Economía

Jornada laboral de 4 días: ¿una realidad posible?

En un mundo donde la línea entre el trabajo y la vida personal se difumina cada vez más, la idea de una jornada laboral de cuatro días va cobrando forma como una posible solución para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. ¿Pero es factible implementar esta medida en España? ¿Qué implicaciones tendría para la productividad y la economía del país?

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03
mayo
2024

En España, la jornada laboral de 40 horas semanales sigue siendo la norma en la mayoría de los sectores, pero algunas voces empiezan a cuestionar su adecuación al estilo de vida actual. Es poner en cuestión toda una tradición, ya que en nuestro país esta rutina laboral tiene más de 100 años de historia.

Iniciada por una exitosa huelga en Barcelona en 1919, conocida como la huelga de «La Canadiense», esta protesta liderada por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se debió a una rebaja salarial y despidos injustos. La huelga paralizó la ciudad y la industria catalana durante 44 días, exigiendo la readmisión de los despedidos y mejoras salariales sin represalias. Finalmente, el Gobierno cedió a las demandas, estableciendo la jornada laboral máxima de ocho horas diarias y mejoras laborales. Aunque la revuelta social continuó con otra huelga general, el decreto de la jornada máxima de ocho horas en octubre convenció a muchos trabajadores para volver a sus puestos. Esta huelga, pacífica en general pero con algunas muertes, convirtió a España en el primer país europeo en decretar la jornada de ocho horas por ley, siendo parte de un movimiento global por los derechos laborales tras la Revolución Industrial. El siguiente paso consistió en reducir las 48 horas semanales a las actuales 40, una promesa electoral que cumplió Felipe González tras alcanzar el poder en 1982. Desde entonces, no se ha vuelto a modificar la jornada de trabajo máximo en España.

España fue el primer país europeo en decretar la jornada máxima de ocho horas por ley en 1919

Hoy, con el avance de la tecnología y la creciente demanda de flexibilidad laboral, muchos trabajadores y sindicatos han comenzado a cuestionar este modelo tradicional. Se argumenta que una jornada laboral más corta podría aumentar la productividad, reducir el estrés y mejorar la conciliación entre la vida laboral y personal.

Si bien la idea de una jornada laboral de cuatro días ha ganado popularidad en otros países, como Nueva Zelanda y Suecia, en España aún no se ha llevado a cabo un debate serio sobre este tema a nivel legislativo. Sin embargo, varios partidos políticos y sindicatos han comenzado a abogar por esta medida como una forma de adaptar el mercado laboral a las necesidades cambiantes de la sociedad.

A nivel internacional, algunos países y empresas han experimentado esta medida con resultados positivos. En Nueva Zelanda, la empresa de servicios financieros Perpetual Guardian implementó una semana laboral de cuatro días en 2018 como parte de un proyecto piloto, y encontró que los empleados eran más felices, menos estresados ​​y más productivos.

En Bélgica, los empleados tienen ahora la opción de trabajar cuatro días a la semana sin reducción salarial, mientras que en Inglaterra, un programa piloto de seis meses ha sido calificado como «extremadamente exitoso». Escocia y Gales también están explorando esta iniciativa, mientras que Islandia ha sido líder en la implementación de una semana laboral más corta, con resultados positivos en la salud y el bienestar de los trabajadores. En Alemania, los sindicatos están abogando por semanas laborales más cortas, y en Japón, grandes empresas como Microsoft han experimentado con fines de semana de tres días.

Islandia ha sido líder en la implementación de una semana laboral más corta, con resultados positivos en la salud y el bienestar de los trabajadores

Aunque la semana laboral de cuatro días está ganando adeptos en todo el mundo, su adopción definitiva por parte de los gobiernos aún está por verse. La ex primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, por ejemplo, propuso una semana laboral de cuatro días y seis horas como medida para aumentar la productividad y mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, para aclarar a continuación que era solo una propuesta pero que no iban a aplicarla a nivel estatal.

En España, el debate sobre la jornada laboral de cuatro días ha comenzado a ganar fuerza, con partidos políticos y sindicatos respaldando la idea como una forma de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad. En el acuerdo firmado por los partidos PSOE y Sumar el pasado mes de octubre, se recoge, entre otras medidas, reducir la actual jornada laboral gradualmente de 40 horas semanales a 37,5 horas sin reducción salarial. Es decir, quitar media hora al día a las ocho trabajadas diariamente que suponen una jornada completa al uso.

Esta reducción supondría que España siguiese por debajo de la media de Europa en este ámbito, ya que en la Unión Europea, la semana laboral para los empleados a jornada completa de entre 15 y 64 años fue de 40,5 horas trabajadas en 2022, según los datos de Eurostat.

¿Son todo ventajas?

La implementación de una jornada laboral reducida no está exenta de desafíos. Entre las principales preocupaciones se encuentran los posibles efectos sobre la productividad y la competitividad de las empresas, así como los costos asociados con la contratación de personal adicional para cubrir las horas perdidas. Además, la medida requeriría un cambio cultural significativo en la forma en que se concibe el trabajo y la productividad en la sociedad española.

En resumen, la jornada laboral de cuatro días representa un cambio radical en la forma en que se organiza el trabajo. Si bien aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre su implementación, la idea está ganando apoyo entre los trabajadores, los sindicatos y algunos líderes políticos. Con el tiempo, es posible que veamos un cambio en la legislación laboral que refleje la creciente demanda de una mayor flexibilidad y equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

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