Huellas que simbolizan nuestro compromiso por la infancia y nuestro deseo de paz
Proteger a la infancia es un compromiso que no tiene límites geográficos. La violencia que sufren los niños y las niñas nos afecta a todos
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El sonido de los niños y niñas es la música de las sociedades con esperanza. En medio de las guerras, sin embargo, solo se puede escuchar el atronador silencio de la infancia. No es un silencio tranquilo y plácido, sino uno cargado de miedo, incertidumbre y ausencias. Un silencio que queremos romper uniendo nuestra voz a favor de la protección de la infancia en todo el mundo.
Desde Aldeas Infantiles SOS recordamos que proteger a la infancia es un compromiso que no tiene límites geográficos. La violencia que sufren los niños y las niñas nos afecta a todos. Las guerras trascienden las fronteras de los lugares donde se producen y condiciona el bienestar emocional de la infancia en su conjunto, que apenas empieza a construir su vida en el mundo.
Más de 50 conflictos bélicos activos en el mundo, según el Global Peace Index, implican demasiadas infancias interrumpidas. No solo por la falta de seguridad física, sino por las consecuencias emocionales que generan los vínculos rotos, el miedo y la inestabilidad. De hecho, sufren los efectos de la violencia generada por la guerra Incluso quienes no han estado directamente expuestos a estos conflictos porque el miedo se reproduce, la angustia se transmite y la inseguridad se contagia.
Más de 50 conflictos bélicos activos en el mundo, según el Global Peace Index, implican demasiadas infancias interrumpidas
La paz crece a partir de la semilla de la salud mental. De entornos protectores donde los niños y niñas crecen sintiéndose seguros, valorados, escuchados. Se nutre de vínculos afectivos estables, de adultos que acompañan y sostienen. La paz siembra presente y cultiva realidades donde cada niño y niña puede soñar un futuro.
En Aldeas Infantiles SOS reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de espacios seguros y en paz mediante los programas de respuesta ante emergencias que trabajan en decenas de países. A través de estos, atendemos a niños y niñas no solo cubriendo sus necesidades básicas, sino también dándoles acompañamiento emocional, apoyo psicosocial y un entorno familiar protector. Eso es lo que más necesitan: crecer siendo amados, cuidados y protegidos.
Un compromiso que también asumimos y cumplimos aquí. En España, nuestros programas educativos llevan más de dos décadas trabajando con escuelas de todo el país para fomentar valores como la empatía, la solidaridad y el respeto. Porque creemos que la paz y los entornos protegidos se construyen cada día; en el aula y en casa; dentro y fuera.
Así como la protección no debe tener límites, necesitamos tender puentes entre lo que sucede en zonas de conflicto y lo que hacemos, desde aquí, para construir un mundo más justo y seguro para la infancia. Entre las leyes que protegen a la infancia y aquellos niños y niñas en situación más vulnerable que sueñan con que esas leyes lleguen a su realidad cotidiana.
Por eso celebramos que hace cuatro años se aprobara en España la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia. Conocida como LOPIVI, esta norma marca un punto de inflexión en la protección infantil, que aborda de forma integral y holística. Pero esta ley necesita seguir avanzando y para ello requiere más coordinación entre instituciones, más recursos, más formación especializada y más voluntad para traducir sus principios en acciones concretas.
Atendemos a niños y niñas no solo cubriendo sus necesidades básicas, sino también dándoles acompañamiento emocional, apoyo psicosocial y un entorno familiar protector
La LOPIVI es un mecanismo valioso y como toda herramienta, requiere voluntad y compromiso para desplegar todo su potencial. No basta con que exista. Tiene que llegue a cada niño y niña que lo necesite. Necesitamos hacer que prevenga, que repare, que acompañe. Que sea el reflejo de una sociedad que prioriza a su infancia.
Con la iniciativa Pisando Fuerte por la Paz, invitamos a reflexionar sobre el camino que aún nos queda por recorrer para garantizar una infancia libre de violencia. Una campaña que hemos visibilizado con una acción simbólica frente al Congreso de los Diputados en la que unas huellas representaron el camino a un mundo sin guerras que los niños y niñas esperan recorrer con seguridad y esperanza. Cada paso nos recuerda que su bienestar emocional debe estar en el centro de las políticas públicas. Cada huella nos demuestra que la paz se construye a partir de la responsabilidad individual de los actos ordinarios y también desde el compromiso institucional con respecto a leyes extraordinarias.
Esta acción simboliza nuestro compromiso en defensa de sociedades en las que los pasos de los niños y las niñas se puedan dar en entornos seguros. Nuestro trabajo diario para alumbrar un futuro en que ningún niño o niña camina solo frente a la adversidad. Nuestro esfuerzo por construir un mundo paz a partir de lo más cotidiano: el cuidado, la escucha y la protección.
Porque proteger a la infancia no es solo una responsabilidad legal. Es una elección ética. Es el reflejo del tipo de sociedad que somos y que queremos ser.
Pedro Puig, presidente de Aldeas Infantiles SOS España
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