Seis urgencias para transformar el sector de la edificación

Artículo

Bruno Sauer

Dolores Huerta

@LohucaHuerta

Ilustración

Natalia Ortiz

Los seres humanos estamos transformando el planeta con nuestra manera de vivir. La forma de producir y de reproducir nuestra existencia durante los últimos dos siglos nos ha traído una etapa de cambio profundo. En este contexto vertiginoso, en el que la sociedad se encuentra en permanente transformación, el sector de la edificación –responsable de entre el 30 y el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)– debe sacar muchos conejos de su chistera para dar respuesta a los nuevos desafíos ambientales, económicos, sociales e institucionales.

Green Building Council España (GBCe) presentó el pasado 16 de diciembre el Informe País GBCe 2022: sobre el estado de las urgencias de la edificación sostenible en España (elaborado en colaboración con Ethic), donde identifica las seis principales urgencias del sector en nuestro país: la descarbonización, la economía circular, la salud, la biodiversidad, la renovación integral y la sociedad resiliente. Cada una de estas urgencias tiene un nivel de desarrollo y de comprensión distinto y se encuentra en un estado diferente con respecto al cambio. Pero, a la vez, están profundamente relacionadas entre sí.

Descarbonización en todo el ciclo de vida

El proceso de emisión de carbono a la atmósfera tiene dos momentos clave en la edificación: durante la construcción del –edificio en una proporción del 30%– y para adquirir el confort en la fase de uso –en un 70%–. La tecnología para mitigar las emisiones durante esta segunda etapa está muy desarrollada y nos permite reducir la demanda y emplear energías renovables.

Los edificios son responsables de entre el 30 y el 40% de las emisiones

Pero ¿cuál es la huella de CO2 de los materiales, las técnicas constructivas y los sistemas de acondicionamiento del edificio? El carbono embebido se convierte aquí en el gran problema (y los materiales en los principales señalados). Los fabricantes juegan un papel fundamental en la descarbonización del sector de la edificación, ofreciendo productos descarbonizados en su proceso de fabricación que, junto a un diseño optimizado para su instalación, permitan alcanzar una construcción nula en carbono.

Salud: edificios saludables, personas sanas

La salud humana y del entorno es prioritaria –y muy urgente– en la edificación. La calidad del aire; el confort térmico, hídrico y acústico; las condiciones para poder descansar y dormir –fase en la cual recuperamos y reforzamos el cuerpo–; un ambiente para socializar y cuidar la mente o la ausencia de materiales tóxicos o nocivos son básicos para poder hablar sobre una vivienda saludable. El exceso de ruido genera estrés; una ventilación deficiente provoca dolor de cabeza; la luz intrusa afecta a la calidad de nuestro sueño y, si no se instala apropiadamente el suministro de agua, podríamos sufrir una intoxicación. El diseño de un edificio es una tarea compleja que ha de garantizar la seguridad de las personas que lo utilizan y el cuidado de su salud.

Renovación integral: rehabilitar viviendas, cambiar ciudades y resetear mentes

Estamos hablando de reforma, de rehabilitación, de reconstrucción, de renovación pero, sobre todo, de que sea integral, profunda y ambiental. No solo estructural o energética. La construcción ha de ser sostenible en todas sus fases: desde la extracción hasta los momentos de alargar la vida de los edificios. Pero cuando hablamos de renovación integral lo hacemos también de renovar el sector, el empleo, las industrias de la construcción, la formación, la aceptación de los usuarios, las formas de hacer ciudad, el urbanismo, el territorio, las ciudades, las regiones, la España vaciada y un largo etcétera.

Sociedad resiliente: vida con capacidad de adaptación

Esta urgencia es la más cercana a las personas, así como la más transversal. Se trata de garantizar las condiciones de habitabilidad y biodiversidad a todos los seres vivos. Es indudable que la sociedad está afrontando enormes retos y la resiliencia nos mostrará si hemos sido capaces de afrontarlos o no. Nuestra acción no se puede paralizar por el hecho de que algunos resultados solo los verán las generaciones venideras. Al contrario, es su bienestar el que debe motivarnos.

Biodiversidad: cuidar a nuestro aliado natural

Esta es la urgencia más perentoria de las seis, y pone en entredicho el sustento básico de la vida humana en la Tierra. Es imperativo poner en marcha soluciones para recuperar el uso natural del suelo, hacerlo permeable y nutrido. Debemos recuperar materiales naturales mediante una gestión sostenible –madera, tierra, piedra o fibras vegetales– y evitar el uso de materiales que no tienen cabida en una economía circular.

Economía circular: creatividad en un mundo limitado

La toma de conciencia de que existen los límites planetarios y las previsiones de agotamiento de materias primas nos hace plantearnos soluciones capaces de alargar la vida útil de los productos. Esta circularidad se erige como una auténtica revolución en un marco como el actual, donde prima una economía lineal, extractiva y destructiva. Las soluciones están sobre la mesa, con edificios como bancos de materiales y el reaprovechamiento por separado de partes de las edificaciones. Aparece así otra mirada en la edificación, que dejará de entenderse como algo estático y fijo en el tiempo y pasará a convertirse en algo flexible, transformable.

Una mirada hacia delante: el «ODS 18»

En 2019, Paula Caballero, una de las responsables en la construcción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mencionó que faltaba un objetivo más, el número 18: el cambio de actitud.

Si no se suben al carro todos los eslabones en la cadena de valor, la cadena seguirá floja

Sin un cambio de actitud de las personas no conseguiremos un cambio real de modelo. Y está claro que el modelo del siglo XX no nos sirve en el siglo XXI. Los Informes País de GBCe de 2021 y 2022 dibujan el marco de palancas —instrumentos— y urgencias –contenido– para conseguir ese cambio de modelo. Pero no nos equivoquemos, ya que solo con dibujar el marco y la estructura el problema no está resuelto.

Podemos estar esperando a que se regule mucho más para que la urgencia se convierta en una obligación, pero será tarde, doloroso y costoso. Podemos estar esperando a que vengan cuatro Fondos Next Generation más para poner en marcha el cambio, pero así no se resuelve la financiación de la transformación en su raíz. La subvención es solo el ibuprofeno contra el dolor de cabeza. Podemos comunicar cada día en todos los periódicos que estamos en una situación de crisis, pero si no hay voluntad de escuchar estaremos hablando contra el viento. Podemos formar o capacitar a mucha gente, pero si no se suben al carro todos los eslabones en la cadena de valor, la cadena seguirá floja. Podemos investigar e innovar mucho, pero si no hay demanda por algo nuevo las innovaciones se quedarán en un cajón. Podemos medir casi cualquier cosa en nuestra vida diaria, pero si mañana no queremos mejorar la medición entonces las cifras no servirán para nada.

El cambio de actitud se puede pedir, pero tendrá más impacto si se predica con el ejemplo. GBCe se compromete a coliderar, con la ayuda de muchos, el cambio de actitud.

Dolores Huerta y Bruno Sauer son directores generales de Green Building Council España (GBCe)