Medio Ambiente

¿Cuánto le cuesta a España limpiar sus playas?

Playas abarrotadas equivalen a playas más contaminadas, un coste que pagan tanto el medio ambiente como la economía: la limpieza de residuos plásticos en las costas equivalen a un gasto de 700 millones de euros anuales de las arcas públicas. Entre las causas, más allá del turismo masificado y la falta de civismo, la profundidad de los mares y las corrientes del Mediterráneo, que devuelven los desperdicios a las playas.

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14
septiembre
2022

Tras dos veranos consecutivos bajo mínimos en términos de visitantes nacionales y extranjeros a las costas del país debido a la pandemia, el de 2022 parece haber devuelto a la normalidad al turismo de playa español. Solo en Islas Baleares, según confirman los datos de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), la ocupación hotelera se sitúo en el 93% durante el mes de julio. Y algo similar ha sucedido en el resto de destinos costeros nacionales. Pero el regreso de los turistas lleva un alto precio aparejado: playas masificadas equivalen a playas más contaminadas. Y no se trata únicamente de un coste ambiental, sino también económico.

Un informe de la fundación holandesa Changing Markets estima que la limpieza de residuos plásticos en las costas españolas le cuestan 700 millones de euros anuales a las arcas públicas, dinero que procede fundamentalmente de los impuestos y que, repercutido entre el total de la población, supone un coste de entre 10 y 15 euros por ciudadano. El mismo documento concluye que cada año se invierten en limpieza entre 13.000 y 80.000 euros por kilómetro de costa. Solo los envases de bebida representan entre 285 millones y 500 millones de euros anuales.

El plástico es, con mucho, el material más contaminante. Otra investigación publicada en la revista Nature Sustainability revela que los residuos de este material suponen el 80% de la basura que llega hasta el mar. Además, el 83% de este volumen termina en las costas. Bolsas de un solo uso, botellas, envases de comida y envoltorios representan el mayor volumen de basura que acaba en las playas. O, lo que es aún peor, que se deja abandonado en ellas por un comportamiento incívico de sus usuarios.

Diversos factores hacen que las costas españolas sean especialmente sensibles a la contaminación y, en concreto, a la acumulación de residuos plásticos. Como apunta la oenegé Oceana, la profundidad de las aguas costeras –España es el segundo país europeo con mayor profundidad de aguas por detrás de Portugal– es uno de esos factores de riesgo, ya que encarece y dificulta enormemente la retirada de los residuos. El Mediterráneo, un mar semicerrado que tiende a devolver los desperdicios a la costa, es otro agravante. 

Por si fuera poco, la elevada densidad de población de las zonas costeras españolas, hogar de una tercera parte de la población que, además, se ve incrementada de manera exponencial en los periodos estivales por los turistas que acuden a sus playas (el 83% de los visitantes extranjeros eligen la costa para sus vacaciones en España) termina de configurar esta tormenta perfecta de basura marina acumulada en las playas.

El caso del Mar Menor

Precisamente la Región de Murcia está pagando muy caro la alta contaminación de uno de sus grandes reclamos turísticos: el Mar Menor. La laguna de agua salada más grande de Europa lleva años sufriendo graves episodios de anoxia (falta de oxígeno) e incrementos de la temperatura media que ponen en serio peligro la vida de su fauna y su flora. Hace un año, uno de estos episodios dejó cinco toneladas de peces y moluscos muertos en las orillas de la laguna. 

Cada año se invierten en limpieza de playas entre 3.000 y 80.000 euros por kilómetro de costa, lo que equivale a 15 euros por ciudadano

El incontrolado vertido de nitratos y fosfatos provenientes de la fertilización de los cultivos cercanos está detrás de este desastre ecológico. Este año, la oenegé Ecologistas en Acción ha otorgado al Mar Menor el dudoso honor de ostentar una de las 48 banderas negras con las que señala a aquellas playas españolas que se significan por sus altos niveles de polución y/o por una mala gestión medioambiental.

Sin embargo detener esta lenta muerte del Mar Menor supone unos costes millonarios para las distintas administraciones involucradas. A finales de 2021 la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, presentó un Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor que incluía inversiones por valor de 484,42 millones de euros hasta el año 2026. Entre las partidas, la ordenación del dominio público hidráulico, restauración ambiental del perímetro lagunar con soluciones verdes, reducción de la carga contaminante de las aguas que acaban en la albufera con mejoras en saneamiento, depuración y gestión del riesgo de inundaciones y conservación de la biodiversidad marina y terrestre.

También desde el Gobierno de Murcia se están acometiendo acciones para frenar la contaminación, entre ellas, un contrato por valor de siete millones de euros para la construcción de colectores pluviales y un embalse de laminación con el objetivo de reducir la cantidad de vertidos en el Mar Menor. Y lo mismo puede decirse de los ayuntamientos, por ejemplo, del de Cartagena, que ha adjudicado varios contratos a empresas para la retirada de biomasa del borde litoral, uno de ellos por valor de 200.000 euros. 

¿Quién paga la limpieza de las playas?

Las competencias de limpiar las playas recaen, en principio, en los ayuntamientos y, por tanto, sale de los impuestos ciudadanos, si bien este extremo está siendo objeto de debate en los últimos tiempos. Por ejemplo, el alcalde de Ribadesella, pueblo en los que desemboca uno de los ríos más caudalosos de Asturias, reclama ayuda del Principado para sufragar los gastos de 80.000 euros anuales que suponen las dos limpiezas de la playa de Santa Marina. ¿Sus argumentos? Cada año esas costas reciben una ingente cantidad de residuos adicionales que son depositados allí tras ser arrastrados por río Sella desde otros puntos de Asturias. Una reivindicación que también han hecho suya aduciendo idénticos motivos otros consistorios como el de Soto del Barco, final del recorrido del río Nalón.

La colaboración parece, en todos los casos, la mejor manera de acometer la tarea y los gastos asociados a la misma. En el caso del Mar Menor, el Gobierno de Región de Murcia ha habilitado una brigada de limpieza especial para apoyar a los ayuntamientos en las tareas. En ese sentido, los distintos fondos y ayudas estatales abren una puerta a la financiación de la limpieza de playas. Además, en 2021 el MITECO ya anunció una partida de 100 millones de euros provenientes de los fondos NextGeneration UE destinados a la regeneración del Mar Menor hasta 2023. Parte de ellos están destinados a la prevención de residuos. Y es que, como en todo, las playas más limpias siempre serán aquellas que menos se ensucien.

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