Twitter se niega a cerrar las cuentas proanorexia

En Twitter hay perfiles como el de Anamia, que se define como «gurú de la moda y la anorexia». Sus mensajes son duros, inconscientes y traslucen alguna enfermedad mental. «Si terminara en un psiquiátrico al menos yo  sería las más bonita y delgada».  «Algún día todos moriremos, pero yo moriré delgada y feliz». «Recuerdan las imagenes de los cigarrillos que incitan a no fumar? Así debería ser con la comida».

El Ministerio de Sanidad ha reclamado a Twitter que cierre este tipo de cuentas que favorecen los trastornos alimentarios entre los jóvenes (sólo Anamia cuenta con más de 2.200 seguidores, lo que da una idea del volumen de receptores que tienen estos mensajes a favor de la anorexia o la bulimia). Pero la empresa con sede en San Francisco alega «libertad de expresión» para dejar que estos ciberactivistas contra la comida sigan campanda a sus anchas por la red.

Pero el problema principal es que, aunque se trate de una conducta reprobable, aún no está tipificada como delito. «No está tipificado como tal, no hay ninguna ley que lo prohíba. Ésa es la realidad», explican a Ethic fuentes del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil (GDT).

Según un informe de la Agencia de Calidad de Internet y la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia estos contenidos han aumentado un 470% en los últimos años y el 75% de las personas que consultan este tipo de páginas web son menores de edad.