Sociedad

«Existe una desconexión muy grande entre el entorno urbano y el rural»

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27
marzo
2024

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Pareciera como si el mundo rural y el urbano hubieran estado condenados desde siempre a estar enfrentados, a ser antitéticos entre sí. Ya con Esopo, de niños nos nutrimos del «ratón de campo y ratón de ciudad». Esta brecha entre ambas esferas ha creado estereotipos y prejuicios que no se corresponden con la realidad. Carmen Lence, CEO del Grupo Lence, ha sido recientemente incluida en la lista de las 100 Mujeres Líderes de España. Su compromiso con lo rural y con la representación de la mujer en ambientes tradicionalmente dominados por hombres han convertido su labor en un ejemplo para todos. Al ritmo que avanzamos hacia la modernidad, crece la necesidad de preservar las tradiciones y el aprecio por las actividades agrícolas y ganaderas.

Ha sido incluida en la lista de las Top 100 Mujeres Líderes en España. ¿Qué significa este reconocimiento para usted?

Es un honor poder compartir el premio con mujeres tan inspiradoras y situar el nombre de Grupo Lence en ese listado tan selecto es un placer. Tanto en España como en Galicia, tenemos mucho talento femenino y este tipo de iniciativas sirven para ponerlo de relieve. Además, nosotros le damos visibilidad a la mujer en la industria y en lo rural, dos ámbitos muy masculinos. Por otro lado, también hay que recordar que detrás de todo reconocimiento individual está el trabajo de un gran equipo. En mi caso, este grupo es todo el equipo de Grupo Lence, con el que estamos llevando la empresa a otro nivel y con el que hemos logrado doblar los beneficios en cinco años, un objetivo ambicioso que nos pusimos y que hemos sido capaces de lograr.

Leche Río es una de las primeras empresas lácteas en España, donde la economía circular y el trabajo de las pequeñas ganaderías es esencial en su proceso de producción. ¿Cómo conviven los intereses del Grupo Lence con los de las pequeñas empresas del entorno rural de Galicia?

En Grupo Lence somos activistas del rural, dependemos al 100% de él. Por lo tanto, los intereses de las ganaderías son también los nuestros. Y es que no solo recogemos leche en Galicia, sino que todo el proceso de transformación tiene lugar en esta comunidad. También participamos en proyectos conjuntos. Como empresa tractora, no solo lo hacemos con empresas de nuestro sector. Nos unimos a grandes y pequeñas compañías que hacen cosas muy diferentes y que, con su actividad, están generando valor para el rural y oportunidades diversas para sus habitantes. Por ejemplo, hemos encabezado el PERTE Agroalimentario en Galicia, con el que hemos liderado la iniciativa SmarTZ4milk, promovida por el Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) y en la que se han integrado nueve empresas del sector lácteo, cinco tecnológicas, dos universidades y dos centros tecnológicos. 

Con SmarTZ4milk, buscamos dotar al sector de herramientas competitivas para abordar de forma eficiente la adaptación y mitigación del cambio climático, en línea con los objetivos 2030 y 2050, dando un impulso esencial a la transformación digital de la industria láctea a través de la automatización de procesos, sensórica avanzada y gestión eficiente.

Con respecto a la economía circular, lideramos el proyecto Lugaz, que consiste en la construcción de una planta de biogás. Esta planta permitirá reducir la emisión a la atmósfera de más de 37.000 toneladas de dióxido de carbono y tratará unas 55.000 toneladas anuales de residuos de las plantas de Grupo Lence y de las 400 explotaciones ganaderas con las que trabaja.

«Difícilmente vamos a tener sostenibilidad ambiental si no hay sostenibilidad económica para los pueblos y para el rural»

¿Qué pueden hacer las grandes empresas para evitar que la población rural decida migrar a las ciudades y para atraer a nuevos habitantes?

Nosotros hemos decidido ser activistas del rural, contribuir de una manera decisiva e implicarnos no solo en crear riqueza, sino también en dar visibilidad a los retos del rural y educar sobre el gran potencial que tiene para empresas y jóvenes. Esto lo hacemos a través de diversas acciones, como nuestra campaña «Actitud Río: Puro Coraje», donde ponemos en valor el trabajo de la mujer en el rural, con la intención de crear referentes y educar sobre el rural hoy. También tenemos iniciativas como «Ganaderas con Actitud Río» para ayudar a crear una red de contactos entre las ganaderas que les sirva para apoyarse unas a otras. Además, todos los años hacemos el «Foro Activistas por un futuro rural», con la intención de dar visibilidad e informar sobre el problema del abandono del rural y qué hacer para revertir esta tendencia.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el 15,8% de la población española vive en el entorno rural, pero su territorio abarca el 83,9% del total. El hecho de que la población rural esté más dispersa dificulta la articulación y coordinación entre grupos sociales con intereses comunes. ¿Las empresas pueden funcionar como altavoz de las necesidades de las personas que viven en los pueblos? ¿Cómo se podría mejorar el diálogo entre el medio rural y el urbano?

Lo que demuestran estos datos es que el 16% de la población que vive en el rural da de comer al otro 84% que vive en las ciudades. Si esta tendencia se mantiene o empeora, corremos el riesgo de perder nuestra soberanía alimentaria. El rural es la despensa de alimentos frescos y alimenta a la población. La producción de alimentos tendrá que crecer entre un 60% y un 70% para poder alimentar a la población mundial de 9.000 millones de personas que se estima que tendremos en 2050. Con este panorama, más nos vale a todos que se atiendan las necesidades del rural y de las personas que viven en los pueblos.

Recientemente, celebramos la cuarta edición del programa de acompañamiento «Ganaderas con Actitud Río». Entre las conclusiones, las ganaderas destacaron la necesidad de «formar» a las personas que viven en las ciudades sobre qué es el rural y su importancia. Incluso plantearon visitas de personas que trabajan en empresas que no están relacionadas con el rural a las ganaderías. Estas propuestas derivan de la necesidad de desterrar la falsa imagen que, a veces, desde la ciudad, se tiene de lo que es el rural, pensando en un entorno anticuado y primario cuando, por ejemplo, las ganaderías son empresas totalmente profesionalizadas que se han digitalizado y atienden a los máximos estándares de calidad.

Nosotros en Grupo Lence servimos como altavoz de las personas del rural y todas estas demandas se las trasladamos a las administraciones y a la sociedad. Tenemos un compromiso al respecto y también una responsabilidad. La mejora del diálogo entre el mundo urbano y el rural requiere de este tipo de iniciativas.

«Al problema del éxodo de la mujer, hay que sumar el del relevo generacional, con una media de edad de 55 años en el rural»

Las políticas orientadas a mejorar la sostenibilidad, ¿tienen en cuenta las dificultades que afrontan los pueblos?

La implementación efectiva de políticas sostenibles puede ser un desafío. En el caso del rural y de las personas y empresas que tienen negocios en el campo, sí que existe la percepción de que se toman algunas medidas sin conocer su realidad. Cuando más del 80% de la población vive en las ciudades y menos del 20% en el rural, es innegable que las decisiones se están tomando desde un punto de vista urbano. Durante la pandemia, aplaudíamos desde las ciudades al sector primario por ser los héroes que garantizaban nuestro sustento, pero, desde que dijimos adiós a aquella situación, hemos dejado de darles cariño como sociedad.

Hasta el año 2020, hemos disfrutado de algunos de los precios más bajos de la historia en el sector de la alimentación y, desde las instituciones europeas y españolas, se ha decidido que el problema era la sostenibilidad ambiental. Difícilmente vamos a tener sostenibilidad ambiental si no hay sostenibilidad económica para los pueblos y para el rural. 

Las empresas tienen hoy un papel clave en el proceso hacia una sociedad más igualitaria. Iniciativas como «Ganaderas con Actitud Río» promueven el empoderamiento de las mujeres rurales, ¿en qué consiste esta iniciativa? ¿Qué valores promueve?

«Ganaderas con Actitud Río» es un programa que genera un espacio de diálogo e intercambio muy valorado entre las ganaderas. El objetivo de la última edición ha sido convertir a las participantes en agentes del cambio frente al éxodo de la mujer del campo, una cuestión que debe preocupar a toda la población. Las ganaderas viven esta situación en su día a día y, por cercanía, son imprescindibles para revertirla. Hoy en día, dos de cada tres personas que abandonan el rural son mujeres en edad fértil y, sin niños, no hay futuro para el rural.

Con este programa, buscamos empoderar a las mujeres que se dedican a la ganadería láctea ofreciéndoles herramientas, conocimientos y recursos para hacer crecer su autoliderazgo, además de crear espacios comunes para compartir situaciones y experiencias.

El medio rural está muy masculinizado. ¿Por qué cree que se van las mujeres jóvenes de los pueblos? ¿Qué políticas públicas echa en falta para que las mujeres puedan ver en los pueblos un entorno en el que desarrollar su proyecto de vida?

Las mujeres que se van del rural lo hacen porque creen que no pueden desarrollar una vida personal y profesional plena. Esto se debe a la falta de servicios y de implicación público-privada en dar solución a este problema. A la conectividad o el transporte, se unen problemas como la falta de colegios. Las ganaderas nos trasladaron la necesidad de recuperar y potenciar las escuelas rurales, que se han dejado a su suerte en muchas ocasiones. Al problema del éxodo de la mujer, hay que sumar el del relevo generacional, con una media de edad de 55 años en el rural. Estas situaciones vacían el rural y es especialmente grave en el caso de las mujeres.

En las ganaderías familiares con las que trabajamos, normalmente son las mujeres las que están a cargo de la labor administrativa y del cuidado del ganado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no son las titulares de la granja, ni siquiera copropietarias. Según el censo agrario de 2020 del INE, de las casi un millón de explotaciones agrarias y ganaderas en España, solo el 28,9% tienen mujeres como titulares. La ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias no ha terminado de solucionar esto, por motivos como el desconocimiento de su existencia o el exceso de burocracia.

Efectivamente, el medio rural y el sector lechero son mundos muy masculinizados. En el sector lácteo, que genera más de 60.000 empleos directos en España, sigo siendo la única mujer al frente de una de las 10 empresas lácteas más importantes del país. Según el Observatorio Socioeconómico del Cooperativismo Agroalimentario Español, aunque el 45% de socios de cooperativas agroalimentarias son mujeres, los órganos de administración de estas cuentan solo con un 22% de participación femenina.

«El 16% de la población que vive en el rural da de comer al otro 84% que vive en las ciudades»

Cuando se habla de mujeres rurales, se suele caer en prejuicios. ¿Cree que existe aún una imagen muy estereotipada de las mujeres que viven en los pueblos? ¿Hay algo que realmente caracterice a las mujeres rurales?

Las mujeres rurales son mujeres y personas, como cualquier otra. Son mujeres con inquietudes, que tienen aficiones como cualquier otra persona y que, simplemente, han tomado la decisión de hacer su vida personal y profesional en el rural porque lo ven beneficioso para ellas y para sus familias. Las ganaderas, por ejemplo, son empresarias fantásticas que sacan adelante explotaciones grandes y, en paralelo, se encargan de la casa y de sus familias. Las mujeres que viven en los pueblos sí que tienen una característica: tienen mayor conciencia sobre la importancia del sector primario y de cuidar el rural. Los estereotipos vienen, normalmente, del mundo urbano y es por puro desconocimiento.

El último Diagnóstico de la igualdad de género en el medio rural (2021) muestra unos datos muy preocupantes sobre el uso de los tiempos. Este estudio indica que las mujeres dedican casi diez horas al día al trabajo doméstico, mientras que el tiempo que dedican los hombres no llega a las dos horas. ¿Qué pueden hacer las empresas para promover la igualdad real, la conciliación y la corresponsabilidad en los cuidados? ¿Qué medidas específicas se han puesto en marcha en el Grupo Lence?

En Grupo Lence ofrecemos igualdad de oportunidades sin diferencia de género. Según el Foro Económico Mundial, se tardarán 132 años en eliminar las desigualdades de género en el mundo. Pese a que quede mucho trabajo por realizar, en el caso de Grupo Lence, más del 70% del Comité de Dirección somos mujeres.

Hace poco, un proyecto del Grupo Lence para construir una planta de biogás fue seleccionado en una convocatoria de la Comisión Europea por su innovación y su utilidad para promover la energía renovable. ¿Puede contarnos algo más de este proyecto? ¿Ya se ha empezado a trabajar en él?

El proyecto Lugaz, en el que Grupo Lence es la empresa líder y tractora, servirá para construir una planta de biogás para reutilizar residuos lácteos. En total, recibirá 4,5 millones de euros de la Unión Europea. El plazo de ejecución estimado es de dos años y participamos junto a otras empresas de Lugo. Con este proyecto redoblamos nuestra apuesta por seguir añadiendo valor a un sector tan importante para nuestra economía como es el sector lácteo. En Grupo Lence vivimos según nuestra misión: alimentar nuestro espíritu de superación.

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