Transparencia

Contra el comercio de armas

En la actualidad existe mayor regulación internacional para el intercambio de plátanos, huesos de dinosaurios y agua embotellada que para las armas. Difícil de explicar.

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28
junio
2012

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Un puesto del Mercado de Barceló e Madrid se ha convertido en ‘La Disparada’, una tienda falsa de venta de armas. A través de esta acción, Intermón Oxfam, Amnisitía Internacional y Fundación por la Pau quieren concienciar a los ciudadanos sobre los efectos de un mercado que mueve 60.000 millones de dólares al año.

Así, las ONGs denuncian «la falta de regulación internacional del comercio de armas que permite que se cometan multitud de violaciones y graves abusos contra los derechos humanos».

El director de AI España, Esteban Beltrán, ha resaltado que en la actualidad existe mayor regulación internacional para el intercambio de plátanos, huesos de dinosaurios y agua embotellada que para las armas.

Este negocio mueve unos 60.000 millones de dólares al año, según las cifras conocidas. Su uso está relacionado con  al menos 500.000 personas anualmente.

Según afirman, cerca del 60% de las violaciones de derechos humanos que tienen lugar en el mundo, están relacionadas con el uso de armas. Los conflictos armados cuestan a África 18.000 millones de dólares al año, la misma cantidad que reciben en ayuda cada año.

Por ello, consideran desde el punto de vista de la sociedad civil, el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas «debe incluir una regla de oro: la garantía de que no se realizan transferencias de armas cuando exista riesgo de que puedan utilizarse para cometer o facilitar graves violaciones y abusos de derechos humanos».

El director de la Fundación per la Pau, Jordi Armadans, puntualizó que aunque la mayoría de los países está a favor de la iniciativa, China y Rusia se han mostrado reticentes a un convenio vinculante. Estados Unidos «tampoco es muy entusiasta con la idea de que se regule el comercio de armas», mientras que Egipto y Pakistán no apoyan un documento «fuerte y sólido» sobre el tema.

Beltrán ha agregado que en América Latina destacan Venezuela, Cuba y Bolivia como contrarios al tratado. Todos esgrimen que el pacto significaría una agresión a su soberanía.

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