Transparencia

La transparencia en la empresa del siglo XXI

El informe ‘La comunicación empresarial y la gestión de los intangibles’ analiza cuestiones como el fenómeno Wikileaks, la crisis de British Petroleum o las retribuciones de algunos directivos.

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18
noviembre
2011

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El año 2010 fue posiblemente el momento de la historia en el que «la necesidad de transparencia se vivió más intensamente» y esto es algo que ha repercutido en las empresas que actualmente, debido a los zarandeos de la crisis financiera internacional, sufren «una crisis de identidad y razón de ser». Ésta es una de las ideas principales que recoge la décimotercera edición del informe La comunicación empresarial y la gestión de los intangibles en España y Latinoamérica dirigido por el catedrático Justo Villafañe y patrocinado por Mapfre, BBVA, Telefónica, Adif y Endesa.

En el informe se analizan una serie de hechos que ilustran la creciente exigencia de una mayor transparencia. Por un lado, reflexiona sobre la disyuntiva entre censura y transparencia que planteó el caso Wikileaks. «La filtración de los documentos de Estado ha puesto en cuarentena una de las restricciones que impidió durante siglos el acceso de los ciudadanos a la información estatal presumiblemente más sensible para los intereses públicos: el secreto de Estado», apunta Isabel López Triana, directora de Gestión del Conocimiento de Villafañe y Asociados.

López Triana también subraya el ejercicio de transparencia al que las pruebas de esfuerzo han sometido al sistema financiero europeo. «Su publicación supuso para el sistema financiero español un respiro, aunque corto, ante la presión de los mercados». Esta experta en reputación se detiene también en el libro de Andrew Ross titulado Malas Noticias, en el que se revelan «malas prácticas de la banca americana que han causado una de las mayores crisis del capitalismo». «La reflexión que surge es que si las entidades hubieran sido transparentes quizá no estaríamos inmersos en la gran hecatombe financiera que nos sacude porque la transparencia obliga a conductas responsables».

Otro de los hechos que se analiza en este capítulo, titulado Observatorio Global de los Intangibles, es el caso British Petroleum. Tras el desastre ecológico provocado por el vertido de petróleo en el Golfo de México, la crisis reputacional que sufrió la compañía británica se tradujo en una pérdida del 53,8% de su valor de mercado en cuatro meses. «Cuando una empresa gasta más en publicitar su respeto al medio ambiente y en la seguridad que en las acciones de esas dos áreas, cuando se declara más de lo que se hace, está construyendo un maquillaje corporativo que es flor de un día, pero que no es reputación».

Dentro de la gestión de la reputación, la autora también destaca como factor negativo las retribuciones que vienen percibiendo algunos directivos durante la crisis económica y que ha provocado malestar en los gobiernos y en la opinión pública. «Parece que la imagen de las empresas y la pérdida de credibilidad del sistema económico no importaran a los directivos empresariales que en algunos casos son repsonsables de las crisis de sus empresas que han necesitado ayuda de los ciudadanos», apunta López Triana.

Por su parte, el catedrático y director de la investigación, Justo Villafañe, ha insistido en que la clave de la gestión eficaz del riesgo reputacional es la eficacia y el rigor de la evaluación de dichos riesgos. Además, ha anunciado que, debido a las consecuencias que la crisis está teniendo sobre la percepción ciudadana de los poderes económicos, van a constituir una plataforma de pensamiento y conocimiento en torno a la relación entre la sociedad y la empresa en el siglo XXI.

La empresa ante la crisis del Estado del Bienestar

Tras la presentación del informe, el vicepresidente tercero de Mapfre, Antonio Huertas, defendió, en declaraciones a Ethic, el papel de la empresa privada ante la crisis que atraviesa el modelo del Estado del Bienestar. «Las compañías aseguradoras somos una pieza clave para mantener el actual modelo de Estado del Bienestar, tanto como generadoras de empleo sólido y estable, como dinamizadoras de la economía», aseguró Huertas, que se mostró convencido del papel complementario del sector privado frente al «papá Estado».

Durante su conversación con Ethic, el vicepresidente de Mapfre también reflexionó sobre el papel social de las empresas españolas que, como Mapfre, operan en Latinoamérica. Precisamente este año se cumple  el 25 aniversario de la llegada de esta compañía a Argentina.

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