Cultura

Un homenaje a la mujer a través del arte

El Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid reivindican el papel de la mujer. Un recorrido por las Heroínas en el arte occidental. Hasta el 5 de junio. En Madrid.

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11
marzo
2011

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Recientemente, hemos celebrado el Día de la Mujer. Muchos políticos se han hecho la foto y hemos oído grandes discursos en torno a la igualdad. Los periódicos han hecho hincapié en la brecha salarial que aún existe entre hombres y mujeres, una brecha que en España se agudiza. Y algunos cientos o miles de personas se han echado a la calle con banderas y pancartas. El Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid han elegido una forma quizá no tan efectista, pero quizá sí más eficaz, de reivindicar el papel del sexo femenino: un recorrido por las Heroínas en el arte occidental. Hasta el 5 de junio. En Madrid.

«La historia del arte occidental abunda en imágenes de mujeres seductoras, complacientes, sumisas, vencidas, esclavizadas. Pero el objeto de esta exposición son las figuras de mujeres fuertes: activas, independientes, desafiantes, inspiradas, creadoras, dominadoras, triunfantes. O bien, para usar una palabra clave de la agenda feminista en las últimas décadas: esta exposición se interesa por aquellas imágenes que pueden ser fuentes de “empoderamiento” (empowerment) para las propias mujeres», explica Guillermo Solama director artístico del Thyssen y comisario de la exposición.

Los inventarios de heroínas tienen una larga historia, desde los primeros catálogos de mujeres célebres de Hesíodo y Homero, donde ellas sólo figuraban como accesorio de los varones: a título de madres e hijas, esposas o amantes de los héroes, según explican los organizadores. El primer compendio de mujeres ilustres por sus propios méritos fue el De claris mulieribus de Boccaccio, que seguía la huella del De viris illustribus de Petrarca. Inspirada por el texto de Boccaccio, pero decidida al mismo tiempo a corregir su punto de vista, Christine de Pizan, escribió en 1405 la primera defensa de las mujeres escrita por una mujer: Le Livre de la cité des dames. Si se permite el anacronismo, Christine de Pizan fue la primera feminista porque atribuyó la desventaja de la mujer, no a la naturaleza, sino a la costumbre. Su texto inauguró una larga Querelle des Femmes que ha durado siete siglos y todavía sigue abierta.

Esta exposición es también, según explican, una especie de “ciudad de las mujeres” centrada especialmente en el ciclo de la modernidad, desde el siglo XIX hasta la actualidad. Siguiendo un orden, no cronológico, sino temático, explora los escenarios y las vocaciones de las heroínas: la iconografía de la soledad, el trabajo, la embriaguez, el deporte, la guerra, la magia, la religión, la lectura y la pintura. En cada capítulo de la exposición se yuxtaponen obras de distintas épocas, lenguajes y medios artísticos para provocar una reflexión sobre lo que cambia y lo que permanece a través de esas diferencias. Y en cada capítulo, una o varias voces de mujeres artistas, sobre todo contemporáneas, responden a las imágenes creadas por sus colegas varones.

En la primera parte de la exposición, en el Museo Thyssen-Bornemisza, domina el poder físico de las heroínas, la segunda parte, en las salas de la Fundación Caja Madrid, explora los poderes espirituales.

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