¿Te pica el éxito de tu pareja?
Solemos querer a nuestro lado a una persona con una razonable ambición y que trabaje por sus metas. Pero, ¿en qué momento el éxito de la pareja puede llevar a la comparación, a los celos o incluso a la envidia?
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Las demandas laborales, el equilibrio entre la vida laboral y la personal, y la influencia del trabajo en la dinámica de pareja son temas relevantes que afectan a muchas personas en la actualidad. Estamos inmersos en una sociedad altamente competitiva, en la que la envidia del éxito ajeno es bastante habitual; sin embargo, cuando esto sucede dentro de una pareja puede llegar a convertirse en un verdadero problema y en una fuente inagotable de discusiones.
Es natural desear una pareja con ambiciones, metas claras y logros destacados. Sin embargo, el éxito de esa persona especial puede, en ocasiones, despertar en nosotros sentimientos encontrados como admiración, comparación o, algunas veces, incluso envidia. Este fenómeno, aunque tabú, es más común de lo que parece y está profundamente ligado a cómo evaluamos nuestro propio valor frente a quienes nos rodean.
La percepción del éxito dentro de una pareja está además profundamente influenciada por los roles tradicionales de género que la cultura ha moldeado. En muchas sociedades, se espera que los hombres sean los principales proveedores y que su identidad esté ligada al logro profesional y al poder económico. Por lo tanto, cuando una mujer supera profesionalmente a su pareja masculina, pueden surgir tensiones debido a la amenaza percibida a este rol tradicional.
Lo más habitual es que uno de los cónyuges se convierta en el principal sostén de la familia, papel que, de momento, desempeñan los hombres en mayor medida. Aunque el número de mujeres que ganan lo mismo o más que su marido se ha triplicado en las últimas cinco décadas, según un estudio del Pew Research Center en EE.UU. solo el 29% de las parejas tienen salarios más o menos iguales. Es una cifra extrapolable a los países europeos. En este sentido, cuando es la mujer la que gana más dinero y goza de éxito profesional, la población masculina es más propensa a sufrir el fantasma de los celos.
El número de mujeres que ganan lo mismo o más que su marido se ha triplicado en las últimas décadas
Estas dinámicas tienen raíces evolutivas. Desde una perspectiva antropológica, la búsqueda de estatus ha sido clave en la historia humana para conseguir un acceso privilegiado a recursos y la atracción de la mejor pareja. En este sentido, el éxito de la mujer puede ser percibido como una amenaza al equilibrio jerárquico dentro de la relación, especialmente si contrasta con las expectativas culturales y sociales.
La comparación social, un fenómeno inherente a las relaciones humanas, ha sido estudiada en profundidad. Según la teoría de Festinger, las personas evalúan sus capacidades y logros en relación con otros para entender su posición social. Esta dinámica puede intensificarse en la pareja, especialmente si los logros de uno resaltan las inseguridades del otro. La investigación ha señalado que este proceso puede ser especialmente agudo cuando los roles tradicionales de género son desafiados.
Pero, más allá de los roles de género, la envidia y los celos son sentimientos frecuentes que sentimos en nuestras interacciones con los demás. En la construcción de relaciones amorosas, el equilibrio entre admiración y envidia puede ser frágil. Los celos nacen del temor a perder algo valioso ante la presencia de otra persona, lo que puede desencadenar ansiedad e inseguridad. Por su parte, la envidia aparece cuando anhelamos lo que otra persona posee, como su habilidad, bienes o relaciones, lo que puede generar una mezcla de admiración y resentimiento. Aunque estas emociones son parte inherente de la experiencia humana, entender cómo gestionarlas es clave para preservar nuestra salud mental y mantener relaciones armoniosas.
Las personas evalúan sus capacidades y logros en relación con otros para comprender su posición social
La envidia en una relación no implica necesariamente falta de amor o apoyo. Es una emoción que, cuando no se reconoce, puede generar resentimiento o distancia emocional, ya que afecta directamente a la propia autoestima.
Psicólogos como Abraham Tesser han abordado este fenómeno a través de la teoría del mantenimiento de la autoevaluación. Este modelo establece que las relaciones cercanas, incluidas las de pareja, son un terreno fértil para las comparaciones que afectan la autoestima. Por un lado, el éxito de la pareja puede ser motivo de orgullo compartido; sin embargo, cuando este éxito se vincula a áreas relevantes para nuestra propia identidad, puede provocar sentimientos de insuficiencia o competencia que erosionan la relación.
Otros estudios, como los realizados por Kate Ratliff y Shigehiro Oishi y publicados en el Journal of Personality and Social Psychology, demuestran que, en algunos casos, los hombres experimentan una disminución en su autoestima inconsciente cuando sus parejas sobresalen, incluso en áreas donde ellos no están directamente involucrados. Esto revela cómo el éxito de la pareja puede percibirse como un indicador relativo de nuestras propias capacidades
Según la psicóloga Dolor Mas, es una situación difícil, pero lo es para ambos. Cuando la situación se vuelve cada vez más insostenible, hay, por supuesto, algunas pautas que pueden ayudar. Primero, hablar con amigos o familiares de confianza sobre lo que ocurre ayuda a expresar las emociones y a encontrar apoyo. Por supuesto, sincerarse con la pareja, pero siempre con actitud positiva y constructiva, sin reproches. Si los celos llegan a extremos importantes, interfiriendo en la vida cotidiana, laboral e incluso en la propia felicidad, es una buena opción buscar ayuda profesional de un/a psicólogo/a o terapeuta de pareja.
Lo más importante es ser sincero con uno mismo. Los expertos recomiendan practicar la autoevaluación positiva y redefinir la percepción del éxito. En lugar de ver los logros de la pareja como una competencia, es crucial reconocer las diferencias individuales y celebrar los éxitos ajenos como un equipo. Esto requiere fortalecer la autoestima, enfocándose en metas propias y practicando el agradecimiento hacia la pareja por compartir su éxito.
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