Internacional
Asalto a la Casa Blanca: un análisis reputacional
Ninguno de los cinco aspirantes a la Casa Blanca con posibilidades reales en las actuales primarias consigue conectar emocionalmente con los electores, según un análisis del Reputation Institute.
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COLABORA2015
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Estados Unidos amanece con resaca electoral. En pleno proceso de elecciones primarias y con varios estados en juego, el martes 15 de marzo fue un día especialmente intenso tanto para la demócrata Hillary Clinton como para el republicano Donald Trump. Afianzados como los candidatos favoritos a la nominación de sus respectivos partidos, se han anotado otro tanto: Clinton arrasa ante un derrotado Bernie Sanders, y Trump continúa con su senda triunfal, imponiéndose en los estados de Florida, Illinois y Carolina del Norte, mientras que John Kasich conserva su bastión en Ohio, estado del que es gobernador. En Misuri también se ha impuesto el magnate, aunque lo ha hecho con el estrecho margen de un 0,2% sobre el texano Ted Cruz.
Pero más allá de los éxitos y los fracasos electorales, ¿consigue realmente alguno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos conectar emocionalmente con sus votantes? Es la pregunta planteada por Reputation Institute que, tras encuestar a 1.524 electores registrados, ha llegado a una conclusión rotunda: ninguno de los cinco aspirantes a la Casa Blanca con posibilidades reales en las actuales primarias consigue conectar emocionalmente con los electores.
El estudio elaborado por la consultora, 2016 Presidential Election RepTrak, correspondiente a marzo (se actualizará cada mes), mide las percepciones que los electores tienen de la capacidad y el desempeño de los candidatos a las primarias demócratas y republicanas en siete ámbitos: economía, seguridad nacional, educación e innovación, asuntos exteriores, sanidad, asuntos sociales y liderazgo.
Según el informe, el senador Bernie Sanders, del Partido Demócrata, es el candidato que está más cerca de conseguir esta conexión emocional y, aun así, su reputación es débil. El principal rival de Hillary Clinton en la carrera presidencial obtiene un Pulse (el indicador que cuantifica la confianza, respeto, admiración y buena imagen que despierta un candidato) de 58,2 puntos sobre los 100 posibles. A continuación de Sanders, se sitúan Ted Cruz (41,8 puntos), Hillary Clinton (40,7 puntos) y, por último, Donald Trump (29,3 puntos), el único aspirante con una percepción «pobre». Cabe destacar que Marco Rubio obtuvo 47,3 puntos según este estudio, pero el mismo martes 15 de marzo el senador republicano anunció su retirada de la carrera presidencial.
«Con independencia del partido político a que pertenezca, el éxito de cualquier candidato a la presidencia de Estados Unidos dependerá en buena medida del fuerte vínculo emocional que consiga establecer con sus votantes», ha declarado Fernando Prado, director general de Reputation Institute para Iberia y Latam. «La emoción que consigue despertar en los votantes, el carisma o la capacidad de liderazgo de un candidato es hoy en día tan importante como los factores tangibles de su formación, su experiencia o sus logros políticos», concluye.
Los datos del informe revelan la intensa polarización de unas primarias en las que los candidatos despiertan sentimientos viscerales en los electores, ya sean de «amor» u «odio». De hecho, la mayoría de los electores encuestados conceden puntuaciones en los extremos de la escala, «excelente» o «pobre», lo que explica que ningún aspirante tenga una reputación sólida o despierte una simpatía generaliza en los votantes.
Esta circunstancia se registra también en los propios electores de cada partido. Aunque tanto Sanders como Clinton mejoran su percepción entre los demócratas, sus reputaciones siguen siendo todavía modestas, si bien mejoran de «débil» a «moderada», con 68.5 y 63.9 puntos Pulse, respectivamente. Peor panorama se dibuja para los candidatos republicanos, cuya percepción, a pesar del incremento en la puntuación, sigue siendo «débil». Cruz y Rubio consiguen 59,8 y 43,6 puntos Pulse, respectivamente, mientras que Trump, con 43,6 puntos Pulse, asciende desde una posición «pobre» a otra «débil».
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