Salud

¿Qué beneficios tiene la siesta?

La siesta, caracterizada a menudo como una costumbre española, tiene múltiples beneficios para la salud según los expertos médicos.

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16
agosto
2023

Existen múltiples odas y cantos a la siesta, pero a pesar de ser caracterizada siempre como una de nuestras grandes tradiciones, lo cierto es que esta se está perdiendo con el tiempo: en la actualidad, 6 de cada 10 españoles nunca echan una cabezada. De hecho, solo el 16,2% de los españoles se echa esa cabezada a diario, según la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos y la Asociación Española de la Cama (Asocama). 

No obstante, y a pesar del descenso en su práctica, se trata de algo que cuenta con múltiples beneficios para la salud y el desarrollo. Además de ayudarnos a recuperar el sueño perdido y asegurarnos un ritmo de vida más sano, la ciencia ha demostrado que tiene varios beneficios en nuestro cuerpo.

Mejora la salud del corazón

Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) aseguran que esta práctica ayuda a prevenir cardiopatías. Así lo resumen: «La siesta ayuda a disminuir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La falta de sueño incrementa el cortisol, y un exceso de esta hormona aumenta la intolerancia a la glucosa y a la grasa, debilita el sistema muscular e inmunológico y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento, lo que puede provocar diabetes y enfermedades cardiovasculares. Cuando se duerme, sin embargo, se libera la hormona del crecimiento, antídoto del cortisol, que estimula el sistema inmunológico, reduce el estrés y la ansiedad, ayuda a reparar los músculos y a perder peso».

Además, esa cabezada también reduce la tensión arterial, según un estudio del Allegheny College de Pennsylvania. La investigación, realizada con 85 universitarios sanos, demuestra que quienes duermen una siesta diaria de entre 45 minutos y una hora tras haber soportado un día de estrés y tensión psicológica ven disminuir su presión arterial y su ritmo cardíaco.

Para el aprendizaje

La siesta también facilita el aprendizaje, según un estudio de la Universidad de Berkeley, que asegura que quienes la duermen rinden más por las tardes y aumentan en un 10% su capacidad de adquirir conocimientos. 

La siesta ayuda a disminuir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares

Además, ayuda a aumentar la concentración, según varias investigaciones. «El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos. Durante el sueño, los recuerdos recientes se transfieren del hipocampo al neocórtex, nuestro disco duro, donde se consolidan los recuerdos a largo plazo», explican los expertos.

Asimismo, estimula la creatividad. Un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown ha comprobado que la siesta aumenta la creatividad o, al menos, estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.

Por último, esa cabezada facilita resolver problemas. Robert Stickgold, profesor de Psiquiatría de Harvard, ha descubierto que cuando los sujetos alcanzan la fase REM del sueño (fase de gran actividad cerebral en la que soñamos) les lleva menos tiempo realizar diferentes conexiones entre ideas. 

La siesta perfecta

Un estudio español, apoyado por Harvard, ha revelado cómo es la siesta perfecta para la salud. Investigadores de la Universidad de Murcia, a través del equipo de la catedrática de nutrición Marta Garaulet, y del Brigham and Women’s Hospital (vinculado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard), han descubierto que las personas que duermen siestas de 30 minutos o más tienen índices de masa corporal más altos y son más propensos a desarrollar problemas cardiovasculares y diabetes.

En este sentido, Marta Garaulet señala que «lo perfecto sería hacer un estudio genético a partir de la saliva de los genes de siesta y comprobar si una persona los tiene o no; pero, independientemente de esto, en gente con riesgo cardiovascular conviene explorar sus hábitos de siesta y hablar con ellos e insistirles en que se pongan un despertador a la media hora».

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