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Seguridad vial en niños con necesidades especiales

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12
noviembre
2011

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Sufrir parálisis cerebral, espina bífida, autismo o incluso ser un bebé prematuro incrementa la inseguridad vial infantil y el riesgo de tener una lesión grave en un accidente de tráfico si no se utilizan las medidas de seguridad adecuadas.

El estudio Los niños con necesidades especiales y su seguridad en el automóvil, el primero que se realiza en España sobre la materia, y que ha presentado  Fundación Mapfre con el objetivo de analizar cómo deben viajar en vehículos particulares los 60.000 menores que hay en España con esta condición.

Desde el punto de vista de la movilidad, las personas con discapacidad son todas aquellas que por sus condiciones físicas o psíquicas requieren cuidados y precauciones específicas a la hora de transportarse, y que según subraya el informe, no siempre se tienen en cuenta a la hora de viajar con seguridad.

Entre los motivos que explican esta falta de prevención, destaca el escaso asesoramiento que ofrecen los médicos a los padres o tutores sobre los sistemas de retención más adecuados para sus hijos, que en muchos casos han sufrido intervenciones quirúrgicas, padecen displasia de cadera, falta de control de la cabeza y cuello, o son ciegos o sordos.

A todos estos factores se une la falta de apoyo psicológico a las familias para que sepan viajar de la manera más tranquila posible con aquellos niños que tienen discapacidad psíquica, así como la escasa oferta existente y el acceso insuficiente a sistemas de retención especiales, y el alto coste de los mismos.

Para mejorar la seguridad de estos niños, el informe destaca las siguientes medidas. Entre las que van dirigidas a los padres, se hace especial hincapié en que las familias consulten al pediatra sobre cuáles son las necesidades específicas del niño antes de tomar cualquier decisión acerca de las alternativas de movilidad de sus hijos; que opten por sentarles en asientos orientados hacia atrás, los más seguros, especialmente para los “niños de cristal” (con una fragilidad excesiva en los huesos); y que eviten solicitar certificados médicos que eximan a los más pequeños de la obligatoriedad de usar sillas infantiles y el cinturón de seguridad.

Otro tipo de propuestas, dirigidas a fabricantes, legisladores y profesionales médicos, van en la línea de ampliar la oferta de sistemas de retención en el mercado español y a examinar en detalle qué modelos o tipos de asientos deberían estar disponibles a la venta.

También es necesario analizar las soluciones de movilidad que existen en otros países con el fin de adaptarlas a las necesidades españolas, así como promover iniciativas que favorezcan la subvención de los asientos específicos y permitan el préstamo temporal de los mismos.

“Es necesaria una mayor colaboración entre los profesionales médicos, las administraciones y los fabricantes para atender e informar a las familias de forma adecuada mediante la creación de un protocolo-guía que contemple la mayor parte de casos posibles”, afirmó Julio Laria, director General del Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre.

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