Desigualdad

¿Podemos acabar con la desigualdad estructural?

Más allá de la filantropía y de la lucha contra el empleo precario y el desempleo crónico, las empresas pueden contribuir a través de productos y servicios que persigan la equidad.

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En la primavera de 2023, una noticia alentadora copaba los titulares de los principales medios de comunicación del país: España había recuperado las cifras del PIB anteriores a la pandemia. El impacto de confinar la actividad económica, de la crisis energética o de la escasez de suministros se había superado y los indicadores macroeconómicos parecían retomar su buena salud. Sin embargo, según apunta la Fundación FOESSA, vinculada a Cáritas, las cifras de exclusión social, lejos de atenuarse, siguieron –y siguen– en aumento: desde la crisis de 2008, la desigualdad parece haberse descolgado del avance económico, perdiéndose en un laberinto donde cada vez cuesta más ver la salida.

Pero, si la economía avanza vigorosa, ¿por qué se enquista la vulnerabilidad entre la población? ¿Cómo hacer frente a este problema estructural? Para tratar de dar respuesta a estar preguntas, El Observatorio Empresarial para el Crecimiento Inclusivo (OEPCI) ha centrado la VI edición de su informe anual en estudiar este fenómeno y cómo las empresas, a través de productos y servicios inclusivos, puede hacer frente a la desigualdad y la exclusión social tanto en España como a nivel mundial.

En 2021, el 27,8 % de la población española estaba en riesgo de pobreza o exclusión social

En el contexto de la presentación del informe en el Caixaforum de Madrid, Marc Simón, Subdirector General de la Fundación “la Caixa”, ha señalado que «si queremos una sociedad mejor y más igualitaria, es necesario apostar por una colaboración público-privada en la definición de una estrategia organizada y coordinada entre todos los agentes implicados para que las iniciativas de mejora tengan un impacto efectivo y positivo en la sociedad».

Por ello, cada vez son más las empresas que, en su afán por contribuir a la mejora de la sociedad, centran sus esfuerzos en desarrollar negocios inclusivos –entendidos como una forma de satisfacer necesidades globales de manera más sostenible y crear prosperidad–. Estos se centran en la base de la pirámide, es decir, en los 4 mil millones de personas que viven principalmente en países en desarrollo y tienen una renta per cápita anual por debajo de los 1.500 dólares.

La vulnerabilidad en España: ¿un destino heredado?

La concatenación de las diferentes crisis ha provocado que la desigualdad se instale en el segmento de la sociedad con menos ingresos, una realidad que lleva a una situación de exclusión que va más allá de lo económico. La tendencia a la vulnerabilidad es, por tanto, ascendente. En 2021, los datos relativos a la tasa AROPE en España señalaban que el 27,8 % de la población estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir, más de 13 millones de ciudadanos.

Las principales causas de la pobreza actual de nuestro país son el empleo precario y desempleo crónico, los altos precios de la vivienda, los precios de los productos básicos y la pobreza energética. Sin embargo a estas se suman otras relevantes vinculadas a factores poblacionales, sanitarios, financieros, tecnológicos, de edad o físicos.

Grupo Dia es una de las compañías que está trabajando en mitigar las barreras alimentarias y facilitar que una alimentación de calidad esté al alcance de todos, sin importar donde vivan o su presupuesto. Según Pilar Hermida, Chief Communications & Sustainability Officer, «estamos trabajando en impulsar un cambio de hábitos en la alimentación a través de acciones de divulgación y generación de conocimiento dentro de nuestro programa Comer mejor cada día», a lo que añade «la accesibilidad de alimentos debe ser socio-demográfica y también geográfica para lograr asentar unos hábitos saludables. Cerca del 60% de la población española ya tiene una tienda Dia a menos de 15 minutos a pie».

Pilar Hermida (Dia): «La accesibilidad de alimentos debe ser socio-demográfica y también geográfica para lograr asentar unos hábitos saludables»

Por otro lado, una investigación elaborada por el Ayuntamiento de Madrid en colaboración con la Universidad Carlos III señala que las diferencias económicas están directamente relacionadas con la esperanza de vida. Así pues, existe una diferencia de 10 años en la longevidad entre los residentes del distrito de San Blas (78,4 años) y los residentes del distrito de Fuencarral-El Pardo (88,7 años).

Según Mónica Gil-Casares, Directora de Investigación, Innovación Social y Consultoría de Codespa, «estas son solo algunas causas que permiten entender la complejidad de la situación de vulnerabilidad y por qué la pobreza resulta, en numerosas ocasiones, un destino heredado». Por ello, «desde el observatorio promovemos la investigación, la formación y el desarrollo de proyectos en los que las empresas contribuyen a resolver los retos sociales desde su propio negocio, más allá de su filantropía y acción social».

Productos y servicios contra la desigualdad

El conocimiento y concienciación es el primer paso para empezar a diseñar productos y servicios que tengan en cuenta a todas las personas que, por una razón o por otra, se han descolgado del sistema. CODESPA y las empresas del Observatorio han definido en su informe los tres pilares fundamentales para considerar que un producto o servicio sea inclusivo: deben satisfacer las necesidades de uno o varios colectivos vulnerables, tener un impacto significativo en la reducción de la vulnerabilidad y contribuir al negocio y los beneficios de la empresa, siendo financieramente sostenibles.

Según Gil-Casares, «con el fin de que los productos y servicios sean inclusivos, deben ser adecuados, es decir, que respondan a una necesidad; accesibles en el mercado; asequibles; y estar adaptados a la población a la que se dirigen y a su ambiente, sin generar impactos negativos».

Divina Seguros es un ejemplo de empresa capaz de crear productos inclusivos y responder a las necesidades de la sociedad. Ignacio López, Director de comunicación corporativa de Divina Seguros, afirma que, «siempre hemos diseñado productos para dar cobertura a necesidades muy concretas, sin tratar de ir más allá con servicios adicionales que realmente no interesan al tipo de cliente que lo contrata, porque seguramente nunca lleguen a utilizarlo y lo único que hacen es encarecer el precio».

«En Divina Seguros, actualmente, mantenemos el componente social de nuestros inicios, lo que, unido a una gestión prudente y a una política de precios reducidos, nos permite desarrollar una cartera de productos y servicios para atender tanto a personas con rentas altas como rentas más bajas», concluye.

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