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El futuro insostenible del sistema de pensiones

Expertos reunidos en «Diálogos en la Granja» piden a políticos y sindicatos que hagan de este tema un asunto de Estado.

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01
mayo
2011

El actual sistema de pensiones español es insostenible. Debido a esto, Diálogos en la Granja –una iniciativa de la agencia «Quiero salvar el mundo haciendo marketing», que reúne a puerta cerrada a expertos de empresas e instituciones- se ha dado cita para debatir sobre el futuro de las pensiones en España, con el fin de buscar soluciones a este grave problema. Con el sistema de pensiones tambaleándose, el Estado del Bienestar está en juego.

El Estado del Bienestar se alza sobre tres pilares fundamentales: la educación, la sanidad y las pensiones. Pero la actual situación demográfica (con una pirámide poblacional que quedará completamente invertida en 2040) ha introducido un cuarto pilar: la dependencia.

El vigente sistema de pensiones está dando muestras de su incapacidad para dar respuesta las futuras prestaciones de los ciudadanos, debido principalmente a su rigidez. Si a esto le sumamos los altos niveles de paro, la inversión de la pirámide poblacional, y que nada parece presagiar un cambio, se perfila inevitable la quiebra de dicho sistema. Un supuesto que tendría unas nefastas condiciones tanto económicas como sociales y éticas.

“Un sistema que ha incentivado la idealización de la jubilación, su utilización por parte del sector empresarial como herramienta de relevo generacional en sus plantillas y un entorno político que ha promovido y promueve la ideologización de un tema que debería plantearse como un asunto de Estado y no como una confrontación de gobierno” son las causas que, según los expertos, han dado lugar a un sistema totalmente insostenible.

Pero a esto, además, hay que sumarle dos aspectos que hacen más difícil el cambio de esta situación. Por un lado, “una sociedad desinformada y, hasta cierto punto, inconsciente que no parece reaccionar ante la envergadura del problema” y, por otro, unos políticos y sindicatos que “tampoco parecen dispuestos a afrontar el reto en toda su complejidad, haciendo del tema de las pensiones la moneda de intercambio y presión política más que un reto de Estado”.

Por eso, desde Diálogos en la Granja, han apuntado cinco medidas que deben acometerse cuanto antes para evitar tal quiebra:

  1. Es imprescindible una reforma urgente y profunda del sistema de pensiones en   España.
  2. El nuevo sistema debería ser flexible, equitativo, eficiente y sostenible.
  3. Los ciudadanos deben asumir una posición activa, responsable y solidaria de forma individual y como sociedad.
  4. Es preciso mejorar la información y la formación de los ciudadanos en materia de pensiones y jubilación, a fin de permitir la toma de decisiones responsable de cada individuo respecto al cómo y cuándo jubilarse en el marco de un posible sistema más flexible.
  5. El debate, las estrategias, las políticas y las acciones que hagan posible la superación de este reto deben trasladarse de la arena política e ideológica al terreno del Estado y el interés común.

El objetivo final es alcanzar un sistema de pensiones sostenible, gestionado eficazmente, capaz de hacer frente de manera satisfactoria a las necesidades y demandas de seguridad y calidad de vida por parte de una sociedad madura, responsable, informada y proactiva en el ejercicio de sus derechos y sus deberes.

Los expertos reunidos en Diálogos en la Granja son conscientes de la envergadura del problema y apuestan por el cambio. Por ello, han planteado seis retos a superar para avanzar en la consecución de este ambicioso objetivo. Y en ellos se hace un llamamiento tanto a los políticos e instituciones, como a los ciudadanos.

En primer lugar, la  urgencia de la reforma del sistema de pensiones y su implementación. Después, mejorar la capacidad del sistema para responder a las nuevas necesidades sociales; diseñar un sistema capaz de incentivar comportamientos y actitudes responsables de los ciudadanos; un ejercicio de responsabilidad política al margen del debate ideológico; definir el papel del entorno empresarial para que sea aliado y motor del sistema, evitando los incentivos a la prejubilación; y por último, implicar al segmento de población de entre 40 y 60 años como motor del cambio.

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