Nueva vida para los materiales de coches
La apuesta por la recuperación, reparación y reutilización de componentes de todo tipo de vehículos supone un valioso ahorro de costes tanto económicos como ambientales. Economía circular y sostenibilidad aplicada a materiales que reciben una segunda oportunidad dentro y fuera de los usos del motor.
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¿Hasta qué punto es realmente necesario reemplazar una pieza dañada de un vehículo por otra completamente nueva? ¿Qué nuevos usos pueden encontrar sus componentes fuera del mundo del motor? Reciclar y reutilizar es la filosofía que desde hace ya décadas mueve a MAPFRE en su apuesta por la sostenibilidad y la economía circular. Solo en 2023, la compañía gestionó 3.567 toneladas de residuos a nivel global, de las cuales 3.200 fueron sometidas a procesos de recuperación, reciclado o producción de energía.
Cabe destacar la actividad que se realiza en el Centro de Experimentación y Seguridad Vial CESVIMAP, el complejo de I+D que MAPFRE tiene en Ávila y que el año pasado, a través de su división de CESVIrecambios, recuperó 673 toneladas de piezas de 1.887 vehículos siniestrados. Su director general, José María Cancer, resume el objetivo de estas instalaciones en la inquietud por «fomentar la reparación frente a la sustitución, de ofrecer nuevos usos y metodologías respetuosas con el medio ambiente».
CESVIMAP, el centro de I+D de MAPFRE, recuperó el año pasado 673 toneladas de piezas para su posterior reutilización
Desde hace más de 40 años, CESVIMAP trabaja para poner fin a la vida de los vehículos de manera sostenible, mediante la reutilización de materias primas como el plástico o el cristal, o con la reducción del consumo de energía. Su responsable de investigación, Pablo López, destaca los avances y los esfuerzos empleados en la «reparación de materiales plásticos, faros, cajas negras». En los crash test a baja velocidad orientados a la sostenibilidad, realizados con más de 800 vehículos (turismos, furgonetas, motocicletas, patinetes eléctricos) para evaluar sus daños e identificar métodos de reparación más sostenibles y sin residuos. O en el estudio de los coches eléctricos, que van ganando terreno en el mercado y que suponen un nuevo reto para la economía circular.
Pensemos así en un faro que apenas tiene rota una pestaña recuperable mediante una soldadura de grapas o de hidrógeno. Pongamos que podemos pulir ese mismo faro con un barniz que eliminará la suciedad y degradación acumulada con el tiempo, tratamiento que, además de devolver el brillo, mejorará la visibilidad y la seguridad del conductor. Lo mismo ocurre con la carrocería dañada de una moto, cuyas roturas se pueden reparar mediante mezclas de resina, catalizadores, fibras o mallas metálicas, nuevamente sin necesidad de reemplazar la pieza por una nueva.
CESVIMAP trabaja en estos y otros desarrollos que, posteriormente, traslada a través de formaciones a todos los talleres e interesados. En total se han impartido ya más de 6.000 cursos en modo presencial y online, a los que han accedido más de 99.000 estudiantes (este año se espera llegar a los 100.000) dispuestos a adquirir estos nuevos conocimientos. La innovación se expande así por todo el sector y alcanza tanto a otras compañías aseguradoras como a los propios particulares, sean o no de MAPFRE, que requieren de estos servicios, tal y como destacan sus responsables.
Las baterías de los vehículos eléctricos son otra punta de lanza de la investigación en este centro, donde encuentran una segunda vida incluso fuera del mundo del motor, ya que son empleadas para almacenar la energía producida por la planta fotovoltaica de autoconsumo en Ávila. Con estas baterías, que pueden proporcionar unos 10 años adicionales de funcionamiento sin consumir nuevos recursos materiales para su fabricación, han conseguido producir 75 MWh de energía limpia; incrementar un 21% la generación de esta renovable; un autoconsumo directo de 62 MWh; y 13 MWh para almacenamiento y consumo diferido.
Las baterías procedentes de los vehículos eléctricos almacenan la energía fotovoltaica de su planta de autoconsumo en Ávila
Desde la puesta en marcha de CESVIrecambios en 2004, el centro ha descontaminado más de 50.000 vehículos, neutralizado sus componentes peligrosos (combustibles, gases del aire acondicionado, líquidos refrigerantes, baterías, líquidos de frenos, neumáticos o aceites); recuperado materiales, como el acero, que pueden recibir nuevos usos industriales; y puesto en el mercado de posventa casi un millón y medio de piezas susceptibles de reutilización, como motores, cajas de cambio, puertas o retrovisores.
El reciclado de envases de cartón que acaban convertidos en material acolchado para la protección y el relleno en el envío de piezas es otra de las apuestas por la sostenibilidad de MAPFRE, que aspira a convertirse en una empresa neutra en carbono en 2030.
Con el proyecto Eco-RAEE, el grupo reutilizó el año pasado un total de 14.550,62 kg de equipos informáticos. En España, el 23% del total de los equipos informáticos gestionados fue reacondicionado, lo que evitó la emisión de 108 tCO2e. A ello se suman otras dos iniciativas como son la firma electrónica biométrica de documentos, que ha evitado el consumo de 276 toneladas de papel y la emisión de 251,75 tCO2e en España y Portugal; o el proyecto ‘Residuo Cero’, con el que ha reciclado 412 toneladas de residuos en un año, el 100% de los generados en los edificios de su sede central de Majadahonda (Madrid). Se trata de un modelo que se está desplegando en otros edificios de España y en otros países como México, Brasil y Puerto Rico.
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