Una mirada al futuro que cambia el presente

En los últimos años ha crecido la preocupación y el respeto por la sostenibilidad, sobre todo a raíz de la pandemia de la covid-19. Una crisis que nos mostró la enorme presión a la que está sometido nuestro planeta y el impacto que produce la actividad del ser humano en los ecosistemas. De hecho, según un informe de Deloitte, casi la mitad de los consumidores modificaron durante la pandemia sus actividades o comportamientos de compra para ayudar a hacer frente al cambio climático. Además, otros estudios –como Perspectivas de la industria de productos de consumo 2022 de Deloitte– nos indican que el 35% de los directivos señala al consumidor como principal responsable de impulsar a sus empresas hacia la sostenibilidad.

Cada vez son más las compañías comprometidas con el cuidado del medio ambiente a partir de la utilización de tecnologías innovadoras que les permiten optimizar sus procesos de fabricación, como la impresión 3D. Uno de los puntos fuertes de esta tecnología es su capacidad de configurar un escenario radicalmente diferente, con diseños más eficientes y una producción distribuida, bajo demanda y personalizada. Esto tiene implicaciones importantes en la economía circular, como la reducción de la cantidad de material utilizado y la creación de valor a partir de los sistemas de producción. Además, optimiza la productividad y elimina procesos innecesarios a la hora de fabricar piezas, lo que reduce los costes derivados del trabajo manual y el transporte, y mejora la eficiencia en toda la cadena de suministro.

El 35% de los directivos señala al consumidor como principal responsable de impulsar a sus empresas hacia la sostenibilidad

Tanto la impresión 3D como la fabricación digital reducen el volumen de residuos y disminuyen las emisiones de CO2 derivadas de la logística, lo que contribuye a que las compañías puedan alcanzar sus objetivos en cuanto a sostenibilidad. Estas nuevas tecnologías además ejercen un efecto disruptivo en toda la cadena de valor industrial, ya que permiten reinventar el modo en que se diseñan las piezas, aceleran los procesos de innovación y producen tanto a pequeña como a gran escala para responder de manera más ágil y personalizada a las cada vez más cambiantes e individuales preferencias de los consumidores.

Para aprovechar el máximo potencial de esta tecnología, las organizaciones deben apostar por la capacitación y la formación de los empleados, así como por la integración de esta en los procesos de producción. Solo así seremos capaces de hacer frente a los nuevos retos que se abren en el camino, manteniendo un compromiso cada vez más necesario con el planeta.

En HP desarrollamos tecnologías innovadoras de impresión 3D, tanto en metales como polímeros, con la sostenibilidad en mente y con el objetivo de impulsar un cambio positivo y transformador. Sin duda, cada vez más empresas van a digitalizar sus procesos de cara al futuro y la impresión 3D va a ser clave para muchas compañías.

Ramón Pastor es director general de Impresión 3D Metales de HP y director general del Centro Internacional de HP de Barcelona.