Necesitamos empresas que crean en la igualdad

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Inma Mora Sánchez

La igualdad es un objetivo indispensable de la Agenda 2030. Sin embargo, los datos son claros: aún queda mucho para que hombres y mujeres disfruten de los mismos derechos. Según la ONU, unos trescientos años. ¿Cómo es posible que, a pesar de los avances, vayamos a un ritmo tan lento? ¿Qué obstáculos están frenando la igualdad? ¿Qué acciones pueden tomarse para acelerar la transformación que necesitamos?

En un contexto en el que las desigualdades de género están presentes en todas partes, los actores políticos, sociales y económicos deben trabajar de forma coordinada y asumir su responsabilidad colectiva. Sin duda, las empresas representan un elemento clave en la aplicación de políticas y acciones que promuevan la igualdad. Y, en los últimos años, se ha avanzado en el desarrollo y regulación de medidas destinadas a garantizar el principio de no discriminación. Por ejemplo, en España, todas las empresas están obligadas a elaborar un registro retributivo y a contar con un protocolo de prevención y actuación ante situaciones de acoso. Además, las compañías que cuenten con una plantilla de cincuenta personas o más están obligadas a desarrollar un plan de igualdad negociado.

Sin embargo, los resultados esperados aún tardan en llegar. Según los datos de la última Encuesta de Estructura Salarial, la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 18,36%. Además, la encuesta revela que las mujeres ganan menos que los hombres en prácticamente todos los sectores y que el 25% de las mujeres reciben ganancias menores o iguales al salario mínimo interprofesional, frente al 11% de los hombres. El último Boletín de Igualdad en el Empleo (BIE), publicado por el Instituto de las Mujeres, analiza estos datos y apunta algunas causas de estas desigualdades, como la persistencia de los estereotipos de género, la tradicional división sexual del trabajo —que genera segregación horizontal y vertical en el mercado laboral—, el impacto negativo de la maternidad en el empleo, la precariedad y la falta de corresponsabilidad.

Empresas corresponsables

Pero cada vez son más las empresas que han entendido que, más allá de cumplir con lo exigido por la normativa, deben demostrar un verdadero compromiso social y aplicar una política corporativa acorde a sus valores. Esto tiene un impacto positivo directo sobre la vida de la gente y sobre el conjunto de la sociedad, además de generar beneficios para la propia empresa, lo que promueve además la atracción y retención deltalento.

Las mujeres representan el 46,6% de los miembros del Consejo de Administración de Mapfre

Este es el caso de Mapfre, que está desarrollando acciones múltiples que reflejan la voluntad de la empresa de ser parte activa en la construcción de una sociedad más justa, diversa e inclusiva. En este sentido, su Plan de Sostenibilidad 2022-2024 integra la estrategia del grupo, las tendencias en sostenibilidad, el estudio de los aspectos materiales para Mapfre y sus grupos de interés, la Agenda 2030 y los criterios ambientales, sociales y de gobierno (ESG).

El plan entiende la igualdad de oportunidades como un elemento esencial para el desarrollo sostenible, y muchos de sus objetivos están relacionados de forma directa con la igualdad, como la reducción de la brecha salarial hasta el +/-1% en el año 2024 o el aumento de mujeres en puestos de responsabilidad. Y las acciones que se han puesto en marcha ya están teniendo resultados positivos. Por ejemplo, las mujeres representan el 46,7% de los miembros del Consejo de Administración de Mapfre, el 44,8% de los puestos de junior management, el 43,5% de los puestos de responsabilidad en áreas de negocio y el 31,3% de los puestos STEM.

Asimismo, el IV Plan de Igualdad de Mapfre, que afecta a 10.094 personas en España, también sigue estas líneas y cuenta con diferentes medidas en asuntos tan importantes como el acceso al empleo, la formación, la retribución, el derecho a la conciliación y la salud laboral con perspectiva de género. Además, incluye un apartado con medidas para víctimas de violencia de género, un protocolo para la prevención del acoso sexual y por razón de sexo y acciones destinadas a sensibilizar sobre la igualdad y los sesgos inconscientes.