Cuotas y meritocracia: avanzar hacia la igualdad
Es imprescindible generar herramientas para que la presencia femenina esté representada en el ámbito laboral de la manera que le corresponde: con absoluta igualdad de oportunidades. Aplicar cuotas es la manera de introducir un sesgo positivo en el sistema.
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Cuando volví de la baja maternal después de tener mi primera hija me di cuenta de que no encajaba en el entorno laboral en el que me había desarrollado antes de ser madre. Me sentía como una pieza redonda intentando encajar en un molde cuadrado. Vi claro, entonces, que la única manera de amoldarme era evidente: que la pieza se hiciera más pequeña. Y no estaba dispuesta a ello. El séptimo episodio de la segunda temporada del pódcast «Ser B o no ser» aborda la igualdad de género y el debate sobre la implementación de cuotas .
En el momento de querer ser madres, a las mujeres que tenemos una dedicación profesional activa y completa se nos presenta una disyuntiva: tener que elegir entre la maternidad y la carrera profesional. Y esa es la razón principal por la que decidí montar una compañía: para poder ser madre y serlo con todas las garantías, sin renunciar a mi trabajo.
Puede sonar hiperbólico o carne de titular. Pero es que, hace 14 años, cuando fundamos Holaluz con Oriol y con Ferran, mis dos socios, en España ser madre y emprendedora era, todavía, una decisión dicotómica. Y lo increíble de esta situación es que esta disyuntiva es absolutamente falsa, porque las mujeres podemos hacer ambas cosas perfectamente… siempre que existan las condiciones para ello.
Por eso concebimos Holaluz como una compañía donde la conciliación y la flexibilidad actuaran como herramientas que permitan a las personas desarrollarse profesionalmente al cien por cien. Implementar una cultura baby friendly, habilitando una guardería en la oficina o equiparar los permisos parentales antes de que fuera así por ley son ejemplos de esta filosofía.
Las mujeres deben esforzarse mucho más para conseguir los mismos resultados que sus compañeros hombres
Siempre hemos tenido claro que las empresas no son nada sin las personas que forman parte de ellas. En nuestro caso, para ser capaces de transformar el sector energético, necesitamos a los y las mejores profesionales desarrollándose en una cultura corporativa que les permita alcanzar su mejor versión. Y, en este ejercicio, las políticas de igualdad son fundamentales.
Asumámoslo: es evidente que las mujeres deben esforzarse mucho más para conseguir los mismos resultados que sus compañeros hombres. Por eso es imprescindible generar herramientas para que la presencia femenina esté no solo garantizada, sino que todas las mujeres que forman parte de este entorno puedan ocupar el espacio que les corresponde con absoluta igualdad de oportunidades.
En cualquier ámbito donde se producen relaciones humanas existen sesgos. De manera intrínseca, las personas buscamos cubrir la necesidad básica de pertenecer, de rodearnos de personas lo más parecidas a nosotras. Y es en el ejercicio de esta necesidad cuando reproducimos sesgos que pueden llegar a generar desigualdades. Si no introducimos un sesgo positivo en este sistema, las desigualdades se perpetúan. Aplicar cuotas de manera salvaje y disruptiva es la forma de introducir un sesgo positivo en el sistema.
Soy una absoluta convencida de que una combinación de cuotas y meritocracia es una fórmula imparable de balancear la representación femenina. Las cuotas hacen que el sistema sea más proclive a incorporar cada vez a más mujeres. Además, el debate entre cuotas versus meritocracia está obsoleto: hay que buscar mujeres buenas en su campo de trabajo. Porque las hay. Y muchas. Solo hay que encontrar ese talento.
Aplicar cuotas de manera salvaje y disruptiva es la forma de introducir un sesgo positivo en el sistema
Las cuotas permiten abrir un camino, generar referentes e inspirar a las futuras generaciones. Si las niñas de hoy ven que otras mujeres han podido antes, ¿dónde está el límite? Un ejemplo de ello es el ámbito de las STEM. A las mujeres nos interesa la ciencia y la tecnología en la misma proporción que a los hombres, pero cuando con 17 años tienes que escoger tu carrera, miras el ecosistema en el que te tendrás que integrar y ves mayoritariamente hombres, te planteas si en otras carreras de otros ámbitos quizá también tendrás éxito. Y esto es un fracaso como sociedad y como sistema educativo.
En un entorno hipermasculinizado como lo es el sector eléctrico en España, la dificultad de desarrollar una idea visionaria y alimentar una transformación es todavía más difícil siendo mujer. Por eso en Holaluz hemos aplicado cuotas en todos los niveles de la compañía y hemos creado herramientas como Holaluz Academy, una escuela de formación para dotar de profesionales cualificados y competitivos que hagan frente a la alta demanda en el mercado solar fotovoltaico, con especial foco en las mujeres.
Como mujer, madre y emprendedora, asumo la responsabilidad de generar autoestima en estas nuevas generaciones, y hacerles ver que en esta vida pueden hacer lo que ellas quieran. Y para ello es necesario que tanto la administración pública como el sector privado implementen políticas que permitan este avance: fondear negocios liderados por mujeres, crear redes femeninas de soporte en el ecosistema emprendedor o integrar la necesidad de diversidad en el ADN de las empresas y la Administración. Y, por supuesto, aplicar cuotas para transformar y para que dejen de ser una amenaza y se perciban como lo que realmente son: una oportunidad de crecimiento.
Carlota Pi es Co Founder y CEO de Holaluz
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