«La digitalización complementará a la asistencia sanitaria, pero no la sustituirá»

Para Josep Santacreu (Lleida, 1958), consejero delegado de DKV, el futuro parece ser verde y digital pero, además, parece también un futuro de todos y para todos. En esta entrevista con ‘Ethic’ explica la compleja hoja de ruta por la que transitará la compañía en el horizonte más cercano: responsabilidad social, salud digital y respeto (total) por el entorno.

Uno de los objetivos establecidos por la Unión Europea para abordar la crisis climática es el de reducir –prácticamente a la mitad– las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 en comparación con los niveles de 1990. ¿Cómo valora este objetivo? ¿Cree que llegaremos a tiempo?

Poner un objetivo es empezar actuar, aunque sea con pasos pequeños. Así que todavía estamos a tiempo, porque el momento de actuar es ahora: debemos aprovechar las oportunidades que nos abre un episodio tan doloroso como el que estamos viviendo para transformar nuestra relación con el planeta y todo lo que ello comporta. Hay quien piensa que ya no podemos evitar el desastre, que la situación es demasiado abrumadora y por eso se queda inmóvil al borde del camino. Sin embargo, nosotros, en DKV, somos activistas por la salud del planeta y no nos resignamos. Sabemos que no se trata de salvar la Tierra: estaba antes de que llegáramos los humanos y seguirá el día que desaparezcamos. De lo que se trata es de preservar un planeta sano, diverso y bello, donde los seres humanos y las otras especies animales, así como los bosques y los océanos, podamos vivir en plenitud. Si nos preocupa de verdad el bienestar y la salud de nuestros países, hemos de cambiar profundamente algunas prácticas que pasan por la transformación en una economía baja en carbono y un mayor respeto por la naturaleza.

¿Qué papel juegan las aseguradoras en la lucha contra el cambio climático?

El mismo que el resto de empresas: las compañías deben empezar ya a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) porque, si no colaboran, es muy difícil que Gobiernos y otras entidades sean capaces de resolver los grandes problemas de la humanidad. Los ODS son 17 objetivos muy abiertos, pero muy útiles, lo que se convierte en un mensaje de máxima autoridad para que las empresas tengan en cuenta la nueva realidad y puedan implicarse. En DKV ya hemos empezado y no vamos a parar.

La Agenda 2030 de Naciones Unidas señala la creación de alianzas y asociaciones como un pilar fundamental para llevar a cabo los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Cuál es el camino a seguir para favorecer esas alianzas?

Hay un proverbio chino que dice: «Si caminas solo, irás más rápido; si caminas acompañado, llegarás más lejos». En DKV creemos en eso, de ahí que llevemos a cabo muchísimos proyectos en alianza con otras entidades. Un buen ejemplo es Ecodes, con quienes, desde hace 13 años, elaboramos el Observatorio de Salud y Medioambiente. Las alianzas son una buena manera de aprender de los demás y de estar abiertos a cambiar la manera de hacer.

«Debemos aprovechar las oportunidades que se nos abren tras la pandemia para transformar nuestra relación con el planeta»

¿Cuál es la función de la responsabilidad social corporativa (RSC) en este aspecto?

La RSC ha de estar en el corazón de la compañía, ser realmente negocio responsable: uno que ofrece soluciones de servicios que tengan impacto social, que partan de la innovación y, a la vez, no renuncien a la rentabilidad económica. Queremos contribuir a lograr una sociedad más saludable y sostenible con productos, servicios e iniciativas que ayuden a las personas a cuidarse en un medio ambiente sano y biodiverso, sin tóxicos ni emisiones contaminantes. Al final, lo que queremos es que nuestros clientes nos elijan por cómo tratamos a nuestro planeta y a las personas.

La digitalización parece marcar el futuro de prácticamente todos los ámbitos de la sociedad. ¿De qué manera afectará a la manera de tratar e interpretar la salud humana?

La telemedicina ya existía antes de la crisis del coronavirus, pero ahora está teniendo un papel aún más importante. Viene para quedarse. La pandemia ha acentuado el despegue de la salud digital, que ha demostrado su eficacia y utilidad para evitar el riesgo de contagio en los desplazamientos a centros médicos y para descongestionar las urgencias. Según la Asociación Médica Americana, el 75% de las visitas presenciales a centros de atención primaria y urgencias serían innecesarias o sustituibles por una atención médica a distancia. Y esto es lo que aporta la telemedicina: resolver dudas sobre si es grave –o no– un caso o dar asesoramiento en caso de una patología menor. Por lo tanto, la manera en que afectará la digitalización al sector de la salud es complementaria a la asistencia ordinaria, ya que esta práctica no busca sustituir la figura del médico presencial, sino apoyar en aquellos casos en los que la evidencia científica demuestra que los resultados virtuales son equivalentes.