Las diez alergias más locas
Hay personas cuyas alergias responden a cosas tan comunes como el sol, el agua o la electricidad. ¿Son alergias reales o forman parte de lo que llamamos psicosomatismo? En este artículo repasamos los casos más destacados.
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Una alergia es una reacción anormal hacia un tipo de sustancia o elemento que surge –en su mayoría– tras la incapacidad del organismo de tolerar su presencia. Las alergias se manifiestan con reacciones físicas como picazón en los ojos, secreción nasal, sibilancias, sarpullidos en la piel o diarrea. En el peor de los casos, sin embargo, algunas requieren hospitalización e incluso pueden llegar a conducir a la muerte.
Las alergias más comunes son al polvo, al polen o a algunos animales, pero hay algunas que llaman inevitablemente la atención. Veamos diez.
Alergia al agua
Su término científico es urticaria aquagénica, y es una serie de síntomas que padecen algunas personas en contacto con el líquido. Si bien en la mayoría de ocasiones los síntomas son leves si se aplican las medidas de higiene y cuidado personal recomendadas, en algunos casos graves puede llegar a complicar mucho el día a día, generando impedimentos considerables en nuestras vidas.
Alergia a la electricidad o hipersensibilidad electrónica
Las ondas generadas por los móviles, los ordenadores u otros dispositivos electrónicos pueden provocar alergias o hipersensibilidades en algunas personas debido a la exposición ante tales campos electromagnéticos. Algunos de los principales síntomas localizados son cansancio continuo, dolores de cabeza y vértigo, así como problemas digestivos. Este tipo de alergia se ha descubierto hace muy poco, pero es cada vez más común. No obstante, es especialmente polémica: aún no se ha encontrado ninguna evidencia científica que corrobore su existencia.
Alergia a la gravedad
Por raro que parezca, hay personas que afirman que, al levantarse de la cama o el sofá, sufren un aumento del ritmo cardíaco y les baja la presión arterial, pudiendo provocar desmayos en ocasiones extremas. Un tipo de alergia que defiende la famosa tiktoker Kimberly Rhoades, afectada por esta alergia que, según explica, le impide mantenerse estable y le provoca varios desmayos a lo largo del día.
Alergia al sol
Hay unos pocos desafortunados que, cuando exponen sus cuerpos al sol, sufren reacciones alérgicas como ronchas, granos o quemaduras en los casos más exagerados. Su causa se encuentra en una intolerancia de la piel a las proteínas que genera la radiación solar. Para curarlo, lo más recomendado es tomar el sol en cantidades menores, así como ingerir alimentos antioxidantes como la zanahoria.
Alergia al sudor y el ejercicio
Este tipo de alergia –conocida como anafilaxia– es muy poco común, y se cree que su origen se encuentra en el consumo de determinados alimentos o medicamentos que actúan como alérgeno, ya que las reacciones suelen suceder con la ingesta del producto antes de la práctica deportiva. Algunos de sus principales síntomas son picazón en la piel, urticaria y una fuerte sensación de fatiga.
Alergia al chocolate
Hay personas que no pueden ingerir chocolate porque son alérgicos bien al cacao o bien a alguno de los ingredientes que contiene, como la leche. Los principales síntomas de este tipo de alergia son el dolor de estómago, la sensación de hinchazón, los vómitos y los gases, así como dolor de cabeza en algunas ocasiones. En algunos casos, incluso puede ocasionar problemas respiratorios.
Alergia al látex y alergia al semen
El látex se fabrica con caucho natural, pero algunas de sus propiedades y elementos pueden provocar efectos adversos a algunos de sus consumidores, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres. La hipersensibilidad a este tipo de material, generalmente usado en preservativos, es una de las alergias más raras que existen. De hecho, es muy difícil de detectar, puesto que mayoritariamente suele confundirse con alguna enfermedad de transmisión sexual. No obstante, no es la alergia más extraña relacionada con las prácticas sexuales: otra de ellas es la alergia al semen, que ocasiona reacciones similares a la urticaria, como cambios de color en la piel, ardor y, en algunos casos, incluso dificultad para respirar.
Alergia al frío
La alergia al frío es una reacción de la piel ante fenómenos como el contacto con el viento de invierno, las bajas temperaturas o el agua fría. Sus efectos son similares a la alergia al sol, pero también pueden generar dolor abdominal o fiebre. Para localizar esta intolerancia se ha desarrollado el llamado «test del cubito de hielo», con el cual se aplica hielo durante cinco minutos en el antebrazo para poder observar las reacciones posteriores.
Alergia al móvil
¿Es posible ser alérgico al móvil? Al parecer, en algunas personas, el contacto con el dispositivo genera ronchas rojas o ampollas en la mandíbula, así como otras reacciones alérgicas en la mejilla o las orejas. Estas respuestas, sin embargo, no derivan del uso del teléfono como tal, sino del níquel, material con el que están fabricados la mayoría de móviles. Según lo poco que se ha investigado sobre el tema, se trata de un tipo de alergia que se genera con el contacto a lo largo del tiempo: la piel se va sensibilizando con el contacto progresivo, generando anticuerpos para resistir el metal.
Alergia a los antialérgicos
Esta es la más paradójica y cruel: la alergia a los medicamentos antialérgicos. Sí, hay personas que sufren reacciones alérgicas con algunas de las soluciones para sus alergias, lo que hace que encontrar un remedio para sus patologías sea algo extremadamente complicado. Así, uno de los casos más frecuentes es la alergia a los antiinflamatorios.
Algunas instituciones médicas, sin embargo, apuntan a que muchas veces algunas de estas reacciones no son sino falsos casos de alergia donde el psicosomatismo –es decir, el hecho de sufrir en nuestra carne un mal de origen psicológico– juega una mala pasada a algunas personas. Otros consideran que, si bien las dolencias ocasionadas por estos casos deben tener un cierto respaldo científico, no se las puede categorizar de alergia porque expanden demasiado su definición científica.
En los últimos años, además, hemos encontrado un creciente número de alergias, algunas de ellas atribuidas al cambio climático y la modificación de los ecosistemas. Es el caso del aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, que ha provocado un aumento de las plantas ambrosía, haciendo que estas florezcan más rápido y produzcan semillas más pesadas que, en última instancia, representan una pesadilla para los alérgicos al polen. El aumento de la concentración de gases en la atmósfera y la contaminación, así, podrían contribuir a un aumento de las alergias. Los retos del futuro quizás deparen un aumento de las dolencias ambientales o psicosociales. ¿Estamos preparados para ello?
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