Tipos de vuelta

Artículo

Iñaki Domínguez

@Inakidoming81

Uno de los vicios contemporáneos, propio de nuestros tiempos posmodernos, es la endémica falta de capacidad para la escucha. El zeitgeist actual nos da entender, falsamente, que el noble arte de escuchar es cosa del pasado. Cierto es que los jóvenes nunca han querido escuchar, pero también es cierto que dicho error congénito a la juventud hoy parece además promovido estructuralmente, representando una falta o vicio, no exclusivo de los jóvenes.

El pensamiento posmoderno que se niega, por ejemplo, a considerar la intención del autor de un libro, dando preeminencia al análisis del lector está, a causa de ello, aquejado de una incapacidad para la escucha. Huelga decir que tener en cuenta la intencionalidad de un mensaje proporcionado por un emisor es una forma básica de escucha. Pero no solo el pensamiento es posmoderno hoy. Las redes sociales promueven, también, la cerrazón ante la palabra ajena.

Es común que solo nos interesemos como individuos por las palabras y hazañas de aquellos que dicen solo lo que nosotros ya pensamos

Su propósito primordial es recibir likes y confirmar así la idea que tenemos de nosotros (o queremos tener). El narcisismo actual sirve, ante todo, para reafirmar nuestra autoimagen, al tiempo que los otros juegan exclusivamente el papel de espectadores que han de devolvernos nuestra propia imagen realzada. Dicho esto, en ocasiones se escucha en redes sociales, aunque en la mayoría de casos se presta atención a las personas equivocadas: youtubers e influencers que son, en su mayoría, jóvenes sin experiencia cuya actividad se reduce a hacerse selfies o interactuar con una pantalla de ordenador; cuando no se trata de horteras integrales, seres chabacanos de los que no cabe aprender nada bueno. Por otra parte, también es común que solo nos interesemos como individuos por las palabras y hazañas de aquellos que dicen solo lo que nosotros ya pensamos.

Es por todas estas razones que celebro la publicación de un libro del periodista Gonzalo Altozano, Tipos de vuelta (Ediciones Monóculo), cuya función básica consiste en escuchar, con especial  maestría, las palabras de algunos de nuestros mayores. La obra cuenta con entrevistas en profundidad a importantes figuras en la historia reciente española como Antonio Escotado, Rafael Vera o José Luis Garcí, entre muchos otros. A pesar de la falta de inclusividad (todos los entrevistados son hombres, ya mayores; algunos de ellos incluso fallecidos), sus opiniones no dejan de cautivar al lector, pues, aparte de su interés intrínseco como relatos vitales sin más, muchas de sus peripecias de algún modo han servido para construir y moldear nuestra realidad e imaginario colectivo de las últimas décadas. Algunos pueden caernos mejor o peor, pero el que sabe escuchar, presta oído a todos, y especialmente a sus enemigos.

Que muchos de los protagonistas de ‘Tipos de vuelta’ sean de derechas no ha sino de incrementar nuestro interés

Las páginas incluyen aventuras de corresponsales de guerra en diversos conflictos bélicos, las acciones terroristas en el seno de organizaciones como el GRAPO, los intríngulis de la lucha contra ETA en los años de plomo y hechos políticos y financieros en los que se han visto envueltos reyes, políticos y banqueros de renombre. Es preciso afinar el oído en una lectura que va tornándose más y más deliciosa. Hagamos una apología, pues, del arte de escuchar (que es, básicamente, el arte de saber leer) por medio de estas páginas de lectura fácil y placentera, a través de las que podremos aprender.

Es más, el hecho de que muchos de los protagonistas de este Tipos de vuelta sean de derechas o conservadores y no compartamos sus puntos de vista no ha sino de incrementar nuestro interés, al ofrecer su mensaje que no refleja de nuestros anhelos y opiniones, sino que aporta una visión alternativa y forastera (en ningún caso extrema) que pueda servir para ampliar nuestros horizontes morales e intelectuales. Las diversas entrevistas del texto nos ofrecen una cosmovisión ajena a la actual en lo que respecta a la historia de España, de una España que ya no existe y que ya no volverá. Una España con cosas malas, pero también buenas; con cosas peores, pero también mejores.