Siglo XXI
Benidorm quiere (y necesita) nómadas digitales
Con la esperanza de dar oxígeno al sector turístico, debilitado por la pandemia, la localidad alicantina se lanza a captar un nuevo perfil de turista: los nómadas digitales, profesionales que teletrabajan mientras viajan por diferentes lugares del mundo.
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El concepto «nómada digital» no es nuevo, pero la pandemia lo ha puesto más de actualidad que nunca. Se refiere al trabajador que utiliza Internet para trabajar de forma remota sin estar vinculado territorialmente por su empleo a ningún lugar y, por tanto, con la libertad suficiente para cambiar de residencia con asiduidad. Es decir, para ser nómada, pero en los nuevos tiempos que corren.
Con la llegada del coronavirus, esa parte del sector económico que no acababa de ver la importancia del maridaje entre transformación digital y negocios ha abierto los ojos. Hasta entonces, en España, el nomadismo digital no estaba muy desarrollado debido a la falta de arraigo del teletrabajo, otro aspecto que ha solidificado en este nuevo contexto sanitario hasta tal punto que las ciudades como Benidorm, asociadas al turismo de ‘sol y playa’ han echado mano de este nuevo paradigma y se han puesto manos a la obra para encontrar soluciones a otro de los grandes cambios provocados por la pandemia: la caída en picado del turismo internacional. Si ya eres un lugar conocido por su buen tiempo y sus servicios, ¿por qué no buscar un perfil de viajero de larga estancia?
Los sectores más representados por los nómadas digitales corresponden a la publicidad, la programación o la comunicación
«Benidorm son muchos ‘Benidorms’. En España tenemos la imagen de que esta ciudad pertenece a un turismo más tranquilo para tercera edad o familias, pero la gente que llega desde Irlanda, por ejemplo, viene pensando que aquí solo hay gente joven haciendo deporte o de fiesta», explica Leire Bilbao, directora gerente de la fundación Visit Benidorm. La entidad tiene actualmente en marcha un concurso diseñado para los nómadas digitales en el que, presentando un texto donde desarrollen las características de su trabajo, optan a un mes de alojamiento gratis en la ciudad alicantina para comprobar de primera mano las ventajas que presenta para esta nueva tipología de trabajadores. Es la culminación de un proceso de captación que empezó el septiembre pasado, tras el confinamiento y el verano de la desescalada, y que también se apoya en las decrecientes cifras de contagio de la Comunidad Valenciana, así como el avance de la vacunación en España.
«A estas personas les interesa encontrar un buen lugar para vivir», desarrolla Bilbao. «Compran en el mismo mercado que los autóctonos, no son como el turista normal. Se calcula que los nómadas digitales se asientan en la misma ubicación un mínimo tres meses, aunque en nuestro caso hubo personas que vinieron en septiembre para quedarse tan solo un mes y ya llevan aquí nueve». De Benidorm, asegura, atrae lo contrario que de Madrid o Barcelona: «Al ser una población más pequeña, quien viene aquí huye del ruido y busca buen tiempo… y wifi de banda ancha».
Entre los nómadas que actualmente residen en Benidorm hay una mayoría de freelance con alto poder adquisitivo, aunque también existe un perfil mochilero. No son teletrabajadores creados por la pandemia, sino personas que siempre han vivido así. En general, los sectores más representados por los nómadas digitales son la publicidad, la programación o la comunicación. Lo cierto es que «es muy complicado llegar a ellos como público. Se organizan en grupos propios a través de redes sociales y no consumen medios de comunicación específicos», apunta.
Rodríguez: «Los proyectos de repoblar la España Vacía con nómadas digitales no funcionarán hasta que no exista una conexión de calidad»
En la localidad alicantina se ha trabajado por digitalizar las ofertas de ocio, especialmente actividades deportivas, lugares de coworking y eventos concretos para nómadas, con el objetivo de conectar más con su realidad. «Es importante que tengan espacios en los que conocer gente, más si están en su misma situación. Aquí, por ejemplo, el afterwork existe es igual que en las ciudades grandes. Sigue habiendo actividad una vez pasada la jornada laboral».no es un sitio que entre semana a la hora de cierre de las oficinas se queda sin actividad”. Los miembros de Visit Benidorm presumen de trabajar con una base de datos compuesta por más de un centenar de nómadas digitales, pero la directora aclara que, en última instancia, «es solo línea de trabajo» ante la previsible recuperación de la actividad viajera. Igual que el turismo de congresos, vacacional o de actividades deportivas, «es seguir una tendencia de mercado más».
¿Una tendencia que se pueda aplicar a lo largo y ancho de nuestro país? La profesora María Luz Rodríguez, de la Universidad de Castilla La Mancha, experta en tecnología y trabajo, cree que España no había explotado antes este nicho «por tener muy presente el concepto del teletrabajo». Pero las cifras de la pandemia son claras. Según datos de Eurofound, en nuestro país apenas había un 7% teletrabajo antes del confinamiento, y en 2020 llego al 26%. Por su parte, el think-tank Funcas calcula que uno de cada tres trabajadores han trabajado remotamente en el último año.
El caso de Benidorm no es único: Barcelona, las Islas Baleares y Málaga, apunta la experta, han sido las que más han trabajado volverse atractivas para los nómadas digitales. «En España todos son ventajas: muchas horas de luz, ciudades medias con buen nivel de vida en la costa, uno los mejores desarrollos de infraestructura tecnológica del mundo y, además, servicios públicos de sanidad o educación de calidad que hacen que nuestro país perciba como un destino seguro», apunta. No obstante, si una de todas esas ventajas prometidas falla, el destino pierde atractivo. Por eso, Rodríguez aclara que los proyectos de repoblar la España Vacía a través del teletrabajo y nómadas digitales «no tienen sentido mientras no sea fácil contar con una conexión a Internet de calidad».
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