Desigualdad
Así pueden las ‘techies’ impulsar la igualdad de género
La falta de mujeres en las carreras STEM provoca sesgos de género en el sector tecnológico ya que muchos problemas se analizan únicamente desde el punto de vista masculino.
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Ada Lovelace, la primera programadora; Radia Perlman, la madre de internet; o Grace Hopper, creadora del lenguaje COBOL. En la historia encontramos cientos de científicas e investigadoras que han sido clave en el desarrollo y avance de las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y, sin embargo, su reconocimiento ha sido frecuentemente no compartido y olvidado.
Desde pequeñas, las niñas se encuentran con obstáculos en las asignaturas STEM. La falta de referentes, unido a la percepción errónea de que son menos capaces en estas materias o que los exámenes les generan más ansiedad –a pesar de que consiguen las mismas notas– son algunas de las razones por las cuales muchas esquivan estudiar carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología. Según la Unesco, actualmente, solo el 22% de los estudiantes de STEM, menos del 30% de los trabajadores STEM y menos del 30% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres. Y, en nuestro país, 24 de cada 100 estudiantes escogen una rama relacionada con la ciencia y, de ellos, solo 8 son chicas.
En España, 24 de cada 100 estudiantes escogen una rama relacionada con la ciencia y, de ellos, solo 8 son chicas
La falta de mujeres en las carreras STEM provoca sesgos de género en el sector tecnológico ya que muchos problemas se analizan únicamente desde el punto de vista masculino. Lo estamos viendo con la inteligencia artificial, donde la diversidad de perspectivas es esencial para garantizar que la IA refleje las necesidades y preocupaciones de todos los grupos sociales, incluidas las mujeres.
Sin embargo, este escenario está cambiando poco a poco, impulsado por la necesidad de talento cualificado. Actualmente, solo el 33% de los puestos en tecnología encuentran el talento adecuado, según el Foro Económico Mundial. Hay una gran demanda de profesionales en tecnología, pero el acceso a este talento se ve obstaculizado por la brecha de género. Como resultado, las empresas y los países no pueden aprovechar todo el potencial humano disponible, lo que les impide alcanzar su máximo rendimiento económico.
Igualmente, existen sesgos de género arraigados en los procesos de contratación y promoción que pueden favorecer involuntariamente a los hombres sobre las mujeres, perpetuando así la desigualdad en el lugar de trabajo. Las culturas organizativas que no son inclusivas para las mujeres pueden desalentar su participación en el campo de la IA, lo que resulta en una menor representación en equipos de desarrollo y liderazgo.
Una apuesta por el reconocimiento, la inclusividad y la igualdad
Para abordar esta situación, es fundamental promover la inclusión y la diversidad de género en las áreas STEM desde una edad temprana, así como implementar políticas y programas en el ámbito educativo y laboral que fomenten el acceso equitativo y las oportunidades de desarrollo para todas las personas, independientemente de su género.
En el ámbito empresarial, es necesario ofrecer a todos los empleados oportunidades de entrada y de ascenso, además de una óptima conciliación, entre la vida laboral y la personal. Las organizaciones deben desarrollar y ejemplificar activamente una cultura corporativa sostenible, abierta e inclusiva, para todos los empleados.
En respuesta a estos desafíos, las empresas están implantando la igualdad de género con un enfoque estratégico. No es solo una cuestión de justicia social, sino también una necesidad empresarial para atraer y retener talento. Esto implica crear culturas corporativas inclusivas que valoren y apoyen a empleados de todos los géneros.
Hay una gran demanda de profesionales en tecnología, pero el acceso a este talento se ve obstaculizado por la brecha de género
Primero, es crucial que promuevan el desarrollo profesional de las mujeres para que puedan acceder a posiciones de liderazgo. Esto implica romper el llamado «techo de cristal», donde las mujeres tienen dificultades para ascender en la jerarquía corporativa. Es igual de necesario derribar las «paredes de cristal», que perpetúan la segregación de género en ciertas áreas de la empresa –por ejemplo, es común encontrar a más mujeres en roles administrativos y menos en áreas estratégicas, como investigación y desarrollo–. Y, por último, es esencial que las empresas redefinan su cultura organizacional para eliminar los prejuicios sexistas arraigados en la sociedad y dentro de la empresa misma. Esto implica crear un ambiente de trabajo inclusivo y equitativo donde todos los empleados, independientemente de su género, tengan las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.
En NetApp, estamos comprometidos con la creación de una cultura que fomente la igualdad de género y el respeto mutuo. Reconocemos que el éxito de nuestra empresa está intrínsecamente ligado a la diversidad y la inclusión. Por ello, hemos implementado medidas concretas para apoyar a nuestras empleadas y promover su desarrollo profesional. Ofrecemos políticas de trabajo flexibles y amigables con la familia, así como programas de formación y redes de apoyo. Nuestros directivos reciben capacitación en diversidad y se comprometen a crear entornos de trabajo inclusivos. Además, participamos activamente en eventos y programas que promueven la igualdad de género en el sector tecnológico. Sabemos que, al valorar y apoyar a todas las personas, independientemente de su género, podemos impulsar la innovación, el crecimiento y el éxito empresarial.
Como vemos, hay muchísimas vías para conseguir una mayor equidad e igualdad de género en las empresas. Juntos podemos avanzar en el desarrollo de ambientes laborales más inclusivos y diversos, que contribuyan a un mayor bienestar de los equipos y permitan alcanzar mejores niveles de productividad y resultados.
Elena Viniegra es directora Cloud de EMEA y LATAM en NetApp
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