ASMR, la ciencia detrás del susurro

Artículo

Traver Pacheco

@traverps

Llegar a casa después de un día duro de trabajo y poner en el buscador las siglas ASMR para evadirte a través de un particular viaje sensorial. Una vez comienza el video, nada más que unos susurros suaves, crujidos o sonidos relajantes te envuelven en una atmósfera donde cada estímulo provoca un hormigueo agradable que se extiende desde la cabeza proporcionando una sensación de bienestar y conexión con el momento presente. ¿Por qué cada vez hay más personas que se sienten atraídas por estos estímulos aparentemente simples? La respuesta radica en la curiosa conexión entre el ASMR y la relajación.

El doctor Craig Richard, fundador de ASMR University, explica que el ASMR ayuda a activar varias partes del cerebro que liberan endorfinas, dopamina, oxitocina y serotonina. En otras palabras, provoca un estado de bienestar similar al que experimentamos durante un masaje o al escuchar música suave, lo que lo ha llevado a obtener una creciente popularidad como herramienta útil y accesible para combatir el estrés y conciliar el sueño.

Entre los contenidos ASMR más destacados, está la creación de videos en los que manos hábiles sumergen objetos en agua y generan burbujas hipnóticas. Este subgénero ha alcanzado tal relevancia que algunos canales se especializan exclusivamente en él, explorando la fascinante intersección entre lo visual y lo auditivo. Por otro lado, los susurros, otro de sus pilares clave, se presentan en diversos contextos, desde lecturas relajadas hasta explicaciones detalladas de una amplia gama de temas. La suavidad de la voz y la atención meticulosa al ritmo y la cadencia los han convertido en una herramienta para inducir la sensación de calma y confort.

Las áreas del cerebro asociadas con la empatía y la regulación emocional son activadas durante la exposición al ASMR

Ana Muñoz, Love ASMR, que cuenta con una comunidad de más de 1,6 millones de suscriptores, es una de las youtubers pioneras en España realizando contenido de este tipo. En una entrevista a Business Insider España, exploraba las diferentes motivaciones de su audiencia: «Yo tengo 3 tipos: por un lado, los que buscan esa sensación de cosquilleo que es muy adictiva; por otro lado, otras personas a las que simplemente mi voz les relaja y les resulta agradable; y por último, personas que lo ponen para trabajar o estudiar y el ASMR las acompaña».

Sin embargo, el fenómeno ASMR ha traspasado la pantalla para capturar también la atención de neurocientíficos que buscan comprender los procesos cerebrales detrás de esta experiencia. Investigaciones recientes han utilizado técnicas de resonancia magnética funcional (fMRI) para estudiar cómo responde el cerebro al ASMR. En este sentido, la doctora Giulia Poerio, investigadora líder en estudios de ASMR, ha revelado que las áreas del cerebro asociadas con la empatía y la regulación emocional son activadas durante la exposición al ASMR. Estos hallazgos respaldan la idea de que el ASMR no solo ofrece una experiencia sensorial placentera, sino que también puede tener beneficios emocionales y sociales al fortalecer la conexión emocional entre individuos.

Sin embargo, todavía muchas voces apuntan a que no está del todo claro que esta sensación se produzca de igual forma en todas las personas, puesto que, si bien es cierto que muchos admiten que oír estos sonidos les relaja, otros reconocen que no lo soportan. «Todavía estamos muy al principio de la investigación al respecto, el término es muy nuevo y es muy diferente para mucha gente», apunta Clau Nader, ingeniera de audio, investigadora en la Universidad de York y cofundadora de la red de investigación ASMR en una entrevista en «En La Tarde» de la COPE.

A medida que el ASMR continúa su ascenso en la cultura digital, es cada vez más probable que vayan apareciendo nuevas formas de experimentar con esta experiencia sensorial. La versatilidad y accesibilidad del formato digital han democratizado la exploración de este universo, permitiendo que cualquier persona con una cámara se sumerja en él. Factores como la colaboración entre creadores, la innovación tecnológica o la integración del ASMR en nuevas áreas de la vida cotidiana podrían marcar el camino para su evolución.

En definitiva, el ASMR representa una prueba de la capacidad de la tecnología para ofrecer experiencias sensoriales terapéuticas y significativas. Ya sea a través de burbujas que danzan en los reels de Instagram o susurros en TikTok, el ASMR continúa desencadenando sensaciones que buscan conectar con la calma en un mundo digital cada vez más agitado y dinámico.