Salud

«Si bloqueamos el placer, con el tiempo puede acarrearnos problemas de salud»

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31
enero
2023

Tras dejar su carrera como arquitecta y realizar un viaje de descubrimiento personal, Rut Nieves (Madrid, 1975) se ha convertido en una de las escritoras de libros de autoayuda más leídas, tanto en España como en Latinoamérica. Con el libro ‘Recupera tu poder’ (Planeta), completa una pentalogía en la que aborda distintas áreas del desarrollo personal e invita a recuperar el propio poder para conectar con nuestra esencia.


¿Cómo te diste cuenta de que querías cambiar la arquitectura por el coaching?

Pasé varios años en los que tenía claro que no quería trabajar como arquitecta, pero sin saber lo que quería hacer. Fue una transición de mucho tiempo, un proceso. Decidí dejar mi trabajo como arquitecta en Madrid, regalarme un tiempo en mi vida para hacer un sueño realidad y me fui a vivir a la Selva Negra para viajar por Alemania y ver qué quería hacer con mi vida. Estando allí, descubrí lo que realmente quería cuando leí un libro de crecimiento personal. En ese libro, llamado Trabajo y felicidad, vi un ejemplo humano, un hombre que había dejado su trabajo para hacer lo que amaba.

¿En qué bases o marco teórico se apoya el coaching?

Te puedo decir en lo que me apoyo yo. El coaching para mí es un punto de partida, consiste en hacer las preguntas adecuadas que te permiten encontrar la respuesta que está dentro de ti y dejar de mirar afuera y mirar dentro, para encontrar las respuestas que te pueden ayudar. Es un acompañamiento de una persona que te ayuda a conectar con lo que deseas o necesitas. Esa es la base, autoacompañamiento o acompañamiento para desarrollar la capacidad de autoescucha y encontrar las respuestas más resolutivas.

Historias de vida distintas, con un contexto socioeconómico desfavorable en muchos casos, con distintos traumas, problemas de salud mental, situaciones de precariedad, de violencia… ¿Los consejos del coaching son válidos para todo el mundo, independientemente de su situación?

Creo que sí, en cuanto a que lo que recomiendo vale para cualquier persona, en cualquier situación y momento. Luego habrá quienes digan que algo es prioritario, o que algo les sirve más, pero depende de en qué momento está cada cual. Yo promuevo que las personas empiecen a dedicarse un tiempo cada día para entrar en contacto con sus necesidades y sus deseos, para poder tomar las riendas de su vida, dejar de vivir para afuera y conectar con su poder. Y para ello, el primer paso es escucharnos, dedicarnos un tiempo. Siempre podemos encontrar un hueco, para leer un libro que nos ayude a autogestionarnos; en definitiva, para escucharnos y ver lo que necesitamos.

¿Cómo vivir relajadamente o encontrar ese tiempo para dedicarlo al autoconocimiento cuando tenemos que sobrevivir en una sociedad acelerada y lograr la máxima productividad? Si no tenemos ese tiempo, ¿qué podemos hacer?

Siempre podemos encontrarlo si queremos hacerlo. Cuando algo es prioritario encontramos la manera, pero hay veces que solo hallamos ese tiempo cuando nos despiden, cuando nos enfrentamos a una enfermedad, cuando muere un ser querido o cuando nos sucede algo que no podemos sostener emocionalmente. Ahí es cuando se convierte en una prioridad hacer algo por ti. Hay personas que necesitan llegar a un punto extremo y otras no, y tiene que ver con la educación que hemos recibido en casa, con la mentalidad. Al final, la clave para dedicarse tiempo es priorizarse y darte cuenta de que está bien que te dediques un tiempo cada día. Dejar de priorizar el trabajo, hijos o hijas, y empezar a priorizar tu bienestar. Hay personas que creen que no tienen tiempo y lo que ocurre es que tienen es que replantearse sus prioridades

«Promuevo que las personas empiecen a dedicarse un tiempo cada día para entrar en contacto con sus necesidades y deseos para tomar las riendas de su vida»

¿Cómo pueden «recuperar su poder» o «hacer realidad sus sueños» quienes están inmersas en situaciones que no pueden controlar o hacerse responsables, como una guerra o un contexto de pobreza generalizada?

Para mí, es clave que una persona quiera algo para que encuentre la manera de llegar. Al final lo que nos mueve son nuestras inquietudes, esos deseos del alma; son los que nos llevan a movernos, escuchando nuestra intuición o nuestro instinto. Alguien que nace en un contexto de pobreza o que está en un país en guerra necesita más tiempo para llegar a donde quiere, o quizá no, porque lo importante es escuchar la intuición y el instinto, sobre todo en situaciones difíciles. Por muy difícil que sean las circunstancias en las que estamos viviendo, si pedimos ayuda cada cual a lo que crea (Universo, Dios, la vida) y le pedimos que nos guíe hacia algo que sea importante, nos va a guiar. Cualquier persona que tenga una inquietud, encontrará las respuestas en algún sitio.

Ante un problema de salud mental, ¿crees que el coaching también puede ofrecer las herramientas necesarias? ¿Una terapia psicológica que se centra en las características de cada caso en profundidad no tendría mejores resultados?

Son compatibles. De hecho, a mí me han escrito personas que estaban en un tratamiento psicológico. Y hay profesionales de la psicología que recomiendan mis libros a sus pacientes, sobre todo Cree en ti, porque al final te aporta herramientas y lo uno no es sustitutivo de lo otro. Es bueno y necesario que una persona que tenga un problema de salud mental pida una ayuda terapéutica y que el libro sea algo que sume, que ayude. Siempre es bueno tener una persona que te acompañe. Hay un vacío en la educación que tiene que cubrirse. Aprender a gestionar el pensamiento y las emociones es algo que necesitamos todo el mundo.

Dices que nos han educado en la represión emocional –fundamentalmente a los hombres– y en la represión sexual –a las mujeres–. ¿De dónde llegan estos mensajes que absorbemos y cómo podemos contrarrestarlos?

Esto viene de la cultura patriarcal y de algunas religiones, y nos llega a través de ideas y frases que hemos escuchado en la infancia, como «los niños no lloran», eso hace que se menosprecie la expresión emocional. A las mujeres nos dicen «no patalees», «no grites»; nos condicionan a través de las palabras. Todas esas frases van construyendo una represión, cuando en realidad las emociones ayudan a liberarnos y nos dan información de lo que necesitamos. Cuando estamos enfadados, eso nos está diciendo que nos han hecho algo que nos daña y tenemos que poner un límite; la ira nos da la seguridad para poner ese límite. Si reprimimos esa ira, nos intoxicamos emocionalmente y perdemos nuestra fuerza. Es importante aprender a liberarla sin dañar a nadie ni dañarnos.

Las emociones nos ofrecen información importante. La represión sexual tiene consecuencias graves y a las mujeres nos han dicho que es vergonzoso y sucio sentir placer, que es pecado o que la sexualidad es solo para procrear, y eso nos ha ido bloqueando. El placer también es bueno y, si lo bloqueamos, con el tiempo puede acarrearnos problemas de salud.

¿Cómo podemos recuperar la conexión con nuestro cuerpo y nuestro placer?

El primer paso sería declarar la intención de querer reconectar con él y, para reconectar con el cuerpo, querer sentirlo. Es una elección. Reconectamos al permitirnos sentir y respirar. Dejamos de llevar la respiración a ciertas partes del cuerpo de forma inconsciente. A mí me ayuda mucho el yoga y los ejercicios de respiración que te ayudan a llevar el aire de manera más profunda. No hay mucha gente que pueda llevar el aire al suelo pélvico. El contacto físico, los masajes relajantes o hablar con nuestras partes del cuerpo también nos pueden ayudar a conectar con zonas del cuerpo.

«Hay un vacío en la educación que tiene que cubrirse, el de aprender a gestionar el pensamiento y las emociones»

En Recupera tu poder haces una distinción entre emociones de alta y de baja vibración. Estas últimas serían el miedo, la rabia, el resentimiento o la ira. ¿Estas emociones no tienen también una función en nuestras vidas? ¿Si no logro ser optimista por mucho que lo intente no puedo sentirme aún con más frustración?

Todas las emociones son energía que está guardada en el cuerpo y toda energía que está guardada puedo liberarla cuando me permito experimentarla como una observadora. Cuando me permito respirar y observar lo que sucede sin dejarme arrastrar, y logro dejar de identificarme con lo que siento y pienso, pasado un rato nuestro cuerpo vuelve a la calma. Respirar y permitirnos sentir sin juzgarnos ni engancharnos es abrir la puerta para que salga la emoción. Para conectar con energías más elevadas hay que enfocarse en la aceptación, la gratitud, el perdón. Centrarnos en determinadas afirmaciones, dedicarnos tiempo para hacer lo que nos gusta, comprendernos, dejar de juzgarnos. Yo pasé por una depresión en 2005, así que sé de lo que hablo.

En el libro hablas del poder y de la fuerza, y de que son elementos positivos cuando son utilizados desde la libertad y como soportes vitales. ¿Por qué a veces se distorsiona la función de estas herramientas y se cae en control, sometimiento y violencia hacia las demás personas?

Porque es lo que hemos visto durante muchos años, y cuando crecemos viendo que algo es lo habitual terminamos creyendo que eso es el poder. El sometimiento y la dominación son distorsiones del poder real. El poder respeta siempre la libertad de cada ser. Cuando aprendemos a diferenciar la esencia de la distorsión es cuando aprendemos a poner límites; pero si has crecido en un entorno donde el abuso de poder es la norma vas a creer que eso es lo normal. Por eso es importante que cuando nos sintamos mal en una relación salgamos de ahí para ver que hay otras opciones, y pedir ayuda y leer libros.

¿Centrarnos en nuestro propio bienestar constantemente puede hacernos caer en un egocentrismo que nos lleve a dejar de lado cuidar de los sentimientos del resto o trabajar por una construcción colectiva como sociedad?

Depende de a dónde lo llevemos, normalmente recomiendo encontrar un equilibrio entre el tiempo que te dedicas a ti y el que dedicas a los demás. Es muy relativo, porque cuando una persona se ha tenido abandonada toda su vida se da cuenta de que necesita dedicarse más tiempo a sí misma que al resto. Suele pasar que cuanto más nos hemos abandonado más tiempo necesitaremos darnos, pero eso no significa que seamos egoístas, sino que equilibramos el pasado y el presente. Se trata de atenderse y escucharse para ver qué necesita cada cual en cada momento. Si yo no me doy lo que necesito voy a buscarlo fuera, tanto con unas emociones como con otras. Lo importante es aprender a ser consciente, encontrar el equilibrio que necesitas en cada momento y poder dar lo mejor que ti.

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