Medio Ambiente

El potencial ecosostenible de las algas

Las beneficiosas propiedades de las microalgas abren prometedoras posibilidades en campos tan variados como la alimentación, la cosmética y la producción de biocombustibles con bajo impacto ecológico.

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27
diciembre
2023

El interés en apostar por energías limpias que ayuden a reducir la huella ecológica está poniendo grandes expectativas en las versátiles propiedades de las microalgas, cuyo uso en diferentes industrias se prevé que tendrá un incremento exponencial en los próximos años. No solo sus capacidades nutritivas hacen de las algas un producto muy apreciado a nivel nutricional, sino que sus propiedades fotosintéticas y de bioconversión han generado un interés científico para investigar sus aplicaciones en el campo de la biotecnología y bioenergía, donde se están realizando múltiples estudios. Según afirma Matteo Ballottari, investigador y profesor de Biotecnología en la Universidad de Verona, las microalgas «no compiten con los cultivos alimentarios por los suelos cultivables. Es más, absorben CO2, por lo que reducen las emisiones de carbono, así como nutrientes de aguas residuales».

El potencial de las algas es muy amplio y en actual expansión, pero los usos más conocidos hasta ahora eran en el sector alimentario y cosmético, en especial en el mercado asiático. China, Japón y Corea del Sur eran hasta ahora los principales consumidores, productores y exportadores de algas. En Europa, Francia y Noruega también han destacado por el uso de algas; en el caso de Francia principalmente para gastronomía y producto gourmet, mientras que en Noruega se utiliza también como fuente de biomasa para biocombustible.

Además de sus capacidades nutritivas, sus propiedades fotosintéticas y de bioconversión han generado un interés científico

Entre las algas más utilizadas en alimentación, se encuentran: el alga roja nori, el wakame, el kombu, el espagueti de mar –muy apreciada en la cocina española y francesa–, las microalgas chlorella y la espirulina, que se consumen como suplementos nutricionales gracias a sus altas propiedades nutritivas, el dulse y el agar-agar, este último utilizado sobre todo para la preparación de postres. Las vitaminas, minerales y proteínas que incorporan las algas las hacen valiosas como complemento y condimento alimentario.

La industria cosmética no se queda atrás. A estas alturas, es difícil no conocer las bondades de las algas en el cuidado de la piel debido a sus propiedades hidratantes, antioxidantes y antiinflamatorias. Cremas, lociones y mascarillas de algas son bastante apreciadas en la industria cosmética, siendo las marcas coreanas las más valoradas. De hecho, Corea del Sur no solo ha empleado este material orgánico en sus famosos productos cosméticos, sino también ha invertido en la investigación y desarrollo de aplicaciones industriales, incluidos bioplásticos y productos farmacéuticos derivados de algas.

Hasta aquí, los usos más conocidos de las algas: gastronomía, suplementos y cosmética. Sus aplicaciones más novedosas, sin embargo, se están produciendo en otros campos, como la agricultura, farmacia y alimentación animal.

Algunos de estos productos son los fertilizantes a base de algas, empleados para mejorar la calidad del suelo y promover el crecimiento de las plantas; los fármacos, por el potencial de los compuestos bioactivos de las algas para aplicaciones médicas –se está investigando su uso en tratamientos contra el cáncer y antiinflamatorios, entre otros–;  y como alimentación animal, añadidas a piensos para mejorar la salud y el rendimiento animal, tanto en la acuicultura como para granjas.

La biomasa producida con estos organismos es una esperanza para la fabricación sostenible de bioplásticos que sustituyan los actuales

Las algas pueden capturar luz solar y CO2 para producir energía, por lo que actualmente se está investigando su potencial en energías renovables y ecosostenibles. Su rendimiento elevado las convierte en una fuente de producción de energía continua, no contaminante. La biomasa producida con estos organismos es una esperanza para la fabricación sostenible de bioplásticos que sustituyan los actuales. La posibilidad de convertir los polisacáridos de las algas en bioplásticos biodegradables sería una alternativa más respetuosa con el medio ambiente. En el sector energético, se está valorando la utilidad de la biomasa de microalgas como una fuente de biocombustibles debido a su crecimiento rápido y a su rico contenido en aceite, para producir biogás y líquidos biocombustibles, entre otros.

Al tratarse de organismos fotosintéticos, pueden absorber minerales y elementos del entorno en el que crecen. Esto las hace especialmente valiosas en la biorremediación y la causa medioambiental, gracias a sus propiedades de absorber metales pesados y otros contaminantes del agua. Es importante destacar que la mayoría de las algas son seguras para el consumo humano y ofrecen beneficios nutricionales, pero en determinadas zonas de riesgo debido a la contaminación o la presencia de metales pesados es importante monitorear la calidad del agua y las algas ya que, debido a su capacidad de absorción, no serían aptas para el consumo humano por su concentración de tóxicos como mercurio, plomo o cadmio. En tal caso, han de pasar pruebas de contaminantes químicos, análisis microbiológicos o controles de radiación.

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