Innovación

El Nexo: el cambio necesario para hacer frente a la escasez de recursos

La interdependencia entre el agua, alimentos y energía plantea complejos desafíos frente a la escasez. La jornada New Challenges towards Water, Energy and Food sentó las bases de está revolución.

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05
mayo
2016

Agua, alimentos y energía: tres recursos esenciales que van de la mano y que plantean complejos desafíos frente a la escasez. Según las proyecciones globales sobre el crecimiento de la población mundial y de la urbanización, el consumo de agua dulce se incrementará más de un 40% para 2030, el de los alimentos lo hará un 27% y el consumo de energía, un 33%.

Asimismo, la mayoría de procesos energéticos requieren cantidades significativas de agua. La desalinización para obtener agua potable precisa energía, y la alimentación y la industria agroalimentaria, que tienen una repercusión económica, social y ambiental masiva, necesitan agua y energía. Una interdependencia que hace evidente la necesidad de plantear soluciones transversales para un desarrollo sostenible.

Sobre ello se discutió durante la jornada New Challenges towards Water, Energy and Food, organizada por CREA (Centro de Recursos del Agua), que ha tenido lugar en el Museo Agbar de las Aguas de Cornellà del Llobregat, en Barcelona. En el encuentro se ahondó en el concepto del “nexo” como la necesidad de cooperación entre el sector agroalimentario, energético y del agua con el objetivo de encontrar soluciones a la sobreexplotación de recursos.

El consumo de agua dulce crecerá hasta un 40% de aquí a 2030

Para William Serni, director de Water Strategy, Social Impact Practice de Deloitte, las TIC juegan un papel muy importante en esta segunda revolución verde que «más que una revolución, debe ser una movilización conjunta para el aprovechamiento sostenible de los recursos». El ponente, que se centró en cómo el nuevo paradigma económico afectará al sector del agua en un futuro, ha hecho hincapié en la necesidad de focalizarse en nuevas tecnologías (como por ejemplo los sensores en los cultivos) más que en nuevas técnicas; integrar las TIC en la agricultura y proporcionar datos e información a los granjeros para que puedan tomar mejores decisiones.

Serni insistió en la importancia de la involucración de todos los agentes en esta movilización: «No sólo el agricultor debe pagar la tecnología para su cosecha, también deben contribuir el consumidor, las organizaciones e instituciones y los proveedores de las TIC». Ante todo, muy optimista, explicó que la escasez de recursos representa un incentivo y una oportunidad de cambio pero, según su punto de vista, el gran desafío es hacer que las cosas cambien más deprisa: «La tecnología está apunto para innovar pero si no cambiamos las políticas públicas no va a pasar».

Además de las TIC, el diálogo y la comunicación entre sectores también son clave para mejorar la situación y equilibrar los recursos a escala mundial. Así lo defendió la segunda ponente, Lucie Pia Pluschke, Water-Energy-Food Nexus Officer de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura), que alertó de cómo la preocupante escasez de recursos atenta contra la seguridad de algunas comunidades.

El objetivo de la ONU para hacer frente a esta situación es «conseguir que todos tengan acceso a los recursos, que sean equitativos y de calidad”. Pia Pluschke ha defendido el “nexo” no sólo como una manera eficiente de gestionar los recursos, sino como un modo sistemático de pensamiento, diálogo y negociación.

El 82% de las empresas energéticas afirma que la falta de agua es un gran riesgo para su negocio

Sin embargo, sin una adecuada política de regulación es difícil hacer frente a la gestión sostenible de los recursos. Así lo explicó Diego Rodríguez, economista sénior, del Departamento de Transporte, Agua y Tecnologías de la Información y la Comunicación del Banco Mundial, que centró su discurso en las interdependencias y compensaciones entre el agua y la energía.

Rodríguez se mostró crítico con la situación e hizo hincapié en la necesidad de un plan que integre el sector del agua y de la energía para prevenir el problema de la escasez. Según ha explicado, el 82% de las empresas energéticas afirman que la falta de agua es un gran riesgo para su negocio pero no tienen ningún plan para hacer frente al problema. Otro impedimento que ve para hacer frente a esta crisis es la «rigidez institucional y la falta de incentivos de relación entre los agentes implicados».

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