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El mito de Odiseo y Penélope

Una odisea amorosa

La historia de amor entre Odiseo y Penélope, representada en la ‘Odisea’ de Homero, representa la fidelidad y la espera.

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03
septiembre
2025

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Odiseo, también conocido como Ulises en su versión latina, fue uno de los héroes de la mitología griega y da nombre a la Odisea de Homero, puesto que es el protagonista de este poema épico. La Odisea narra el regreso a casa de Odiseo tras diez años de guerra en Troya, en un viaje que duró tanto como la guerra, otros diez: su ausencia duró veinte años en total. Sin embargo, durante la ausencia de Odiseo, una mujer lo esperó y se encargó de cuidar la casa familiar, además de criar al hijo de ambos, Telémaco: esa mujer fue Penélope. Penélope era de Esparta, hija del rey de la región y de una ninfa de agua dulce, mientras que Odiseo era de Ítaca.

Cuenta la historia que Odiseo y Penélope se enamoraron a primera vista y no quisieron volver a separarse. Se casaron después de varios meses y decidieron vivir juntos para siempre en el palacio de Odiseo, pero los dioses tenían otro plan para las vidas de ambos: mientras que Odiseo partió para luchar en la guerra, Penélope se quedó en Ítaca. Sin embargo, cuando acabó la guerra y pasaron los años, no se sabía si Odiseo había muerto en la batalla, por lo que el trono del reino quedó vacante.

Penélope ideó una estratagema para ganar tiempo mientras Odiseo volvía a su patria

Para ocupar el hueco que dejó Odiseo y poder reinar en Ítaca, Penélope recibía a diario a pretendientes, que se aprovechaban de su generosidad. Pero ella había ideado un plan: como no quería contraer matrimonio de nuevo, empezó a decir a los pretendientes que se casaría con uno de ellos cuando terminara de tejer un sudario para Laertes, el padre de Odiseo. Durante el día, a la vista de todos, lo tejía; de noche, a escondidas, lo deshilaba. Así, ganaba tiempo para que Odiseo pudiera regresar a su trono.

«Los dioses me robaron toda mi belleza cuando los griegos partieron hacia Troya y mi amado marido se fue con ellos. Si volviese y cuidara de mis intereses, sería más respetada y tendría mejor presencia ante el mundo. Pero ahora me agobian las preocupaciones y las aflicciones que los dioses han tenido a bien enviarme», lamenta Penélope durante el canto XVIII de la Odisea (traducción de Samuel Butler). Cuando Odiseo, después de sus innumerables aventuras, llegó a Ítaca y conoció la situación de los pretendientes, se presentó en el palacio bajo la apariencia de un mendigo. Para entonces Penélope, descubierta en su estratagema, ya había anunciado que se casaría con quien fuera capaz de tensar el arco de Odiseo. Cuando tuvo lugar la competición, el héroe esperó hasta que el resto demostró no poder tensarlo: entonces Odiseo, tomando su arco, mató al resto de pretendientes junto a su hijo Telémaco.

Penélope no reconoció a su marido en un primer momento, pero tras varias demostraciones pudo ver que aquel vencedor era Odiseo. Lloró, corrió a su encuentro, se abrazaron y marcharon a sus aposentos para contarse lo ocurrido durante los veinte años de la ausencia de su marido.

La representación de Penélope en la historia de la Odisea es la de una mujer fiel y abnegada, que espera durante décadas idealizando una situación prácticamente improbable: el regreso de Odiseo. Esta idealización se materializa con el sudario, un objeto que representa la esperanza de un futuro en el que Odiseo vuelva con vida de la guerra de Troya. La figura de Penélope representa la lealtad y la paciencia, que se mantienen a pesar del asedio de los pretendientes y la creencia generalizada de la muerte de Odiseo.

Esta historia de amor se ha reescrito por los valores que representa: desde la teatralización de Mario Vargas Llosa, titulada Odiseo y Penélope y en la que Penélope se transforma en muchos de los personajes femeninos de la Odisea como la diosa Atenea, Calipso o Circe, hasta la versión feminista de la vida de Penélope en Penélope y las doce criadas de Margaret Atwood. En esta última obra, el concepto de amor se redefine: ¿merece la pena esperar veinte años y no vivir, mientras que la otra parte de la pareja desaparece y sí vive una vida plena?

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