Siglo XXI

La importancia de regular el uso de la inteligencia artificial en la sanidad

La salud digital procura aprovechar la tecnología para mejorar la atención médica, facilitar la gestión de la salud personal y promover un enfoque proactivo hacia el bienestar con el fin de ayudar a pacientes, investigadores y profesionales de la atención médica.

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12
diciembre
2023

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La salud digital procura aprovechar la tecnología para mejorar la atención médica, facilitar la gestión de la salud personal y promover un enfoque proactivo hacia el bienestar con el fin de ayudar a pacientes, investigadores y profesionales de la atención médica a obtener y utilizar información sobre la salud de manera efectiva y eficiente.

Así, se consiguen mejoras importantes en aspectos clave como pueden ser:

  • La atención médica, que se hace más accesible, especialmente en áreas remotas o desatendidas. Soluciones digitales como la telemedicina permiten a las personas recibir atención médica sin tener que hacer desplazamientos largos.
  • La eficiencia y el ahorro de costos en el sistema sanitario, como en cualquier otro sometido a una transformación digital, porque conlleva el establecimiento de procesos y el desarrollo de metodologías de planificación que redundan en notables mejoras del sistema en su conjunto.
  • El monitoreo y seguimiento continuo de los pacientes, al permitir controlar su salud de manera fluida y recibir avisos sobre posibles problemas que mejoran tanto la detección temprana de enfermedades como la gestión de estados crónicos.
  • La personalización de la atención médica, dado que están permanentemente disponibles los datos y las necesidades individuales de los pacientes. Eso conduce a tratamientos más efectivos, con resultados muy positivos sobre la salud.
  • La investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos, que se acelera y favorece que se produzcan avances más rápidamente en la lucha contra enfermedades, mejorando la calidad de vida.
  • El control personal sobre nuestra propia salud, puesto que los dispositivos específicos para la salud digital, como es el caso de las apps de los móviles, pueden ayudar a las personas a jugar un papel más activo en su bienestar y a adoptar hábitos de vida más saludables al proporcionar en tiempo real información comprensible sobre su salud.
  • La respuesta a alertas tempranas, como las que pueden producirse por emergencias y pandemias. Al tener conocimiento de ellas con mayor anticipación, mejora la vigilancia epidemiológica, el rastreo de contactos y la entrega de atención médica a distancia, reduciendo así la propagación de enfermedades.
  • Un alcance geográfico más amplio. La digitalización elimina las fronteras y facilita el acceso universal a los expertos médicos, lo que resulta especialmente valioso en regiones con escasez de profesionales de la salud.
  • La sostenibilidad y reducción de la huella ecológica también se mejoran porque el desarrollo de la salud digital minimiza los desplazamientos físicos, contribuyendo a disminuir las emisiones de carbono.

Potencial de la inteligencia artificial en la mejora de resultados sanitarios

El indudable valor de todas estas mejoras ya está recogido en la estrategia mundial sobre salud digital 2020-2025 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que persigue mejorar la salud de todos, en todas partes, acelerando el desarrollo y la adopción de soluciones de salud digital adecuadas, accesibles, asequibles, escalables y sostenibles centradas en las personas. El fin último no es otro que prevenir, detectar y responder a epidemias y pandemias, desarrollando infraestructuras y aplicaciones.

Tanto la OMS como numerosas organizaciones y agentes internacionales reconocen el potencial de la inteligencia artificial (IA) en la mejora de los resultados sanitarios

No obstante, a pesar de ese importante paso, tanto la OMS como numerosas organizaciones y agentes internacionales reconocen el potencial de la inteligencia artificial (IA) en la mejora de los resultados sanitarios. Fundamentalmente porque actúa como catalizador de la transformación del sector de la salud, satisfaciendo las necesidades de las distintas partes interesadas en la atención sanitaria y el desarrollo terapéutico.

Lo que complica las cosas es que, al manejar datos sanitarios de personas, los sistemas basados en IA podrían tener acceso a información personal sensible. Por eso requieren marcos jurídicos y regulatorios sólidos para salvaguardar la privacidad, la seguridad y la integridad.

6 ejes a tener en cuenta para futuras regulaciones

Para facilitar el uso seguro y adecuado de los sistemas basados en IA en la atención sanitaria, la OMS y la Unión Internacional de Telecomunicaciones crearon un Grupo de Interés en IA para la Salud que, a su vez, creó varios subgrupos de trabajo, entre ellos el Grupo de Trabajo en Consideraciones Reglamentarias sobre IA para la Salud. Este ha facilitado que los reguladores y los expertos en la materia debatan sobre las consideraciones reglamentarias para el uso de las tecnologías de IA y el desarrollo de sistemas de IA con fines sanitarios y médicos, indicando la necesidad de considerar seis ejes de intervención a tener en cuenta en futuras regulaciones:

  1. Con el fin de fomentar la confianza, subraya la importancia de la transparencia y la documentación, lo que se traduce en documentar el ciclo completo de vida del producto y registrar los procesos de su desarrollo.
  2. En cuanto a la gestión de los riesgos, hay cuestiones como el «uso previsto», el «aprendizaje continuo», las intervenciones humanas, los modelos de entrenamiento y las amenazas a la ciberseguridad que deben mejorarse de manera exhaustiva y simplificarse lo máximo posible.
  3. La validación externa de los datos y la claridad sobre el uso previsto de la inteligencia artificial ayudan a salvaguardar la seguridad y facilitan la regulación.
  4. El compromiso con la calidad de los datos, que puede demostrarse mediante la evaluación rigurosa de los sistemas previa a sus lanzamientos, es vital para asegurarse de que los sistemas no extiendan los sesgos y la desinformación.
  5. Los retos que plantean las regulaciones complejas e importantes, como el Reglamento General de Protección de Datos en Europa y la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico en los Estados Unidos, se abordan poniendo énfasis en la comprensión del alcance de la jurisdicción y los requisitos para el consentimiento al servicio de la privacidad y la protección de datos.
  6. Promover la colaboración entre organismos reguladores, pacientes, profesionales de la salud, representantes de las industrias y asociados gubernamentales puede ayudar a asegurar que los productos y servicios cumplen con las regulaciones a lo largo de sus ciclos de vida.

 

La IA evoluciona muy rápidamente. Las soluciones que son válidas hoy pueden requerir revisiones a medida que se desarrollen la tecnología y sus usos. De ahí que tengamos que confiar en que la regulación ayude a controlar los riesgos de la aplicación innecesaria o malintencionada de IA, evite propagar posibles sesgos existentes en los datos de entrenamiento y contribuya a minimizar las desigualdades.

Para ello sería idóneo contar con un organismo internacional de supervisión de la IA. Algo que se viene reclamando desde las más altas instancias y que, afortunadamente, parece que empieza a tomar cuerpo.


José Luis Verdegay Galdeano es catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial, Universidad de Granada. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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