Siglo XXI

La responsabilidad de la empresa en el escenario post-crisis

Juan Antonio Gómez, director de Originn, analiza el importante papel de los equipos de RSC en las empresas para ser parte de la solución de la crisis en nuestro país.

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13
mayo
2015

12.780.320 personas se encuentran actualmente en la base de la pirámide social en España. Es decir, un 28% de nuestra sociedad (sobre)vive con menos recursos de los necesarios para poder mantener su dignidad: personas mayores que viven solas y lo hacen con menos de 600€ al mes, matrimonios con dos hijos y un solo salario de 1.000€… o familias que hace ya varios años que no tienen vacaciones, no pueden comer carne ni pescado, tuvieron que vender el coche y no pudieron comprar una nueva televisión cuando se estropeó la vieja.

Esta realidad es abrumadora, pero no por ello deja de ser real. Y no es algo que suceda en India, en Guatemala o en Sierra Leona. Es algo que está sucediendo aquí y ahora. Y aquí empieza el reto. En primer lugar, en el hecho de conocer y reconocer que España se ha dividido en dos: aquellos que han caído y aquellos que no. Los que mantienen unas condiciones dignas de vida y aquellos que las han perdido. En segundo lugar, conocer y reconocer que, con voluntad y buenas intenciones, siempre es posible hacer algo para resolver un problema. En tercer lugar, conocer y reconocer el nuevo papel que la Responsabilidad Social Corporativa tiene que jugar en los tiempos post-crisis. Y es que las empresas pueden ser (y quizá deberían serlo) los grandes motores de cambio social.

Las personas en base de la pirámide social, las personas que forman parte de esta «nueva pobreza» también son clientes y compran,  comen, utilizan el transporte público, se visten, usan móvil y tienen problemas de salud. Pero compran de forma diferente, gestionan su reducido capital y lo ‘exprimen’ para sobrevivir. Son consumidores y, como tal, necesitan más que nunca tres cosas:

1) Que los servicios y productos estén perfectamente dimensionados para sus necesidades concretas y reales. No pueden gastar ni un solo céntimo en nada que no sirva para cubrir sus necesidades. Scrap cero, 100% útil.

2) Que los servicios y productos se diseñen para que además de cubrir necesidades, lo hagan solventando frustraciones. Porque vivir en la base de la pirámide social es vivir en un mundo de dificultades, donde cualquier pequeña mejora puede suponer un gran salto en la una calidad de vida deteriorada.

3) Que los modelos de negocio sobre los que se soportan los productos o servicios adquiridos tengan impacto social positivo, y a ser posible, sean modelos de negocio inclusivos. Esto implica que a la vez que la persona realiza un ‘gasto’ en un bien de primera necesidad, o en un producto o servicio que necesita, esté simultáneamente ‘invirtiendo’ en oportunidades para poder salir de esa situación y retornar a un mínimo bienestar.

Y ante este reto nos surge la pregunta: ¿quién es la persona o el equipo de personas con conocimientos, experiencia y capacidad de liderar proyectos que impliquen cambios de modelo de negocio de forma sostenible, con impacto social e inclusivos? Los equipos de RSC. Estos equipos conocen bien las relaciones con la sociedad y con los grupos de interés, están acostumbrados a pensar en impacto social, a colaborar con el tercer sector y a tener una visión transversal del negocio y su influencia en todas las áreas de la empresa y la sociedad.

El único punto débil puede ser en algunos casos la especialización en áreas de Innovación y en áreas de conocimiento de clientes/consumidores. Porque hablamos de modelos de negocio, y por tanto de rentabilidad, de soluciones deseables y factibles. Y aquí es donde la innovación social y las técnicas de Consumer Research especializadas en la base de la pirámide aportan el complemento perfecto para conseguir los objetivos.

Todo ello con un objetivo final: acercar la sociedad a aquellos que ahora se sienten lejos de la misma, y hacerlo acercando los productos y servicios a ellos. Acercar la alimentación, los transportes, el ocio, la energía, las tecnologías, los servicios de telefonía, el crédito, los servicios de salud, etc.

Porque podemos intentar pedirles que hagan un esfuerzo más a nivel individual o podemos poner de nuestra parte y hacer todo lo que podamos por el bien común. Sabemos que es posible.

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