Sociedad

El legado de Pimpinela

Pimpinela lo hizo antes que Shakira: las canciones ayudan a hablar del desamor y la ruptura mediante una experiencia catártica. Es una de las formas más eficaces para reconciliarse con el corazón roto.

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06
febrero
2023

No hace tantas semanas, la sociedad explosionaba a raíz de una canción en la que Shakira se explayaba con rabia sobre las andanzas de Gerard Piqué, su ex pareja, con quien mantuvo diez años de relación. El tema se ha convertido ya en un hit, y también ha recibido sus críticas por parte de quienes ven innecesario que la cantante se ensañe de esa forma con el que fue su amor y su actual pareja.

Sin embargo, el desamor y sus conflictos, las peleas y desencuentros son algo habitual en el ámbito musical. En la década de los ochenta del siglo pasado, el dúo Pimpinela, formado por Lucía y Joaquín Galán, se desenvolvían con maestría en el territorio de las discusiones musicales, con teatralización incorporada. Olvídame y pega la vuelta, Dímelo delante de ella o Una estúpida más reflejaban el drama de unas convulsas relaciones amorosas.

También son temas míticos de este repertorio del desamor la famosísima Rata de dos patas, de Paquita la del Barrio; Por qué te vas, de Jeanette; Se me olvidó otra vez, de Juan Gabriel; o el Me voy, de Julieta Venegas. Maná, Camela, Marc Anthony, Adele o Rocío Jurado son algunos ejemplos de lo socorrido que es cantarle a los desencuentros amorosos y a la hostilidad que despiertan las relaciones frustradas. Las reproducciones de estas canciones llegan siempre a cotas altísimas y se convierten en auténticos éxitos. ¿Hay alguna razón que explique por qué nos gustan tanto?

El fenómeno del desamor resulta rentable. Pero antes de esto, podríamos decir que las dinámicas del amor romántico siguen muy presentes en nuestras relaciones y, con ellas, las conductas y actitudes poco saludables que siguen impregnando nuestras formas de relacionarnos. Parece complicado, sobre todo cuando disponemos de poco tiempo de calidad, que sepamos afrontar las situaciones con sosiego y no entrar en conflictos. Frecuentemente, si estamos en plena ruptura o cuando han sucedido acontecimientos dolorosos con nuestra compañera o compañero de vida (algo bastante habitual), optamos por escuchar melodías que hablen de lo mismo que nos ha pasado.

Las ‘playlists’ tristes funcionan a modo de catarsis mientras se atraviesa una ruptura amorosa

La música es un liberador natural de sentimientos y un canalizador de las emociones. Cuando atravesamos una situación, nuestro cerebro busca de forma instintiva canciones que plasmen eso que estamos atravesando, sobre todo si tenemos desarrollada la empatía y conectamos con la letra de esa historia de despecho, rencor, desilusión o frustración por amor. La música también activa esa empatía. El proceso sería, por tanto, una especie de catarsis, una manera de filtrar esas emociones intensas y liberarlas (bien a través del llanto, bien entonando ese tema a un volumen de concierto, bien bailándolo), para que finalmente se vayan ubicando en nuestro cuerpo y terminen convirtiéndose en conocimiento práctico. Esto ocurre porque conectamos con la canción, pero no la vivimos, porque no se trata de nuestra propia experiencia y, por tanto, no la sufrimos.

A nivel químico, el fenómeno también tiene su explicación. La música desencadena una reacción endocrina provocada por hormonas como oxitocina o la prolactina. Un estudio publicado hace cinco años en la revista Scientific Reports, vincula las playlists tristes con el acto liberador y catártico de llorar, algo muy habitual cuando estamos en plena vorágine sentimental. Los expertos Kazuma Mori y Makoto Iwanaga, autores de este análisis, confirman que el hecho de canalizar el malestar a través del llanto genera sensaciones de tristeza en un principio, pero después les siguen cierta calma y ánimo por superar esa situación.

Sin embargo, y si volvemos al amor romántico, no son muchas las letras que se alejan de esos lugares comunes y, muchas veces, perniciosos. Cómo olvidar el Sin ti no soy nada, de Amaral, donde una sola frase refleja la anulación de la persona por amor. La relación entre el amor y el sufrimiento es uno de los mitos más extendidos y peligrosos, y a los que nuevas letras pueden hacerle frente. Letras donde se visibilicen otras realidades, como todo lo positivo que existe tras una ruptura o los beneficios de la elección de la soltería. Porque la música, la literatura o el cine condicionan nuestra percepción de la realidad. Quizá ese sería otro escalón, el de empezar a empatizar con emociones diferentes al desamor o los celos, y explorar otros sentimientos y vivencias que quizá no nos hayamos planteado que podamos experimentar cuando hablamos de vínculos y relaciones.

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