Cambio Climático

Elecciones EEUU: ¿qué pasará con el cambio climático?

Mientras el mundo contiene la respiración a la espera de saber quién ocupará la Casa Blanca, repasamos qué opinan Trump y Clinton sobre el mayor problema al que se enfrenta el planeta: el cambio climático

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
07
septiembre
2016

Artículo

Mañana son las elecciones en Estados Unidos, y el mundo contiene la respiración más que nunca en la historia de la primera potencia. El motivo es de sobra conocido: Donald Trump. Un candidato que, por primera vez, pone de acuerdo a todos los sectores y estratos sociales imaginables: conservadores neoliberales, izquierdistas, ricos, pobres… El planeta está escandalizado por igual ante su (más que) probable gobernabilidad. Incluso las bolsas respingaron la semana pasada ante un sondeo que lo acercaba a la nuca de su rival, la demócrata Hillary Clinton, y eminencias bancarias como Barclays ya advierten de un desplome general si gana el polémico candidato. Muchos de sus correligionarios del partido republicano se desligan en masa del fenómeno Trump, posiblemente para esquivar cualquier responsabilidad en lo que se nos avecina si llega al poder.

No extraña, por tanto, que los debates de campaña hayan girado en torno a sus provocadoras propuestas en temas como la inmigración -su punta de lanza-, la relación de Estados Unidos con la OTAN o la instauración de un nuevo modelo económico para el que el adjetivo neoliberal se quedaría bastante corto. Todo ello trufado de los continuos escándalos en torno al magnate que los medios de comunicación alumbran cada día, fruto de investigaciones maratonianas acuciadas por el pavor de todos, hasta los más conservadores, ante la posibilidad de que Trump sea presidente.

Uno podría pensar que este torbellino de desmanes está opacando otros temas importantes y urgentes que nos afectan a todos, incluso al propio candidato, como los que tienen que ver con el cambio climático. Por desgracia, no es así. En el caso del candidato republicano, sencillamente, no existen. Basta darse una vuelta por la web de Donald Trump para darse cuenta de que sí, está plagada de banners pidiendo donaciones para su campaña, pero no hay ni una sola mención a la crisis medioambiental a la que nos enfrentamos.

Detengámonos en este punto, mientras empieza la contrarreloj hacia una jornada que va a ser crucial para el futuro del planeta («son las elecciones más importantes en la historia de Estados Unidos y del resto del mundo», dicen en un vídeo de Youtube una veintena de actores de Hollywood que apoyan a Clinton y animan a ir a votar a sus compatriotas). Y, entre tanto, repasemos qué opina cada candidato del cambio climático, el mayor problema al que se enfrenta el planeta y, paradójicamente -y eso no es algo exclusivo de Estados Unidos- el segundo plato de las agendas políticas.

Donald Trump

Una encuesta realizada a finales del año pasado por ABC News concluyó que el 67% de los estadunidenses ven el calentamiento global como un «problema serio». Y cinco de cada 10 opinan que el Gobierno debe incrementar sus esfuerzos para combatirlo. No parece que esto le importe mucho al ex empresario. En varias ocasiones ha tildado el cambio climático de «fraude» y «estafa», y no le dolieron prendas al soltar en su Twitter que «es una invención de los chinos para quitarle competitividad a la manufactura estadunidense».

m9ng9j5x7cpt5hcdu0jra747ruw4thwlwbsttx2fvahjqg2qs_8glorwcqgxgq8wje5bowtlvihbdryargjchy7bquaxd9t-enioavfxlfjwqnvfxr9whcxul6canw_0q8qghoi9

Dicho esto -no olvidemos que Estados Unidos, como miembro de Naciones Unidas, es firmante de los objetivos de 2030, que incluye tomar medidas para mitigar el aumento de temperatura global-, uno acertará al pensar que Trump no solo no propone medidas anti cambio climático, sino que su postura es más bien ‘anti anti cambio climático’. Como ya hemos dicho, basta con clicar en la pestaña del programa electoral en su web: la única referencia soslayada al respecto está en el epígrafe referido a energía. Todo apunta a lograr la independencia energética de Estados Unidos, como él dice, «liberando los 50 billones de dólares que tiene Estados Unidos en reservas de crudo, gas licuado y carbón». Añade en uno de los puntos que, así, no dependerían del «cartel de los países de la OPEC (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y otras naciones hostiles» a sus «intereses». Hace una mención, en el penúltimo punto, a incentivar el uso de gas natural y «otros recursos americanos para reducir las emisiones» siempre, eso sí, «que eso implique una reducción del precio de la energía y un aumento de la economía». No especifica ni cuánto, ni cuándo ni cómo. Los objetivos comprometidos para 2030 con la ONU, ni los menta.

Hillary Clinton

Tenemos que seguir hablando de Trump: una de sus armas arrojadizas en campaña es que las políticas del Partido Demócrata para restringir el uso de energías contaminantes suponen que cada ciudadano estadounidense deja de percibir 7.000 dólares anuales de media, según sus estudios.

Hillary Clinton, en su programa, anuncia que irá un paso más allá de las meras restricciones. Para ella,  «las energías renovables y el cambio climático son prioridades». Incluye propuestas puntuales, como instalar 500.000 paneles solares, reducir en un tercio el consumo energético en instalaciones gubernamentales y promover nuevos combustibles para superar la dependencia del petróleo.

En comparecencia pública, la candidata ha declarado: «No permitiré que nadie nos haga retroceder, ni que se niegue a nuestra economía los beneficios de un futuro de energías limpias. Tampoco que se fuerce a nuestros hijos a soportar la catástrofe de no atender el cambio climático».

La visión de lo que es una primera potencia mundial, queda claro, es muy diferente para ambos candidatos. Mientras que Trump prefiere encastillar al país y volverlo autosuficiente en combustibles fósiles para no depender de nadie, la exsecretaria de Estado asegura que Estados Unidos será la «superpotencia de las energías limpias del siglo XXI», y aspira a «liderar la lucha global contra el cambio climático». Sus objetivos son ambiciosos: disminuir en un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero durante la próxima década respecto a los niveles de 2005.

Queda por ver cuál de las ambiciones de los dos candidatos se impone este 8 de noviembre.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME