Energía

Mária Telkes, una pionera con brillo propio

En el mundo de la energía solar hay nombres que brillan con luz propia, y uno de ellos es el de Mária Telkes. Esta pionera en el campo de la energía renovable dejó una marca indeleble en la historia, no solo por sus innovaciones tecnológicas, sino también por su dedicación incansable a la investigación y su compromiso con un futuro más sostenible para todos.

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16
mayo
2024

«El sol será usado como fuente de energía tarde o temprano… ¿por qué esperar?». Esta fue la máxima en la vida de Mária Telkes, quien pasó a la historia con el apodo de «la reina del Sol». Nacida el 12 de diciembre de 1900 en Budapest, Hungría, desde una edad temprana mostró un interés innato por la ciencia y la ingeniería, una pasión que la llevaría a realizar importantes contribuciones en el campo de la energía solar.

Después de completar su doctorado en Fisicoquímica en la Universidad de Budapest en 1924, Mária Telkes emigró a los Estados Unidos. Sus primeros avances en el país norteamericano tuvieron lugar en Cleveland, donde diseñó un dispositivo fotoeléctrico para registrar las ondas cerebrales. Este invento captó la atención de la comunidad científica. Su investigación sobre el potencial de la energía solar la llevó a recibir un gran reconocimiento en 1934: un artículo de The New York Times la nombraba ya como una de las 11 mujeres más destacadas de los Estados Unidos.

En 1934 fue reconocida como una de las 11 mujeres más destacadas de EE. UU. por su investigación sobre el potencial de la energía solar

El estallido en 1939 de la Segunda Guerra Mundial dejó en evidencia un problema que ya se había notado durante la Gran Recesión de 1929: muchas personas no podían pagar los combustibles fósiles necesarios para calentar sus hogares durante el invierno. Al acabar la guerra, Telkes ya trabajaba en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), donde desarrollaría la mayor parte de su carrera, y esa necesidad de encontrar una energía asequible fue uno de los factores que le inspiraron para diseñar y construir la primera «casa solar» del mundo.

La casa solar térmica, de Dover, Massachusetts, fue un proyecto revolucionario, que Telkes desarrolló en colaboración con la escultora y mecenas Amelia Peabody y la arquitecta Eleanor Raymond. Una casa cuyo segundo piso contaba con dieciocho ventanas que miraban al sur (con paneles de vidrio y metal que acumulaban el calor del sol) y paredes que contenían toneladas de sal de Glauber (una fórmula de acopio de calor capaz de capturar la energía del sol al derretirse y de liberarla al recristalizarse con el frío). El experimento llamó la atención de muchos científicos y curiosos, y aunque los sistemas de calefacción empezaron a fallar a los tres años de su construcción, a medida que las sales fueron perdiendo sus propiedades, el primer paso en el campo de la investigación de la energía solar estaba dado.

Diseñó y construyó la primera «casa solar» del mundo, y desarrolló el primer sistema de calefacción solar de aire

El legado de Telkes no se detiene ahí. En 1953, desarrolló el primer sistema de calefacción solar de aire, utilizado en la Oficina Postal de Albuquerque, Nuevo México. Este sistema utilizaba colectores solares para calentar el aire que luego se distribuía a través del edificio, demostrando el potencial de la energía solar para aplicaciones comerciales y públicas.

El enfoque de energía solar de Telkes difería considerablemente de los paneles solares actuales, los cuales convierten la energía solar en electricidad mediante células fotovoltaicas colocadas en techos de edificios. En la década de 1950, esta tecnología aún no estaba disponible, tal y como la misma Telkes reconoció en el Boletín de los Científicos Atómicos de 1951: «Aunque se ha llevado a cabo un considerable trabajo de investigación y desarrollo con células fotoeléctricas… no se ha logrado mucho progreso en aumentar su eficiencia como convertidores de energía».

Aunque en 1954 se desarrollaron las primeras células fotovoltaicas modernas, los sistemas de calefacción solar de Telkes, patentados en décadas anteriores, continuaron siendo opciones prácticas y accesibles para el suministro de energía solar en ese tiempo.

Además de sus contribuciones en el campo de la energía solar, Telkes también trabajó en proyectos innovadores en otras áreas de la ciencia y la tecnología. Tras años de investigación en instituciones públicas, se unió a empresas privadas enfocadas en tecnologías solares. En la división de Princeton de Curtis-Wright, investigó secadores solares y generadores termoeléctricos solares para el espacio exterior. Diseñó un sistema de calefacción y almacenamiento de energía para un edificio de laboratorios. Más tarde, en la empresa Melpar, lideró el laboratorio de energía solar y trabajó en la obtención de agua dulce a partir de agua salada. En el Instituto de Conversión de Energía de la Universidad de Delaware, desarrolló materiales para almacenar energía solar y diseñó dispositivos para transferirla eficientemente.

Durante los años 70, se enfocó en sistemas de aire acondicionado que almacenaban el frío nocturno para su uso diurno, con el objetivo de reducir la demanda de energía en verano. Reconocida como profesora emérita en la Universidad de Delaware en 1978, Telkes contribuyó al primer hogar alimentado completamente con energía solar en la década de 1980.

Compromiso con la educación

Más allá de la investigación, Telkes también se dedicó a la educación y la divulgación científica. Durante su carrera, impartió clases en varias universidades y participó activamente en conferencias y eventos científicos en todo el mundo. Su pasión por compartir conocimientos y fomentar el interés en la ciencia sin duda inspiró a estudiantes y colegas a seguir sus pasos.

Su labor fue ampliamente valorada a lo largo de su vida, ya que recibió numerosos reconocimientos por sus contribuciones a la ciencia y la tecnología. En 1977, fue incluida en el Salón de la Fama de Mujeres Inventoras del Museo Nacional de Historia Americana. Su legado perdura en las tecnologías de energía solar que ayudó a desarrollar y en la inspiración que sigue brindando a distintas generaciones de científicos, ingenieros y defensores del medio ambiente.

Mária Telkes falleció el 2 de diciembre de 1995, pero su impacto en el mundo de la energía solar y la ciencia sigue siendo profundamente significativo. Su trabajo continúa siendo una fuente de inspiración para quienes buscan soluciones innovadoras y sostenibles para los desafíos energéticos del mundo moderno.

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