Microcréditos: pensar en pequeño para actuar en grande
Los pequeños préstamos a autónomos y microempresas facilitan la inclusión financiera e impulsan el emprendimiento social.
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Los bancos son un agente imprescindible para el desarrollo de las sociedades. Y es que, sin entidades de crédito que los financien, muy pocos proyectos personales o empresariales podrían llegar a materializarse. Un bloqueo que conduciría inevitablemente al colapso de la economía e impediría que las sociedades pudieran desarrollarse y avanzar.
La contrapartida a esta trascendental labor del sector financiero como instrumento que mueve la economía, impulsa el progreso social y convierte las ideas en flamantes realidades es que, antes de comprometer sus recursos en los sueños ajenos, los bancos necesitan ciertas garantías de que van a recuperar lo invertido. Para ello, se cercioran previamente de la solvencia y capacidad de endeudamiento del prestatario, además de requerir algún tipo de garantía financiera que sirva para cubrir la eventualidad de un impago.
Este mecanismo de autoprotección tiene el inconveniente de que deja fuera del sistema de financiación a una enorme cantidad de microempresas y personas con pocos recursos que no pueden acreditar la solvencia financiera que los prestamistas les exigen. Paradójicamente, son estas microempresas y personas con pocos recursos las que más necesitan inyecciones de capital externo y para quienes obtenerlas supondría un salto de calidad más determinante en sus oportunidades de crecimiento y prosperidad.
Para romper el círculo vicioso, el economista bangladesí Muhammad Yunus, en su etapa como profesor universitario, observó cómo el acceso a pequeñas cantidades de dinero podía marcar una enorme diferencia en la vida de unos aldeanos. Con aquellos pequeños préstamos, sus beneficiarios no solo eran capaces de poner en marcha actividades que generaban ingresos con los que devolver lo prestado, sino que mejoraban significativamente sus condiciones de vida. Nacieron, así, los microcréditos.
Conocido como «el banquero de los pobres», Yunus centró sus esfuerzos en brindar oportunidades a colectivos desfavorecidos, como jóvenes, mujeres, personas mayores, habitantes de zonas rurales y personas en riesgo de exclusión. Su metodología le hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz en 2006, pues logró demostrar que un enfoque más social e inclusivo no solo ayuda a que la banca cumpla mejor con su cometido como motor de crecimiento y facilitador del bien común, sino que también es rentable desde el punto de vista del negocio.
MicroBank, el banco social de CaixaBank, concedió 19.200 microcréditos para negocios durante 2023
Los principios de la banca social de Yunus han prendido llama en muchos países. Hoy se sabe que el acceso a los servicios financieros es un poderoso instrumento de inclusión social; y los microcréditos, la puerta de entrada a numerosos proyectos de emprendimiento social realmente disruptivos. Siguiendo esa estela, en España, MicroBank, el banco social de CaixaBank, concedió 19.200 microcréditos para negocios a autónomos, emprendedores y microempresas en 2023. Con un importe máximo de 30.000 euros, esos pequeños préstamos han servido para la puesta en marcha o la consolidación de todo tipo de negocios.
Un ejemplo de ello es Glitter Queen, un proyecto de Meedea Bozdoc. El sueño de esta joven emprendedora residente en Tenerife era poner en marcha «el primerglitter truck del mundo». La iniciativa consiste en una furgoneta que ofrece servicios de maquillaje para bodas y eventos. Se trata de un auténtico estudio de maquillaje sobre ruedas que, gracias a la visión y el entusiasmo de Meedea y a la financiación de MicroBank, hoy recorre la isla de Tenerife con una gran acogida.
Otras iniciativas que han podido ver la luz gracias a estos microcréditos son, por ejemplo, la academia de música Posada, en la localidad asturiana de Posada de Llanes, una idea puesta en marcha por Paz del Castillo, una pianista con una discapacidad causada por una enfermedad física; y también Escena Endo, un portal dedicado a la difusión y concienciación sobre la endometriosis, que surge de la experiencia personal de su impulsora, Clara García Pariente. O la Librería Octubre, un proyecto que busca dar continuidad a una librería histórica de Zamora gracias al amor por los libros de su artífice, Clara Sánchez.
Y estas son solo algunas de las muchas pequeñas grandes historias que los microcréditos de MicroBank han ayudado a alumbrar a lo largo y ancho de la geografía española.
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