Sociedad

«No hay mayor síntoma de bienestar que sentir que somos los jinetes de nuestro tiempo»

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03
diciembre
2024

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En una sociedad donde ocho de cada diez personas sienten que el tiempo se les escapa, la falta de este se ha convertido en una de las principales preocupaciones. En ‘Sí te da la vida’ (Plataforma Editorial, 2024), la directora de Comunicación y periodista Mapi Hermida nos propone una reflexión sobre cómo nos relacionamos con él. A través de su guía práctica, nos invita a dejar atrás esa sensación de estar atrapados en el estrés diario y comenzar a vivir con más propósito, enfocándonos en lo que realmente importa e invirtiendo nuestro tiempo de forma significativa y enriquecedora.


Identificas distintos tipos de tiempo: cronológico, biológico, psicológico, productivo y de valor. ¿Cómo podemos reconciliar estas dimensiones en nuestra vida diaria?

El tiempo cronológico y el biológico son el acontecer de las horas, de los días, o bien la relación con nuestra edad biológica. Al final, ese futuro que se vuelve presente, ese presente que se vuelve pasado. Lo importante es enfocarnos en el tiempo psicológico, porque en él podemos, de alguna forma, influir. En muchos casos, depende de nosotros cómo vivirlo; esto está estudiado por la neurociencia. Y lo recoge muy bien Santiago Ramón y Cajal en esa frase de que «todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro». Un buen gestor del tiempo no es aquel que lo estira y hace muchas más cosas, sino que lo vive de forma significativa. Ese es el cambio de paradigma: no es hacer más cosas, sino hacerlas mejor.

Mencionas en tu libro que el propósito es clave. ¿Es posible una buena gestión del tiempo para quienes no tienen claro su propósito en la vida?

Cuando hablo de propósito, me refiero a hacer que nuestra vida tenga un sentido. Definirlo de este modo puede incluso agobiarnos, pero en muchos casos nuestros propósitos están en el día a día. Puede ser sentir que aportas un valor a las personas que te rodean, o disfrutar aprendiendo. No siempre tenemos propósitos grandiosos como salvar el mundo o aquellos que suenan muy inspiradores. Lo que recomiendo es profundizar en tus valores, porque estos se reflejan en lo que haces. De esta manera, tu tiempo será significativo. Si no tienes una guía o un faro, podrías llegar a vivir una vida sin sentido, o, cuando te hagas mayor, sentir que no has dejado un legado. Es importante vivir acorde a tus valores. Aconsejo pensar en qué momentos de tu día a día son más significativos e invertir más tiempo en ellos, sabiendo, claro, que todos tenemos obligaciones y que, en la vida, siempre habrá momentos que no serán significativos.

«Un buen gestor del tiempo no es aquel que lo estira y hace muchas más cosas, sino que lo vive de forma significativa»

Señalas las redes sociales como «ladrones de tiempo»: ¿qué consejos darías para gestionarlas sin que nos roben la vida?

Hablo de las redes sociales como aspiradoras de tiempo, porque no solo nos quitan de hacer otras cosas, sino que, de alguna forma, nos vuelven más manipulables y van conformando nuestra mente. Están individualizando a las personas, como dice la famosa frase: «Alejan a los que están cerca y acercan a los que están lejos». Han alterado enormemente la dinámica de la amistad y de las relaciones personales. Y si hay algo que quiero poner el foco es que todo tiempo bien invertido, da igual el estudio o informe que mires, suele tener que ver con la conexión emocional con las personas, con el tiempo dedicado a los lazos emocionales. Las redes sociales son depredadoras del tiempo dedicado a los vínculos personales, por lo que nos están quitando ese tiempo más significativo. Hay otro término importante que menciono en el capítulo sobre redes, que tiene que ver con el «confeti de tiempo» [la fragmentación del tiempo libre en pequeños trozos]. No es para nada un término festivo. A lo largo del día, todas esas notificaciones y alarmas que nos van saliendo en el mundo digital nos están robando la atención. Son pequeños segundos de tiempo que, a lo largo del día, son muy significativos. Se acumulan y terminan siendo muchos minutos o incluso horas. Creo que es importante ser muy vigilantes y entender las estrategias para adaptarnos a ellas con el fin de poder poner determinadas barreras.

En una sociedad que valora la gratificación instantánea, el aquí y ahora, ¿cómo impacta esta mentalidad sobre nuestra relación con el tiempo? ¿Y a los más jóvenes?

Esta sociedad de la velocidad no nos ha enseñado a tener paciencia. Por eso recomiendo especialmente la lectura, una herramienta poderosa que no te deja empezar por el final ni acelerar el reel. Te lo tienes que leer entero y de manera lineal. Y así cultivas ese músculo de la paciencia. La tecnología nos ha facilitado muchas cosas, pero recomiendo a la gente joven que lea para hacer crecer ese músculo de la paciencia y luchar contra la droga de la velocidad. Cuando vives todo más rápido, profundizas menos, ves las cosas con menos matices. Desde un punto de vista nemotécnico, grabas menos. Entonces, esa falta de paciencia repercute en que tienes menos momentos memorables. Pasa a veces que transcurren tres meses y no sé qué he hecho con mi vida, no he tenido tiempo de profundizar en nada. He viajado, trabajado, pero, en el fondo, no me acuerdo realmente, no he tenido nada que se me haya quedado marcado. Por lo tanto, la gestión del tiempo tiene que ver con que esa paciencia nos haga vivir las cosas con muchísima más intensidad y profundidad, para que esos momentos se queden sellados.

«Recomiendo a la gente joven que lea para hacer crecer ese músculo de la paciencia y luchar contra la droga de la velocidad»

Gestionar el tiempo para encontrar momentos significativos parece un ideal deseable, pero ¿hasta qué punto es un privilegio reservado a quienes cuentan con recursos económicos y una red de apoyo?

Sin duda, es así. A mayores recursos, mayor privilegio en tu gestión del tiempo. Las personas con menos recursos, por otro lado, sufren de la epidemia de falta de tiempo y, también, por ende, de enfermedades que afectan a la salud, porque, al final, repercute en ansiedad, en estrés, en problemas digestivos; en mi caso, fueron problemas de memoria. Cuanto más tiempo, más salud; y al contrario. Es cierto que las personas con menos recursos tienen que destinar gran parte de su vida a un tiempo productivo. Entonces, esos momentos de ocio y esos lazos emocionales pueden verse penalizados. Eso sí, también pasa con las personas con altos recursos, quienes, con unos bienes de primera necesidad garantizados en exceso, a veces tienen que dedicar su tiempo a gestionar esos recursos. Es importante encontrar el punto de equilibrio. Cuando tienes tus bienes de primera necesidad garantizados, hay que ver hasta qué punto tener un mayor número de recursos podría no estar dándote una mayor felicidad.

¿Qué papel juegan la desigualdad de género y la corresponsabilidad en los cuidados en la forma en que las mujeres enfrentan la gestión de su tiempo?

Sí, las mujeres, sobre todo las que asumen responsabilidades de cuidado, tienen significativamente menos tiempo de ocio que los hombres. La OCDE habla de la doble jornada de la mujer y está estudiado que las mujeres en España dedican casi dos horas más al día que los hombres a actividades de cuidado del hogar. Claramente, esa doble conciliación es una cuestión crítica a la que se enfrenta la mujer.

«Cuanto más tiempo, más salud; y al contrario»

Destacas la importancia de planificar el tiempo para encontrar más momentos de valor y felicidad, pero ¿crees que este enfoque puede reducir nuestra capacidad de ser espontáneos, sorprendernos o pensar en las musarañas?

Hablo también de los momentos de feliz desocupación, por eso propongo dejar a lo largo del día colchones de tiempo, porque tú no vas a saber si el miércoles a las tres de la tarde vas a estar cansada o no te va a apetecer hacer algo. Es cierto que el libro aboga por tomar el control de tu tiempo. A mí la disciplina me da libertad en el sentido de que no me dejo llevar por la desidia o la pereza. El tenerlo planificado de alguna forma me ayuda en esa voluntad de cumplir con lo que me propongo, pero es cierto que es muy necesario que tengamos en nuestra agenda momentos de no hacer nada. Es ellos sí se puede dar pie a la espontaneidad y a la creatividad.

¿Qué le dirías a alguien que se siente atrapado en un círculo de productividad sin demasiado sentido?

No hay mayor síntoma de bienestar y de autoestima que sentir que somos los jinetes de nuestro tiempo. A esas personas lo que les recomendaría es que tomen el control de él, porque nuestro tiempo, al final, es vida. Si nosotros no nos damos ese tiempo, nadie nos lo dará. Les diría que tomen conciencia de que su tiempo es vida y de que asuman la responsabilidad que supone gestionarlo. Creo que es muy significativo que empiecen a estudiar a qué destinan su tiempo y vean si realmente les hace felices, porque esto les va a proporcionar conclusiones muy esclarecedoras.

 

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