Pensamiento

Saber estar con uno mismo

Aprender a estar con uno mismo no es tarea fácil. Sin embargo, saber disfrutar de nuestra propia compañía puede ser enriquecedor y transformador. ¿Cuál es el secreto para sentirnos cómodos con nosotros mismos y aprovechar al máximo esos momentos de introspección?

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03
octubre
2024

El secreto de la felicidad sigue siendo un misterio sin resolver, y puede que nunca lleguemos a descubrirlo. Sin embargo, encontrar la forma de sentirse bien con uno mismo es un objetivo más alcanzable, con respuestas más prácticas y al alcance de todos. Filósofos de todo el mundo han reflexionado sobre este asunto. Por ejemplo, Michel de Montaigne consideraba que lo más importante del mundo era saber estar con uno mismo. El pensador francés sostenía que el cuidado de uno mismo mediante el autoconocimiento era una de las tareas más relevantes que debían ocupar la preocupación humana.

Antes de profundizar en las características y desafíos de sentirse bien con uno mismo, es fundamental diferenciar entre «estar solo» y «estar con uno mismo». La soledad es uno de los grandes retos de nuestros tiempos. Vivimos en una era en la que la tendencia del hiperindividualismo ha llevado a muchas personas al aislamiento, hasta el punto de no tener a nadie con quien compartir sus experiencias o sentimientos. Esta soledad representa un grave problema social que debe abordarse con políticas y medidas específicas que fomenten la conexión y el apoyo comunitario. Por otro lado, aprender a estar con uno mismo es un proceso introspectivo y personal. Es una habilidad que, aunque puede parecer similar a la soledad, se basa en la capacidad de disfrutar de nuestra propia compañía y de encontrar paz en la introspección, algo que, como sugiere el propio término, solo podemos desarrollar por nosotros mismos.

La soledad es uno de los grandes retos de nuestros tiempos

El poeta español Basilio Sánchez dijo: «Siempre encontré en mí mismo mi tiempo más intenso, mi habitación más amplia». Y es que estar solo puede ser una gran habitación, pero si no se habita correctamente, puede llevar a grandes sentimientos de aislamiento y tristeza, así como generar las circunstancias perfectas para la depresión o la ansiedad social. Por ello, una de las consideraciones más valiosas para saber estar con uno mismo es ser consciente de lo que nos gusta hacer y de lo que no. Parece algo obvio, saber lo que nos gusta, pero muchas veces estamos tan acostumbrados a las presiones sociales o a los requerimientos de nuestra vida en sociedad que nos olvidamos de lo que realmente disfrutamos haciendo cuando nadie está mirando. Puede ser escribir, pintar, ir en moto o nadar en el mar. Puede ser disfrutar de una buena película o libro, cuidar una planta, practicar un deporte o aprender a cocinar. Hay muchas formas de estar solo, pero solamente nos sentiremos en esta gran habitación de la que habla el poeta si somos capaces de habitarla bajo nuestras propias reglas y condiciones.

Sin embargo, aunque es importante saber lo que nos gusta, a veces, incluso así, las personas que pasan mucho tiempo consigo mismas terminan aburriéndose. Por ello, es decisivo combinar el tiempo de estar con nosotros mismos con otras actividades sociales o deportivas, para no caer en rutinas que puedan conducir al aburrimiento. En este sentido, planificar nuestro tiempo libre después del trabajo es esencial, así como desarrollar una mayor autocomprensión de cuánto tiempo podemos necesitar o disfrutar autónomamente y cuánto necesitamos pasar con otras personas.

Estamos tan acostumbrados a las presiones sociales o a los requerimientos de nuestra vida en sociedad que nos olvidamos de lo que realmente disfrutamos

Otro pilar fundamental para ser capaces de saber estar con nosotros mismos y disfrutarlo es trabajar en aquellas ideas nocivas que hacen que sintamos que, al no estar con nadie, nos falta algo. Es primordial, en este sentido, trabajar la autoconfrontación y practicar la aceptación y compasión hacia uno mismo, no solamente para desligarnos de la dependencia que muchas veces tenemos respecto a la compañía ajena, sino también para construir mayor autoestima y confianza, y así conseguir un nivel de independencia emocional que nos permita ser felices sin necesidad de refuerzos externos.

Por último, hay que cambiar la narrativa social sobre estar solo. Muchas veces entendemos que estar solo es algo negativo, que puede deberse a algún problema personal o a la incapacidad de estar en grupo o de ser aceptado por una comunidad. Sin embargo, la independencia personal es importante y permite a las personas estar en mayor consonancia con lo que quieren y desean, así como evitar sentirse mal en un grupo de personas. Por ello, es imperativo comprender, también desde el colectivo, que estar solo no solo es necesario, sino también deseable e imprescindible. Porque como recuerda Gabriel García Márquez, «la soledad no es la distancia entre nosotros y los demás, sino la distancia entre quiénes somos y quiénes queremos ser».

 

 

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