¿Pinchazo en la burbuja de las start-ups?
Los despidos en las empresas emergentes han aumentado un 350% en este último año, mientras que la financiación ha caído un 30%. Una tendencia que golpea especialmente al sector de las ‘fintech’, pero que refleja la actual reticencia a invertir en ellas, alimentada por las consecuencias de la pandemia, la inflación y la guerra en Ucrania.
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Paul Graham, cofundador de la aceleradora de empresas emergentes estadounidense Y Combinator es contundente: «Las cosas malas van a llegar, eso siempre pasa en una start-up. Las probabilidades de ir del lanzamiento a la liquidez sin algún tipo de desastre son una en mil. Así que no te desanimes». Su empresa es la responsable de lanzar más de 2.000 compañías –como Airbnb, Dropbox y Twitch– y sabe mejor que nadie que el éxito no está asegurado, por muy buena que sea la idea.
De hecho, los últimos datos apuntan a un pinchazo en la burbuja de las start-ups, especialmente de las fintech (empresas que aplican nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión). En los últimos meses, las empresas emergentes están experimentando una fuerte caída de financiación, una reducción de las contrataciones de empleados y despidos masivos: durante el primer semestre de 2022, las empresas emergentes españolas cerraron 238 operaciones, un 22,7% más que en el mismo periodo de 2021, y su valor medio descendió un 25,4% hasta los 8,3 millones, según el Observatorio del Ecosistema de Startups de la Fundación Bankinter.
Las diferencias se observan fácilmente: mientras que entre enero y marzo la inversión en empresas emergentes alcanzó los 1.226 millones de euros, un 13% más que en el mismo periodo de 2021, la inversión en las start-ups españolas descendió un 30% interanual entre abril y junio de 2022, hasta los 744,9 millones, tras un primer trimestre en 2022 mejor al del año anterior. «La actividad de inversión se va a ralentizar por la incertidumbre económica, pero no sabemos si será por un trimestre, dos o más. Los fondos se han vuelto más cautelosos; solo invierten en proyectos que ven muy claros, y eso no cambiará hasta que estos encuentren un escenario que les permita tener visibilidad sobre lo que va a ocurrir», explica Miguel Kindelán, responsable en España del banco de inversión GP Bullhound. El escenario de inflación actual y la incertidumbre económica sobre los meses venideros son los principales culpables.
Aumento de los despidos y reducción de las contrataciones
La falta de inversión se traduce, inevitablemente, en reducciones de plantilla. Según los datos recopilados por el rastreador Layoffs.fyi, los despidos en las empresas emergentes aumentaron en mayo un 350% a nivel mundial. Y los ejemplos se pueden encontrar por todo el globo: en Brasil, la empresa Zak anunció, tras la retirada de un inversor, el despido del 40% de su plantilla; en Estados Unidos, Better.com echaba a la calle a 900 empleados a través de una videollamada por Zoom y Domestika, con ADN español, firmó un despido colectivo a 150 personas después de haber conseguido más de 97 millones de euros en su última ronda de financiación.
Según Matías Bonet, experto en fundación e inversión de empresas emergentes, considera que «entre el 7 y el 12% de las start-ups que aún no hayan encontrado un mercado sólido para su producto, como por ejemplo, aquellas que ofrecen productos financieros, se verán forzadas a reducir plantilla. Contarán con el equipo mínimo hasta que comiencen a generar ingresos».
Mientras los despidos crecen, además, se desploman las contrataciones. Lo destaca un informe elaborado por la firma de capital riesgo NGP Capital, que ilustra cómo la cifra de oportunidades de trabajo en este tipo de compañías alcanzó su punto álgido en febrero y desde entonces ha ido en caída libre. En concreto, al analizar un total de 11.000 start-ups, el estudio demuestra que en el segundo mes del año se publicaban unas 15.000 ofertas de trabajo por semana. Sin embargo, en junio este número se redujo a solo 8.813.
En este sentido, Bonet prevé que «esta tendencia negativa afectará incluso a start-ups que han levantado una ronda recientemente. En Europa, se producirá una importante reducción de la demanda de empleo, siendo un sistema mucho más selectivo y minimizando hasta un 80% sus contrataciones».
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