Energía

«Mirar el coche eléctrico desde la tecnología anterior crea barreras artificiales»

Javier Martínez, director de Movilidad Sostenible de EDP España, analiza el futuro del coche eléctrico en el parque automovilístico de nuestro país, uno de los más envejecidos de Europa.

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Daniel Mora
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03
marzo
2021

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Daniel Mora

Los planes de descarbonización europeos pasan, obligatoriamente, por la electrificación de los parques móviles de la UE. España ha estado a la cola europea en movilidad eléctrica durante años, pero su posición ya ha empezado a cambiar. Javier Martínez, director de Movilidad Sostenible de EDP España, analiza el futuro de este sector en auge que la eléctrica portuguesa impulsa a través de sus puntos de recarga públicos y para particulares. 


Según el Observatorio de Vehículos Eléctricos y Movilidad Sostenible de la Universidad Pontificia de Comillas, en 2019 el parque móvil eléctrico de España ascendía a 33.211 vehículos. Para 2030, el Gobierno pretende que esta cifra alcance los 5 millones. ¿Se dan en nuestro país las condiciones necesarias para esta transformación?

En EDP estamos convencidos de que hay que acelerar la transición energética, y la movilidad eléctrica juega un papel protagonista. Todos los actores implicados debemos impulsar este tipo de movilidad sostenible, desde la Administración –con planes de incentivación– hasta las empresas del sector de la automoción y aquellas que estamos impulsando la infraestructura de recarga. El parque de vehículos eléctrico crece de forma constante y cada vez hay más infraestructura de recarga, por lo que todos debemos remar en la misma dirección. Por último, es clave entender que hay barreras menos tangibles relacionadas con el cambio de mentalidad hacia el uso del coche eléctrico. Lo miramos con los ojos de la tecnología anterior, la de combustión, y eso crea muchas barreras artificiales. Pero se pueden superar: desde EDP intentamos facilitar la adopción con servicios como MiVe, destinado a cubrir todo lo que un cliente pueda necesitar una vez ha adquirido un coche eléctrico, respondiendo a las necesidades de cada cliente.

Con la electrificación del parque móvil nos arriesgamos a que haya un repunte en el uso de electricidad generada con combustibles fósiles. ¿Se puede garantizar que esos cinco millones de coches eléctricos sean impulsados por un 100% de energías renovables limpias para 2030?

España está en condiciones de hacerlo, y a precios muy competitivos, como se ha demostrado en las recientes subastas de energía renovable. Además, hay una fuerte apuesta por promover el autoconsumo solar y el almacenamiento. Imagínate tener un vehículo eléctrico que se carga durante el día con energía solar y, de noche, con energía almacenada en una batería. Por otro lado, las redes eléctricas están preparadas para la progresiva incorporación del vehículo eléctrico. La sostenibilidad del sistema es mucho mayor en cualquier plazo, comparado con las opciones térmicas. El coche eléctrico no será solo una máquina demandante de energía, sino que, en muy poco tiempo, interactuará con el sistema eléctrico para inyectar energía en los picos de demanda cuando esté parado y enchufado al cargador. Esta flexibilidad provocará un cambio de paradigma en el mundo de la energía.

«La movilidad eléctrica es presente y futuro. Es imparable»

La sustitución del parque móvil tradicional por el eléctrico guarda una estrecha relación con la electrificación del transporte, en general, y la expansión de los puntos de recarga, en particular.  Nuestro país cuenta con 6.222 de estos puntos y 16.583 conectores. ¿Cuántos necesitaríamos para poder recorrer la península en coche eléctrico sin pasar por una gran ciudad?

Ya es posible en la mayoría de los trayectos en carreteras principales, aunque requiere planificación. Desde luego, la red tiene que crecer para garantizar todos los recorridos con comodidad. Lo interesante es que ya lo está haciendo, y a un ritmo altísimo que pronto eliminará esta barrera de entrada. Debemos tener en cuenta que estos vehículos tienen cada vez más autonomía y que, cuando las empresas estamos desarrollando esta infraestructura de recarga, pensamos siempre en poder garantizar a las personas las recargas en sus desplazamientos. Un buen ejemplo es nuestra red en el norte de España: un conductor con vehículo eléctrico que salga de A Coruña puede recorrer la cornisa cantábrica hasta Francia recargando en los puntos de EDP, sin necesidad de entrar en una ciudad.

La red crece constantemente tanto en zonas urbanas, como interurbanas y vías rápidas. Debemos pensar en que el 90% de los desplazamientos se hacen a un radio de menos de 50km del lugar de origen. La gran fortaleza del vehículo eléctrico está, precisamente, en la recarga en el lugar de aparcamiento habitual. En EDP, pensamos en otras soluciones que permitan hacer ese 10% de una manera diferente, como nuestros servicios de movilidad, que garantizan el alquiler de un coche convencional cinco días al año o un traslado anual en grúa del vehículo eléctrico al lugar de vacaciones.

En el mapa de puntos de recarga de nuestro país se observa un patrón: la España vaciada se queda atrás. ¿Qué se necesita para electrificar el parque móvil rural y que la sostenibilidad llegue, también, a los pueblos?

Debemos partir de la base de que la recarga principal de nuestro vehículo eléctrico es la que hacemos en casa, con nuestro propio cargador. Además de ser el lugar donde más tiempo pasa el coche estacionado, también es el punto más económico. Con nuestra tarifa es posible recargar la energía necesaria para recorrer 100 kilómetros por 50 céntimos. Y en las zonas rurales también hay puntos de recarga. En el caso de EDP, hemos desarrollado una red en Asturias, con puntos en diferentes zonas rurales, que permite moverse por toda la región. Esto no solo responde a las necesidades de recarga de los vecinos, sino que también promueve el turismo en estas zonas. No hay que olvidar que la autonomía de las baterías mejora a diario: en la actualidad, tenemos vehículos de marcas generalistas con 400km de autonomía. Podemos pensar, sin problema, en adentrarnos en la España vaciada con garantías y con la ventaja de la carga en nuestro destino. Porque, si hay algo presente en todos los territorios, eso es la electricidad.

«Se puede recorrer la cornisa cantábrica sin entrar en una gran ciudad»

La industria de la automoción supone un 10% del PIB nacional, pero la descarbonización requiere de una transformación radical. ¿Qué supondría para el sector un parque móvil eléctrico?

Desde luego es un gran reto, pero no puedo dejar de ser optimista. Cuando hablamos de la alta contribución al PIB, es por la producción de automóviles de muchas marcas en fábricas españolas y su exportación a los mercados demandantes. En ese sentido, se ha probado la alta competitividad con altísima calidad a mercados de todo el mundo. El sector tiene el reto, pero también lo tienen el resto de los territorios, y lograremos mantener –o, incluso, mejorar– nuestra participación.

En el ámbito de la venta de coches eléctricos en nuestro mercado, hay dos factores que son la causa pero, a su vez, muestran la oportunidad. El primero es que el parque español es uno de los más envejecidos de Europa. El segundo recalca la falta de continuidad en los planes de incentivos para renovar un coche por otro más eficiente. Creemos que es algo sobre lo que tendremos resultados visibles muy pronto.

En EDP acabáis de lanzar MiVe, un servicio de movilidad eléctrica creado para facilitar la vida del conductor. ¿Cómo se le puede atraer al coche eléctrico?

Asistimos a un cambio de mentalidad en los conductores, cada vez más interesados por una movilidad que sea más sostenible que la de combustión y les permita desplazarse de la misma manera. Pero, en vez de repostar combustible, recargan la batería. La conducción con cero emisiones, y la consiguiente mejora de la calidad del aire, dotan de mayor eficiencia a los vehículos eléctricos y permiten ahorrar hasta el 90% respecto al diésel.  En este contexto lanzamos MiVe –el primer servicio integral de movilidad en España–, que responde a las necesidades de los conductores para que disfruten de su vehículo eléctrico: carga dentro y fuera de casa, y servicios de asistencia.

La crisis sanitaria está derivando en una crisis económica que ya golpea a nuestro país, y a los países vecinos. ¿Cómo puede afectar la pandemia a la reconfiguración de la movilidad en las ciudades?

La movilidad eléctrica es presente y futuro. Es imparable. El primer efecto de la pandemia es el aumento de matriculaciones de vehículos eléctricos en España el año pasado. Estamos convencidos de que vamos a ver cada vez más coches cero emisiones en nuestras ciudades. Las administraciones se están esforzando para que esta reconfiguración esté encaminada a mejorar la calidad del aire, con incentivos para que los ciudadanos den el paso al vehículo eléctrico. Y también estamos asistiendo a un aumento de las iniciativas de carsharing con vehículos 100% eléctricos, como algunas en las que colaboramos: guppy en Asturias y Cantabria, o Alma en Zaragoza, que hacen más sencilla la movilidad eléctrica y acercan esta tecnología a los ciudadanos. Estamos cumpliendo todos nuestros objetivos y continuamos ampliando nuestra red de puntos de recarga, así como el lanzamiento de MiVe, que va a ayudar a dar este paso.

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