El vino de la verdad

In vino veritas. La frase de Plinio el Viejo que afirma que en el vino está la verdad se ha convertido en un proverbio universal. Lo asociamos a las celebraciones y a los momentos que compartimos con la gente que más queremos. Sin embargo, elegir un buen vino puede ser una tarea muy compleja, sobre todo si no eres experto en la materia. Dentro de la inmensa variedad de colores, olores y sabores disponibles en el mercado, ¿qué es un buen vino? ¿Qué hay detrás de cada uva para que cada botella se convierta en excelente?

Como en todo, una de las claves está en las raíces. Lo que esconde la tierra es tan importante como las cepas que hay plantadas en ella. El cultivo de la vid y la filosofía de las personas que las cuidan puede transcender a la variedad de la uva escogida: un buen vino no solo es el que nos sabe bien desde el primer sorbo, sino el que garantiza los mejores procesos y cuidados desde el viñedo.

Ese es el propósito que la familia López Montero persigue desde 1788. Con una trayectoria amplia que los acredita como expertos viticultores, en 2005 fundaron Bodegas y Viñedos Verum, con la intención de llevar sus viñedos a la máxima expresión considerando un aspecto tan trascendente para el futuro del sector del vino. La familia en sus bodegas de Castilla La Mancha aplica el cuidado y el respeto extremo por la naturaleza con unos vinos producidos de manera estrictamente ecológica.

Elías López Montero, director técnico de Verum, enólogo y parte de la centenaria saga de viticultores, es una de las figuras claves del proceso. Como winemaker, su papel va más allá del enólogo tradicional, entendiendo la creación del vino como algo a largo plazo: desde el viñedo, López Montero intenta plantear un vino capaz de enfrentarse a los retos de hoy, pero también de mañana. Y, en ese escenario futuro, no puede obviarse un cambio climático que ha llegado ya y que puede poner en riesgo la producción vinícola. Por ello, las bodegas lanzaron al mercado el año pasado su gama de vinos Ulterior, con los que dan un paso más en el camino hacia el progreso y la innovación. Son vinos elaborados con variedades de uva que, según explican desde la bodega, han demostrado su capacidad de adaptación al cambio climático.

Verum –o verdad en latín– hace precisamente de esa palabra una máxima en todo el proceso, desde la elección de los varietales a cultivar, el cuidado estricto del viñedo, hasta la vendimia y el embotellado, pasando por la supervisión de que todos los elementos respeten el entorno y favorezcan la sostenibilidad. El amor por la tierra y el saber recogido durante generaciones se unen en armonía perfecta con la naturaleza para garantizar que, en cada copa, te estés tomando un (buen) vino de verdad.