Cambio Climático

El poder de los comedores escolares en la acción por el clima

Más allá del mero sustento, las comidas escolares ayudan a niños y niñas en regiones en conflicto, en catástrofes climáticas y en contextos inestables.

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31
enero
2024
Comida escolar en Kenia

Mucho más allá del mero sustento, las comidas escolares son heroínas anónimas que fortalecen a las comunidades frente a los desafíos inducidos por el clima. Ayudan a niños y niñas en regiones en conflicto, en catástrofes climáticas y en contextos inestables. Es a través de esta lente que reconocemos el profundo papel de las comidas escolares no solo en la lucha contra el hambre, sino en la creación proactiva de resiliencia contra los desafíos planteados por un clima que cambia rápidamente.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informa de un asombroso rendimiento de la inversión, ya que cada dólar invertido en comidas escolares produce hasta 9 dólares en beneficios económicos. Estas comidas, que se ofrecen en las escuelas de todo el mundo, son una fuente fundamental de nutrición para millones de niños y niñas, repercuten en la salud de las personas y fomentan la prosperidad a largo plazo de las comunidades y las naciones.

Si bien la nutrición es primordial, la integración de la resiliencia climática en los programas de comidas escolares reconoce los retos que plantea un clima cambiante. Este enfoque garantiza que la infancia reciba una nutrición sostenible.

Incorporar compromisos en torno a las comidas escolares no es solo aliviar el hambre; es fortalecer frente al impacto del cambio climático

La investigación de la Coalición de Comidas Escolares destaca la importancia de los cambios en las políticas gubernamentales para crear comidas escolares nutritivas y ecológicas procedentes de la agricultura sostenible. Sus conclusiones subrayan la necesidad de cambios sistémicos y de colaboración en todo el sistema alimentario escolar para conseguir comidas más sanas y respetuosas con el medio ambiente. Para impulsar la innovación y la sostenibilidad en todo el sistema alimentario y reducir el desperdicio de alimentos, se propone el enfoque «del tenedor a la granja», que parte de la comida y se remonta hasta el agricultor, garantizando las prácticas locales de aprovisionamiento. El PMA ha lanzado su propia estrategia decenal de alimentación escolar (2020-2030), que exige más investigación, intervenciones y diseño para fomentar un enfoque de la alimentación escolar sensible al cambio climático.

Impacto comunitario y regional

Los debates sobre la resiliencia climática no solo afectan a los programas individuales, sino que también tienen un efecto de mayor alcance en las comunidades y regiones. Estos modelos de comidas escolares resilientes sirven para influir en las prácticas de los sistemas alimentarios sostenibles de la comunidad en general, tanto por parte de los agricultores locales como de las empresas.

Incorporar compromisos en torno a las comidas escolares no es solo aliviar el hambre; es fortalecer a las comunidades frente a los impactos del cambio climático. Se trata de defender el abastecimiento sostenible y local de alimentos, reducir los residuos e invertir en la salud y la educación de los niños, niñas y sus familias. World Vision y los numerosos signatarios del Llamamiento a la Acción de la Sociedad Civil se han comprometido a apoyar a los gobiernos en la aplicación de programas de comidas escolares mediante la promoción colectiva, la asistencia técnica, el intercambio de capacidades y el fomento de asociaciones.

Mientras nos esforzamos por construir un mundo más resiliente y sostenible, reconozcamos el papel fundamental que desempeñan las comidas escolares en la lucha contra el hambre, la mejora de la nutrición y el fortalecimiento de las comunidades frente a los retos de un clima cambiante. Es hora de prestar a este componente esencial la atención que merece en los debates mundiales sobre el clima.


Amanda Rives Argeñal es directora senior de Participación Externa y Desarrollo de Recursos en el equipo de Gestión de Desastres de World Vision y Charlotte Masiello-Riome es asesora principal de Comunicaciones y Participación Externa de World Vision.

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