Biodiversidad

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La planta solar de Iberdrola que se convirtió en refugio de biodiversidad

Un estudio confirma que las instalaciones pueden integrarse de forma imperceptible para las dinámicas de los ecosistemas en las que se ubican.

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03
marzo
2024
Fotografía tomada durante el estudio en la planta solar fotovoltaica Campo Arañuelo III.

El impulso a las energías renovables es uno de los pilares principales (si no el mayor) para la construcción de un futuro climáticamente neutro. Y ya resulta sencillo intuirlo: aerogeneradores y placas fotovoltaicas son instalaciones cada vez más habituales entre los paisajes de España. Mientras su presencia aumenta, la sociedad también adquiere un mayor conocimiento sobre su funcionamiento y sobre cómo su tecnología tiene un impacto positivo tanto para el medio ambiente como para la economía doméstica. Sin embargo, la urgencia climática no debería obviar un aspecto crucial: en algunos entornos propicios para la generación de energía renovable habitan ecosistemas esenciales para mantener el equilibrio natural y, en última instancia, la salud climática. Ante esta situación, y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Vida Silvestre, cabe preguntarnos, ¿debemos renunciar al equilibrio ecosistémico en pos de frenar el cambio climático? ¿Afectarán las instalaciones renovables a las dinámicas de la fauna y flora? Según apuntan las cada vez más numerosas investigaciones científicas, parece que no tiene por qué ser así.

No son pocos los informes y estudios que se realizan al respecto desde todo tipo de entidades, pues la preservación de la naturaleza es un aspecto tan esencial como la descarbonización. Iberdrola, por ejemplo, ha estudiado el impacto de su planta solar fotovoltaica Campo Arañuelo III, ubicada en el término municipal de Romangordo (Cáceres). El análisis concluye que se trata de «un espacio tranquilo y altamente favorable para la fauna silvestre». De esta forma, la compañía ha conseguido crear un espacio de convivencia entre el aprovechamiento fotovoltaico y la preservación y promoción de la biodiversidad local.

En la planta de Romangordo hay más de 10 especies de mamíferos y hasta 64 de pequeñas aves

Uno de los principales apuntes que sustentan esta conclusión es el hecho de que en el interior de la planta fotovoltaica haya presencia de más de 10 especies diferentes de mamíferos y hasta 64 de pequeñas aves, lo que supone «un entorno favorable para la fauna autóctona», tal y como destaca el documento. El informe ha sido realizado por la empresa Estudios Medioambientales y Territoriales, entre mayo y octubre de 2023, a través de la técnica de fototrampeo, especializada en el seguimiento de mamíferos terrestres de mediano y gran tamaño.

Así pues, ocho cámaras situadas tanto en el interior como en el exterior de la instalación fotovoltaica – para comprobar si existen diferencias entre ambas zonas– y dotadas de sensores que se activan por el movimiento, han registrado imágenes de todos los individuos que entraron en el campo de acción de los sensores. En concreto, el archivo recopilado de imágenes y vídeos documentan cerca de 9.000 avistamientos y confirma la presencia de mamíferos como ciervos, conejos, garduñas, ginetas, jabalíes, liebres, meloncillos, ratones de campo, tejones y zorros, a lo que se suman diferentes especies de aves como el jilguero, el avión común, el carbonero, el águila culebrera, la tórtola, la perdiz, el mirlo o el zorzal, entre otras.

Los expertos también insisten en que las fotovoltaicas pueden convivir perfectamente con la naturaleza. Así lo expresa el biólogo Alfredo Ortega, uno de los autores del ya mencionado informe: «Se evidencia que no existen diferencias significativas en términos de diversidad entre el interior y el exterior de la instalación y el tipo de cerramiento utilizado facilita el movimiento de cualquier especie de mamífero en la zona».

Iberdrola, por su parte, es plenamente consciente de la necesidad de que las plantas fotovoltaicas tengan el menor impacto en los ecosistemas. Tal y como relata el responsable de la compañía en Extremadura, Nicolás Antón, «esto es un ejemplo del buen trabajo realizado dentro del Programa Convive, que facilita la simbiosis entre naturaleza, sociedad y economía. Estas plantas fotovoltaicas generan energía limpia y además son entornos amables para la biodiversidad».

La planta ha permitido «transformar un entorno previamente desfavorable»

La planta en cuestión está constituida por 11 bloques de potencia solar que ocupan una superficie aproximada de 53 hectáreas, distribuyéndose en tres áreas separadas entre sí por áreas de vegetación natural. No es baladí que el cerramiento perimetral de la instalación esté realizado con malla cinegética de acero galvanizado, ya que permite permeabilidad de la fauna. Por otro lado, esta planta obtuvo el Sello de Excelencia para la Sostenibilidad de UNEF. Esta distinción reconoce las plantas de energía solar realizadas con los mayores criterios de integración social y ambiental, según añaden desde Iberdrola.

Zorro en la planta solar fotovoltaica Campo Arañuelo III.

El informe no se queda ahí. Otra de sus conclusiones principales es que la planta ha permitido «transformar un entorno previamente desfavorable», degradado por antiguas áreas de acopio y por la construcción de la autovía, en un espacio tranquilo y altamente aprovechable para la fauna silvestre.

Crear ‘conciencia verde entre los más jóvenes

La misma compañía también es conocedora de la importancia de involucrar a las nuevas generaciones en la transición ecológica y verde que el futuro demanda al presente. Por eso, casi un centenar de estudiantes del Colegio San Calixto de Plasencia participaron en una jornada de educación ambiental organizada por Iberdrola, colaborando con el proyecto de voluntariado Plantabosques coordinado por la asociación Adenex y la Junta de Extremadura, en Ceclavín (Cáceres).

En concreto, con estas jornadas buscan concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de cuidar y respetar el medio natural, para lo que, además de charlas, se llevó a cabo una actividad de reforestación de 300 árboles en el entorno de la planta fotovoltaica de Ceclavín.

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