se ha convertido en el paradigma de los excesos inmobiliarios que dilapidaron buena parte de la riqueza natural del litoral español. Una mole de 21 plantas, 411 habitaciones y 65.000 metros cúbicos de hormigón que desde 2003 asola la  playa del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar (Almería). El proyecto incumple la Ley de Costas y la de Patrimonio Natural y los tribunales han otorgado su propiedad a la Junta de Andalucía, que no se decide a demolerlo.

Esta semana un centenar de activistas de Greenpeace han pintado sobre su fachada un punto negro de 8.000 metros cuadrados en el que se puede leer, en letras gigantescas: “Hotel ilegal”. El objetivo es llamar la atención sobre este espacio y exigir el desmantelamiento del inmueble promovido por Azata. Desde 2003 han pasado cuatro ministros y tres presidentes de la Junta, y el hotel sigue en pie.

«Este hotel ilegal se ha convertido en el mayor punto negro del litoral español y es un ejemplo reconocido internacionalmente de la impunidad con la que se ha actuado en la costa del país en los últimos años, donde aún se pretende hacer prevalecer la normativa urbanística sobre la ambiental», apuntan desde la ONG.

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Además, exigen tanto a la Junta de Andalucía como al Ministerio de Medio Ambiente que no se escuden más en la maraña judicial creada en torno al hotel y que acuerden la recuperación natural de la zona. La principal excusa esgrimida por Junta y Ministerio, el pleito sobre la licencia de obras, solo determinará si la licencia urbanística concedida a la promotora Azata del Sol por el Ayuntamiento de Carboneras fue legal y si hay que compensar económicamente a la misma, “lo cual no pone en duda la ilegalidad del hotel y la obligación de demolerlo«.

La protesta, para Greenpeace, se ha desarrollado en un espacio “público” según una orden ministerial de 2005, ratificada por el Tribunal Supremo, que “fijó la servidumbre de protección de la Ley de Costas en 100 metros por lo que el edificio se encuentra ubicado claramente en terrenos públicos”.

La ONG también ha recordado que el desmantelamiento y la posterior restauración del Parque Natural, según un estudio publicado, generaría 379 puestos de trabajo y el 98 por ciento del material del edificio sería recuperado.

El alcalde de Carboneras, Salvador Hernández, del Grupo Independiente de Carboneras (GICAR), ha tildado de “agresiva” la acción desarrollada por los conservacionistas. “¿Por qué no dejan que sean los juzgados los que decidan? Es algo radical propio de otros tiempos”, ha dicho. El regidor municipal ha defendido, una vez más, la permanencia del inmueble en el municipio. “El hotel empezó a construirse en 2003 y estamos en 2014. Con lo que hay allí, que es esparto, no vamos a vivir”, ha concluido.

La promotora Azata del Sol comenzó a construir El Algarrobico en mayo de 2003 sobre un suelo, dentro del parque natural, recalificado como urbanizable por el Ayuntamiento de Carboneras (entonces PSOE) y con el empeño de la Junta de Andalucía (PSOE) y el ministerio de Medio Ambiente (entonces PP). Azata del Sol tenía todos los papeles en regla y apoyo político para el proyecto, que incluía varios hoteles y un complejo turístico a gran escala, aunque según Greenpeace la compañía sabía perfectamente que la ley acabaría por volvérseles en contra.

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