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Sociedad

Historia antigua

La primera guerra de la historia

Hace 4500 años, las ciudades-estado mesopotámicas Lagash y Umma se enfrentaron por recursos hídricos y una franja de tierra en la que es considerada la primera guerra de la historia.

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10
febrero
2025

La historia a veces queda escrita en los lugares más insospechados. La de la primera guerra de la que se tiene constancia está documentada en una serie de grabados conmemorativos conocidos como la estela de los Buitres y en inscripciones cuneiformes en conos de piedra caliza.

Fueron Lagash y Umma las poblaciones protagonistas del primer conflicto bélico registrado. Estas dos ciudades-estado pertenecían al país de Sumer y se concentraban en el sur de Mesopotamia. Aunque pertenecían a una región agrícola de gran productividad, fue la necesidad de explotar la tierra lo que enfrentó a estas ciudades.

El principal objeto de confrontación era la frontera entre los dos estados, junto con un importante canal de riego que se alimentaba principalmente de lo que hoy en día se conoce como el delta del Tigris y el Éufrates. La disputa se refería tanto a los recursos hídricos como a una franja de tierra agrícola en el valle que Umma arrendaba a Lagash para el cultivo. Así lo explica el investigador Peter H. Sand en su artículo Environmental Dispute Resolution 4,500 Years Ago: The Case of Lagash v Umma publicado por Oxford University Press.

Lagash y Umma, ciudades-estado mesopotámicas, se enfrentaron por recursos hídricos

A cambio del privilegio de poder cultivar sus tierras, Lagash exigía a Umma el pago de una renta anual, estimada en un tercio de las cosechas, para cubrir los gastos de mantenimiento de los canales de irrigación de los valles.

Sin embargo, Umma se negó repetidamente a pagar los honorarios impuestos y boicoteó la irrigación de los cultivos, desviando el flujo del agua y destruyendo alguna de las infraestructuras hídricas del valle. Esto hizo saltar las hostilidades y la población se enfrentó durante varios años.

Las primeras victorias las cosechó Lagash, primero bajo el liderazgo de Eanatum, hacia 2470 a.C., y más tarde bajo su sobrino Enmetena, en torno al 2430 a.C. Umma tuvo que aceptar y asumir la reconstrucción (y ampliación) del canal y el restablecimiento de las fronteras.

En el 2019, el Museo Británico dedicó una exposición a este conflicto al exhibir tres objetos que recogían distintas perspectivas del enfrentamiento que tuvo lugar hace 4500 años. «El Pilar Fronterizo de Lagash forma parte de la colección desde hace 150 años y es la primera vez que se descifra el texto inscrito», explicó el museo. El pilar habría sido construido por el rey Enmetena de Lagash año 2400 a.C. para delimitar la frontera de su territorio.

Las ciudades-estado recurrían a las deidades para legitimar sus aspiraciones territoriales, dándole al conflicto un tinte religioso.

El museo también exhibió una cabeza de maza hecha para el rey Gishakidu de Umma, contemporáneo y enemigo de Enmetena. El artefacto contiene una representación pintada en negro de la red de batalla que utilizaban los dioses para inmovilizar a los enemigos y ejecutarlos.

Por último, la exposición también contó con la placa de Ur, que ilustra una tradición de Lagash y Umma en la que se hacían ofrendas en el santuario fronterizo bajo el ojo protector del dios de la Luna. El Museo asegura que los tres objetos narran la historia del primer ejemplo registrado de conflicto prolongado por una frontera.

La batalla también aparece reflejada en las dos caras de la estela de los Buitres que se conserva en el museo del Louvre. El objeto recoge inscripciones y representaciones en relieve de los combates y de las victorias en las que se mezclan las guerras con símbolos de corte más divino y simbólico, puesto que las ciudades-estado recurrían a las deidades para legitimar sus aspiraciones territoriales, dándole al conflicto un tinte religioso.

«Los conflictos vividos por Lagash fueron ideologizados por los escribas oficiales de Lagash al servicio del Estado, utilizando un lenguaje simbólico que mostraba a la población que se generaban a partir de enfrentamientos entre dioses», explica la investigadora Marta Estela Juárez Arias en La tensión político-militar entre Lagash y sus vecinos por el control de espacios fronterizos.

Juárez Arias señala que, aunque Lagash consiguió imponer su dominio durante siglos, el último rey, Urukagina, fue vencido por un caudillo militar de Umma, que se lanzó contra su antiguo rival y expandió su hegemonía por todo Sumer.

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