Economía

¿Va a ser habitual trabajar hasta los 70?

La esperanza de vida ha aumentado considerablemente. ¿Implicará esto que nos querremos quedar en el mercado laboral más tiempo y retrasar la jubilación?

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26
julio
2023

En el año 1993, cuando la generación del baby boom todavía no había comenzado a retirarse del mundo laboral, Félix Muriel Rodríguez ya analizaba la posibilidad de jubilarse a los 70. Hace 30 años el por entonces vicepresidente de la Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Administraciones Civiles del Estado planteaba la situación del aumento de la edad de retiro de los funcionarios públicos en otros países y cómo en España podría ser una solución ante la previsible falta de personal en algunos cuerpos de la administración.

El análisis ya treintañero de Muriel reflexionaba sobre la posibilidad de aumentar la edad de jubilación en funcionarios, algo que en la actualidad ya está sucediendo con todas las profesiones en varios países. Por ejemplo, España lleva varios años avanzando para ampliar la edad hasta los 67 y se ha llegado a plantear recientemente si llegaremos a trabajar hasta los 75. En Francia, acaban de presentar un –polémico– proyecto de ley que retrasa la edad legal de jubilación de los 62 a los 64 años y aumenta la duración del período de cotización necesario para obtener la pensión completa.

Lo cierto es que, más allá de las cotizaciones necesarias para mantener las pensiones, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Más concretamente, la esperanza de vida media en el nacimiento en España se sitúa en 82,3 años, que es la edad que se calcula que pueden alcanzar los que han nacido en 2019, 2020 y 2021. Teniendo en cuenta que vamos a vivir más años, ¿nos querremos quedar en el mercado laboral más tiempo?

Antes de seguir avanzado, lo primero que debemos destacar es que esta decisión dependerá principalmente del tipo de trabajo que se haya realizado en la vida laboral y del estado en que se encuentre física y mentalmente el jubilado en ciernes. Es bastante probable que una persona que llegue a la sesentena con el cuerpo muy castigado quiera retirarse del mundo laboral cuanto antes mejor.

El miedo a la jubilación

Tendría todo el sentido del mundo que parte de la población quisiese alargar la edad de retirarse, teniendo en cuenta el estudio de Zety que apunta que el 40% de la población «le teme a la jubilación. Consideran que esta es peor que la muerte misma». Lo cierto es que hay una parte de la población que tiene miedo a dejar de trabajar, en concreto un 44% los hombres sufren este temor, frente al 36% de las mujeres.

Eulalia Hernández: «Hay que intentar que sea una transición progresiva y que el cambio no sea tan rompedor y desestabilizador para la persona que no pueda afrontarlo»

Este miedo a jubilarse surge porque el impacto que tiene para muchos pasar de tener mil y una ocupaciones laborales a no tener ninguna de la noche a la mañana, convirtiéndose en muchas ocasiones «en una rotura brusca que no todo el mundo maneja de la misma forma», como definen los expertos. Estar jubilado implica tener más tiempo libre, más tiempo para dedicar a la familia, menos estrés laboral, sensación de libertad…, pero también puede acarrear frustración, ansiedad, soledad, pérdida de amigos o depresión. Pasar de ser productivo para la sociedad a ser inactivo genera en muchos casos una sensación de vacío o inutilidad. Después de trabajar ocho horas diarias, la pregunta que se hacen muchas personas al día siguiente de jubilarse es: «¿Y ahora qué hago?».

Para evitar que un choque súbito con la realidad repercuta negativamente en la salud mental de la persona que se retire, la psicóloga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC Eulàlia Hernández aconseja «prepararse y planificar la nueva forma de vivir».

«Hay que intentar que sea una transición progresiva y que el cambio no sea tan rompedor y desestabilizador para la persona que no pueda afrontarlo», explica Hernández. Un hecho que, según dice, puede conseguirse generando nuevas rutinas, interactuando con personas conocidas de otros entornos diferentes al trabajo o participando en actividades sociales que promuevan sentirse activo en un grupo, lo que evitará el sentimiento de inutilidad. Ser consciente del momento de cambio, no esconder la cabeza bajo el ala, tener una actitud positiva y una buena salud emocional también son elementos básicos, según Hernández, para afrontar esta nueva etapa.

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