Medio Ambiente
Los datos más sorprendentes sobre nuestro uso del plástico
El principal inconveniente del plástico es lo que más valoramos de él: no se degrada. No hay una pócima para resolver el problema: tiene tantas facetas que es necesario transformar muchos aspectos a la vez, empezando por nuestros propios hábitos.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2022
Artículo
Los tres principales culpables de la huella de carbono manufacturera son el acero, el cemento y el plástico. Concretamente, producir una tonelada de acero y una tonelada de cemento supone alrededor de 1,8 y 1 toneladas de dióxido de carbono, respectivamente. Por ese motivo, el acero y el cemento son responsables de un 8% y un 4,5% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
El principal inconveniente del plástico es lo que más valoramos de él: no se degrada. Por tanto, es una de las principales fuentes de contaminación medioambiental. Hay varios datos llamativos que nos invitan a reflexionar sobre el uso que hacemos de ese material y cómo se traduce eso en el bienestar del medio ambiente y nuestras vidas:
-Si los humanos no cambiamos nuestros hábitos, se prevé que entre 2016 y 2040 la generación de residuos plásticos se duplique, los vertidos al océano se tripliquen y que los plásticos presentes en las masas marinas se cuadrupliquen. Si en 2040 se cumplieran todos los compromisos públicos e industriales existentes, tan solo conseguiremos reducir los flujos de plástico hacia el océano en un 7%
-Si todo el plástico que hemos desechado en el mundo fuera film transparente, podríamos envolver todo el planeta una vez y media con él
-La contaminación de los mares por plásticos ya afecta a más de 800 especies
–La insuficiente recogida en áreas rurales ha supuesto el 45% de los vertidos de plástico al océano de la actualidad. En 2040, aproximadamente 4.000 millones de personas tendrán que estar conectadas a servicios de recogida, lo que se traduce en 500.000 personas al día, todos los días, hasta 2040
-Los plásticos que terminan en nuestros mares y océanos proceden en su mayor medida de embalajes flexibles, como film transparente y bolsas de plástico (46% de los vertidos), plásticos multicapa como envases para bebidas y pañales (26%) y microplásticos (11%)
-Una persona media podría estar ingiriendo 5 gramos de plástico cada semana, el equivalente a toda una tarjeta de crédito. La principal fuente de la ingestión es el agua potable
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para frenar la huella del plástico en el medio ambiente? Los hechos sobre el cambio climático crean una larga lista de malas noticias. La buena es que, al ser el comportamiento humano el que provoca el cambio climático y los daños medioambientales, nosotros mismos podemos impedir más daños modificando nuestro comportamiento.
Si en 2040 se cumplieran todos los compromisos públicos e industriales existentes, tan solo conseguiremos reducir los flujos de plástico hacia el océano en un 7%
Es evidente que no hay una pócima mágica. Este problema tiene tantas facetas que es necesario que pasen muchas cosas a la vez. Precisamente en eso puede residir parte del reto, ya que nos enfrentamos a una tragedia de los bienes comunes: nuestros hábitos dañan el medio ambiente, pero nadie es individualmente responsable de arreglarlo.
Como individuos puede resultar muy tentador pensar que esto es muy difícil o que es imposible cambiar las cosas. Pero la realidad es que cada uno de nosotros debemos cambiar numerosos aspectos de nuestras vidas y hábitos cotidianos.
En este sentido, con pequeños gestos individuales podemos avanzar mucho: reduciendo los plásticos de un solo uso, limitando la cantidad de plástico que desechamos –por ejemplo, usando bolsas reutilizables en lugar de bolsas de plástico– y utilizando contenedores rellenables y reutilizables (incluso si son de plástico) para alimentos, productos de limpieza, etc.
Quizás no podamos cambiar lo que suceda en las dos próximas décadas, ya que nuestras acciones pasadas ya lo han sellado. Pero podemos cambiar lo que suceda en la segunda mitad de este siglo, que es el futuro en el que vivirán nuestros hijos. Es por ello que debemos centrarnos tanto en la adaptación al cambio climático en el corto plazo como en el largo plazo.
Anastasia Petraki es directora de Análisis Político de Schroders.
COMENTARIOS